Hortensia
Bussio,
83 años de edad. Esposa del presidente
de Chile Salvador Allende, muerto durante
la defensa de la residencia prisidencial
en 1973.Elegido
democráticamente en 1970, el presidente
Allende resistió hasta la muerte en el
palacio de La Moneda el 11 de septiembre
de 1973. Sus últimas palabras,
retransmitidas por dos radios leales a
todo el país, fueron las siguientes:
Mucho más temprano que tarde, de
nuevo abrirán las grandes alamedas por
donde pase el hombre libre, para
construir una sociedad mejor
Mi
sacrificio no será en vano. Tengo la
certeza de que por lo menos será una
lección moral que castigará la
felonía, la cobardía y la
traición. Veinticinco años
después, las víctimas siguen clamando
justicia.
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Es difícil entender que
la persona que encabezó el golpe de Estado y que
desencadenó la peor tragedia de la historia de
Chile se convierta hoy en un senador vitalicio.
Es culpable de todo el dolor y la muerte que se
produce en mi país durante 17 años de
dictadura. La llegada de Pinochet al Senado me
produce indignación, rabia e impotencia porque a
esa alta institución del Estado siempre han
llegado las grandes figuras de la democracia
chilena. Manifiesto mi repudio a esa situación.
El general Pinochet fue el responsable de la DINA
(policía política), autora material de
torturas, secuestros, asesinatos y exilio de
miles de chilenos. La DINA dependía de la Junta
Militar, de la que Pinochet era presidente, y no
del Ministerio del Interior, como sostienen sus
defensores. Tarde o temprano tendrá que ser
enjuiciado. Yo lamento que este juicio no se haya
realizado en mi país y también la actitud del
Gobierno chileno actual, que no está apoyando
las investigaciones judiciales realizadas en
España, que sí cuentan con el respaldo del
Parlamento Europeo, del Ministerio de Justicia
norteamericano y de las organizaciones de
derechos humanos chilenas. La transición nos
trajo una democracia muy limitada, imperfecta y
con mucha censura. Los partidos de la
Concertación, una coalición gobernante formada
por democristianos, socialdemócratas y
socialistas, no han actuado con dignidad ni
valentía y siguen teniendo miedo a Pinochet y a
las fuerzas armadas. En Chile se auspicia el
olvido y la amnesia colectivas. Pero mientras no
haya justicia habrá un gran descontento y
frustración en el país, especialmente entre los
jóvenes. |