Lunes, 19 de marzo de 2001

Estados Unidos tiene entre 9 y 11 millones de inmigrantes ilegales

La mayoría son hispanos y viven en California 

JAVIER VALENZUELA | Washington 

Entre 9 millones y 11 millones de inmigrantes ilegales viven en EE UU, según el análisis de los datos del censo efectuado el pasado año. Esta cifra duplica la estimación de ilegales manejada a lo largo de los años noventa del pasado siglo. Ahí puede estar una de las causas de la inexistencia de presiones inflacionistas pese a un porcentaje oficial de paro situado en el 4%, según señaló ayer The Washington Post, el diario que facilitó esta información.

Los primeros datos del censo del año 2000 en EE UU están dando resultados sorprendentes. El primero, que la cifra de hispanos residentes en la superpotencia es de 35,3 millones, superior a los 32,5 millones que se esperaban; el segundo, que el número de habitantes no es de 275 millones como creían los demógrafos del Gobierno de Washington, ni de 281,4 millones como se pensó después, sino de 285 millones.

Según la Oficina del Censo y el Departamento de Comercio, esa diferencia se explica en que el número de gente nacida en el extranjero es muy superior al que se preveía. Una parte importante de ese contingente son los indocumentados. La mayoría, según los expertos, son latinos, y 4 de cada 10 residen en California.

Los analistas de la Oficina del Censo creen que EE UU puede albergar hasta nueve millones de extranjeros que no tienen en regla sus papeles de residencia y trabajo. Es una estimación que coincide con la del demógrafo Jeffrey Passel, del independiente Urban Institute, pero que es superada por los 11 millones de un estudio de los profesores de la Northeastern University. Esos montantes son muy superiores a los cálculos tradicionales, que estimaban entre cinco y seis millones de ilegales.

EE UU ha basado su gran crecimiento económico de la última década, ahora en entredicho, en cuatro factores: la política de equilibro presupuestario en Washington, un hábil manejo de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal que preside Alan Greenspan, los incrementos de productividad derivados de la revolución informática y la popularización de Internet y una gran apertura a la inmigración. De modo legal o ilegal, los extranjeros, principalmente hispanos y asiáticos, aportan mano de obra joven, entusiasta y barata a la primera economía del planeta.


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