Panamá recibe
hoy el control pleno del canal entre signos de desinterés por parte
de EE UU
Washington se reserva el derecho a mantener por la fuerza las operaciones
en la vía de agua
JUAN JESÚS AZNÁREZ / ENVIADO ESPECIAL,Panamá
Ni el presidente norteamericano, Bill Clinton; ni su vicepresidente,
Al Gore; ni la secretaria de Estado, Madeleine Albright, asistirán
hoy a la protocolaria entrega del canal de Panamá, que muchos estadounidenses
consideran propio desde que hace casi un siglo fuera construido por sus
ingenieros militares. El Gobierno de la conservadora Mireya Moscoso disimuló
su contrariedad, pero el principal partido de la oposición, el Partido
Revolucionario Democrático (PRD), no ocultó su malestar por
las ausencias. Don Juan Carlos encabezará la delegación española.
Un agente arría la bandera de EE UU
frente a la Administración del canal
(Ap).
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El PRD lamentó "la disminución del nivel de los eventos,
ya que los tratados se consiguieron por la cooperación internacional",
según declaró Martín Torrijos, hijo del general Omar
Torrijos, que en 1977 negoció la devolución del canal.
Independientemente de los compromisos argumentados por el Gobierno norteamericano,
la presencia en Panamá de las primeras figuras demócratas
no era rentable electoralmente, y probablemente hubiera sido aprovechada
por el Partido Republicano, algunos de cuyos portavoces protestaron la
transferencia de la vía acuática que en 1914 enlazó
los océanos Pacífico y Atlántico y en cuyas riberas
el Pentágono estableció su principal cuartel y centro de
espionaje de América Latina. Clinton delegó en el secretario
de Comercio, William Daley; en el de Transportes, Rodney Slater, y en su
nuevo enviado especial para América Latina, Kenneth MacKay.
El rey Juan Carlos y el ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes,
asisten por parte española a la entrega. Oficialmente, el canal
pasa a manos panameñas el mediodía del próximo día
31, pero los actos fueron adelantados porque en Nochevieja la asistencia
de jefes de Estado o de Gobierno sería mínima, y más
al coincidir con las celebraciones del 2000. La presidenta panameña,
Mireya Moscoso, recibirá las llaves del estratégico cauce
de 76 kilómetros en un acto que se desarrollará en las esclusas
de Miraflores, en el Pacífico, a 10 kilómetros de la capital
de un país que fue provincia de Colombia y logró su independencia
gracias a las cañoneras norteamericanas. Pocos días después
de su secesión en 1903, el nuevo Gobierno del istmo concedió
a Estados Unidos los permisos de construcción del canal que le regateaba
Colombia. A partir de entonces comenzó la presencia militar norteamericana
y la construcción de bases militares.
Han confirmado su asistencia los presidentes de Colombia, Andrés
Pastrana; de México, Ernesto Zedillo; de Bolivia, Hugo Banzer; de
Ecuador, Jamil Mahuad, y de Costa Rica, Miguel Ángel Rodríguez.
Los actos, incluida una ofrenda floral a los miles de braceros muertos
durante una construcción legendaria, constituyen un reconocimiento
a todos los países que apoyaron la larga lucha panameña por
alcanzar la soberanía y jurisdicción en la vía, declaró
el canciller panameño, José Miguel Alemán. "Esto responde
al deseo de reconocer a países amigos su apoyo al proceso de negociación
y ejecución de los tratados canaleros". Pero la devolución
no es irreversible, según el Tratado de Neutralidad, que data también
de 1977. El documento fue redactado durante los años de la guerra
fría y de la "amenaza comunista", y autoriza la intervención
norteamericana en el istmo si Washington, unilateralmente, considera que
el canal peligra.
El ministro de Exteriores panameño explicó que la ausencia
de Albright obedece a su participación en las conversaciones de
paz entre Siria e Israel, y que Panamá no se siente desairado. "Estados
Unidos tendrá sus razones y sus prioridades. No quiero cuestionar
los motivos. No quiero crear una controversia innecesaria". El ministro
de Asuntos del Canal, Ricardo Martinelli, instó a ir al grano, a
festejar por todo lo alto la efeméride. "Finalmente vamos a ser
libres y soberanos en nuestro territorio". Estados Unidos intervino repetidamente
en los asuntos de Panamá, lo invadió en 1989 para capturar
al dictador Manuel Antonio Noriega y durante este siglo construyó
hasta 7.000 edificios en las riberas de un canal que albergó a más
de 45.000 soldados durante la II Guerra Mundial.
Derecho de intervención
La presencia en los actos del ex congresista norteamericano Dennis De
Concini, autor de la Reserva de Concini, incorporada a los tratados
de devolución de hace 22 años, fue protestada por sindicatos
y otros portavoces sociales. "Es irónico que venga a Panamá
un señor de esa calaña como si nada hubiera pasado", declaró
Saúl Méndez, dirigente del Sindicato Único de la Construcción
y Similares.
Aquella cláusula, invocada por EE UU para justificar la invasión
de 1989, subraya que no obstante las estipulaciones de los tratados, EE
UU tiene el derecho a tomar medidas en Panamá, "incluyendo el uso
de la fuerza militar", "para reabrir el canal o reanudar sus operaciones",
según sea el caso.
Las elecciones norteamericanas explican
la ausencia de Gore
J.VALENZUELA, Washington
La delegación norteamericana en el acto de entrega del canal
de Panamá estará dirigida por el ex presidente Jimmy Carter,
que pactó con Omar Torrijos la devolución en 1977, y contará
como más notables políticos en ejercicio con los secretarios
de Transportes y de Comercio. Este ninguneo de Washington irrita a los
políticos panameños. "Los norteamericanos nos están
demostrando que cada vez nos tienen en menor consideración", dice
el ex vicepresidente Ricardo Arias Calderón.
La ausencia de Clinton y de Al Gore es más notable si se recuerda
que los panameños adelantaron un par de semanas la ceremonia de
devolución porque ambos les expresaron su deseo de estar físicamente
presentes en Washington a finales de año para seguir los posibles
problemas causados por el efecto 2000. Pero Clinton recibió
el consejo de no dar más munición a sus detractores conservadores
con su presencia en Panamá. Y al candidato presidencial Gore la
foto en la que menos le interesa aparecer es cuando se arríe la
bandera de las barras y estrellas en el canal.
Albright, a la que le había sido adjudicado el compromiso de
dirigir la delegación estadounidense, canceló su viaje a
Panamá la pasada semana con el argumento de que es requerida en
Washington para participar en las conversaciones entre Israel y Siria.
Mientras algunos congresistas conservadores denuncian el peligro de
que China se haga con el canal, los medios de comunicación de EE
UU prestan escasa atención al acontecimiento histórico de
hoy. Una de las pocas referencias, la de The New York Times de ayer,
ponía el acento en la angustia de los panameños ante la salida
de los norteamericanos y sus dudas sobre la capacidad de sus propias autoridades
para lidiar con el canal.
Washington está resentido con el Gobierno panameño por
no haber podido imponerle una continuidad de sus tropas en forma de centro
multinacional de lucha contra la droga.
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