![]() Viernes 11 febrero 2000 - Nº 1379 |
SOCIEDAD
![]() |
||||||||
España será
uno de los primeros países de la UE en registrar un descenso de
habitantes
El sur del continente sigue rezagado en las políticas sociales sobre mujeres y jóvenes MIGUEL BAYÓN, Madrid
En el prólogo, Pedro Solbes, miembro de la Comisión Europea,
advierte: "El reto de la construcción europea no puede agotar su
significado en el ya imparable proceso de convergencia económica
e institucional. Es fundamental, si queremos afrontar de una manera realista
la idea de Europa, que sentemos las bases de una ciudadanía europea".
Díez y sus compañeros de presentación coincidieron
en la importancia que tiene hoy ser europeo, pero trataron de eludir triunfalismos.
Los datos de ¿Cómo somos los europeos? ilustran desde
luego una realidad brillante: 374 millones de habitantes (sólo superada
por China e India) con una esperanza de vida de 74 años para los
hombres y 81 para las mujeres. Pero la natalidad en la Europa comunitaria
ha caído en picado: en los años sesenta, con el baby boom,
la tasa europea alcanzaba el 8 por mil, mientras que en la actualidad sólo
llega al 2,3 por mil, tres veces por debajo de Estados Unidos. Sólo
el 1% de las europeas menores de 20 años son madres.
Los europeos comunitarios, por tanto, viviremos más, pero seremos
menos. El primer país que verá decrecer su población
será Italia, en 2008, seis años antes que España.
En cambio en Holanda sucederá en 2037 y en Portugal en 2040.
La tasa de natalidad, según los expertos, es un dato que debe
contemplarse en relación con la capacidad de un país para
dar empleo a las mujeres y a las compensaciones que ofrezca para simultanear
vida laboral y familiar. El caso español, a esa luz, se presenta
duro.
Trabajo femenino
A las españolas, para encontrar trabajo, no les vale ni siquiera
tener estudios superiores: los hombres sin estudios o con estudios primarios
son preferidos. Un fenómeno que, en toda la UE, sólo tiene
parangón curiosamente en dos países nórdicos -Finlandia
y Suecia- donde la incorporación de la mujer al mundo laboral es
una realidad desde hace mucho.
La tasa media de paro en la UE es, para los hombres, el 9%, y para las
mujeres el 12%. Esa diferencia de tres puntos aumenta a siete en el caso
italiano, y a cinco en el español. Por supuesto, la masa salarial
de las mujeres europeas -es decir, la suma de todos sus salarios- es un
20% inferior a la de los hombres. Las mujeres son mayoritarias en trabajos
peor pagados, pero minoría en los puestos directivos.
Tampoco la UE es homogénea en cuanto a la realidad de los jóvenes,
una capa social que sufre casi un 20% de paro y, en España, un 35,7%.
Aun con ese problema compartido en toda la Unión, los comportamientos
juveniles son distintos en el norte y en el sur. Mientras en el norte se
mantiene, aunque no tan clara, la tendencia iniciada entre 1960 y 1980
de abandonar pronto el domicilio paterno, en el Mediterráneo esa
marcha cada vez se produce más tardíamente. En España,
en 1987, un 49% de los jóvenes de edades comprendidas entre los
25 y 29 años permanecía en casa de los padres; en 1996, alcanzaban
ya el 62%, récord en la UE, mientras que en Finlandia eran el 8%.
Otra diferencia es que, cuando al fin se van de casa, los jóvenes
del norte lo hacen para emprender algún tipo de convivencia de hecho,
mientras que los del sur suelen hacerlo para casarse. El matrimonio ha
descendido en la UE del 8 por mil en 1970 al actual 5 por mil, y en Francia,
Finlandia, Irlanda y Holanda ha experimentado una caída de entre
el 60% y el 70%, y la gente cada vez se casa más mayor. El país
con más parejas de hecho es Dinamarca. Por debajo de España
sólo están Irlanda, Portugal, Grecia e Italia. Los hijos
de parejas no casadas son el 24% en Europa.
Los datos educativos arrojan un balance positivo. La enseñanza
obligatoria abarca a 40 millones de alumnos. Hay 12 millones de europeos
matriculados en algún curso de enseñanza superior no obligatoria:
en los dos últimos decenios, el número de estudiantes de
este nivel educativo ha registrado un aumento medio del 75% en toda la
Unión. Con 6 millones de profesores, el sector educativo emplea
al 4% de los trabajadores europeos.
La educación en la UE empieza cada vez a edad más temprana
y se extiende durante más años. En España, por ejemplo,
el 100% de los niños de cuatro años están escolarizados.
Y en Dinamarca, Holanda, Finlandia y Reino Unido aumenta la participación
de mayores de 30 años en el sistema educativo. Los expertos pronostican
que será normal que las personas no terminen realmente de estudiar,
sino que entren y salgan en numerosas ocasiones de esa actividad, para
actualizar sus conocimientos.
En la educación superior, las mujeres superan en número a los hombres en muchos países de la UE, sobre todo en humanidades y ciencias de la salud. España se sitúa en una zona media dentro de esa tendencia. Una sociedad obligada a la solidaridad con los inmigrantes M. B, Madrid
"Estamos hablando de escasamente 30.000 personas", dice la eurodiputada
socialista Rosa Díez. "Y ello en un país que, hasta hace
como quien dice cuatro días, exportaba emigrantes. Estamos hablando
de un porcentaje que está cinco veces por debajo de la media de
la UE".
Díez avisa de que habrá que aceptar con plena naturalidad
que cada vez haya en España más inmigrantes, estén
o no dentro de la legalidad. "Lo que es una imprudencia es decir, como
ha hecho el Gobierno del PP, que la ley de Extranjería puede tener
un efecto de llamada, como sugiriendo que fomentará una auténtica
invasión".
Acogida
La realidad, advierte Díez, acabará poniendo las cosas
en su sitio. "Si somos una sociedad que ha elegido no tener hijos, y ahí
está la tasa de natalidad para demostrarlo", dice la eurodiputada
socialista, "debemos también atenernos a las consecuencias que derivarán
de esa opción. Por tanto, muchos trabajos van a tener que ser desempeñados
por extranjeros. Queramos o no queramos, como vamos a ser un país
de acogida de inmigrantes, tendremos que ser solidarios, incluso quienes
no quieran serlo".
Díez cree que son improcedentes los temores de que los inmigrantes
contribuyan a cualquier desvirtualización de la cultura española
o europea. "Europa realmente es una suma", dice. "La UE es una comunidad
que aspira al mestizaje. No digo que ya lo haya conseguido, sino que ésa
es su aspiración".
|
© Copyright DIARIO EL PAIS, S.A. - Miguel Yuste 40, 28037 Madrid |