Carmen
Vivanco
81 años. Esposa de Óscar Ramos Garrido.
Desaparecido. Madre de Óscar Ramos
Vivanco. Desaparecido. Hermana de Hugo
Vivanco. Desaparecido. Cuñada de Alicia
Herrera. Desaparecida. Tía de Nicolás
Vivanco. Desaparecido. Su
historia es una de las más crueles. Su
esposo y su hijo fueron detenidos el 5 de
agosto de 1976. A su hermano y su cuñada
también les detuvieron un día antes. Su
sobrino, el 10 de agosto. Todos eran
militantes comunistas. En apenas una
semana vaciaron su vida de personas
queridas. Desde entonces, sus familiares
están desaparecidos. Esta frágil pero
valiente mujer se ha convertido en una de
las personas más luchadoras en la
Agrupación de Familiares de
Detenidos-Desaparecidos.
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Sabía que mi hermano y
mi cuñada habían sido detenidos. Aquel 5 de
agosto de 1976 fui a avisar a varios compañeros
del partido de la situación. Regresé a casa a
las dos de la tarde y me encontré con la mesa
puesta y mi hija aterrorizada. Un grupo armado
formado por seis personas había asaltado la casa
y secuestrado a mi marido y a mi hijo. El 10 de
agosto fue detenido mi sobrino. Visité los
cuarteles de carabineros, el depósito de
cadáveres, la Vicaría de la Solidaridad. Un
abogado interpuso un recurso de amparo. Visité
centros de detención. Fue una búsqueda
infructuosa. Guardé sus ropas, sus recuerdos.
Pensé que si ellos volvían trastornados por las
torturas reconocerían sus cosas y se sentirían
en su casa. Al año empecé a perder la esperanza
de encontrarlos con vida. Soy militante comunista
desde 1941. Con 14 años vendía el diario del
partido. La vida era muy dura en el norte de
Chile. Me considero una persona resistente y nada
miedosa. Esto me permitió tener la fortaleza
para seguir luchando. No lloré y no imploré por
las pérdidas de mis cinco familiares más
queridos. Sólo los busqué. Sé que están
muertos. Puede ser egoísta, pero ellos de alguna
manera no han sufrido tanto como yo. Hubiese
preferido verlos muertos y poder enterrarlos. El
funeral sirve de alivio. Mi lucha diaria me ha
servido para no quedarme en casa llorando penas.
Las compañeras de la Agrupación de Familiares
de Detenidos-Desaparecidos son mi familia.
Pinochet puede hacer lo que quiera porque
todavía tiene poder. Pero lo que me indigna es
que los partidos de la Concertación e incluso la
derecha permitan que el responsable de tantos
crímenes se siente en el Senado de la nación
chilena. Yo creo que a medida que Pinochet pierda
poder, muchas personas que saben lo que pasó con
nuestros familiares hablarán. |