Lunes 24 enero 2000 - Nº 1361 |
ESPAÑA
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Más de un
millón de personas dicen a ETA que con el terror no conseguirá
sus objetivos
Aznar encabeza la marcha junto a representantes de casi todos los partidos con la ausencia del PNV y de EA
CARLOS E. CUÉ / TATIANA ESCÁRRAGA,
Madrid
El presidente del Gobierno, José María Aznar, encabezó
la marcha junto a los representantes de casi todos los partidos con presencia
en el Parlamento, con la significativa ausencia del Partido Nacionalista
Vasco y de Eusko Alkartasuna.
La cabecera de la manifestación, que portaba una pancarta con
el lema "Por la paz y la libertad: ¡Terrorismo no!", tenía
un fuerte simbolismo de unidad y pluralismo. En el centro se encontraba
el presidente del Gobierno, José María Aznar. Junto a él,
los máximos representantes de las tres principales fuerzas políticas:
Javier Arenas (PP), Joaquín Almunia (PSOE) y Francisco Frutos (IU).
Cerca de Aznar, los otros tres presidentes de la etapa democrática:
Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo-Sotelo y Felipe González. Les
acompañaban en primera fila el vicepresidente segundo del Gobierno,
Rodrigo Rato; el presidente del Congreso, Federico Trillo, y la presidenta
del Senado, Esperanza Aguirre, así como representantes de CiU (Manel
Silva), de Coalición Canaria (Luis Mardones) y de Nueva Izquierda
(Diego López Garrido). En la cabecera también se hallaban
el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón;
el alcalde de la capital, José María Álvarez del Manzano;
el secretario regional de los socialistas madrileños, Jaime Lissavetzky,
y el dirigente de IU Ángel Pérez. Los dos grandes sindicatos,
UGT y CC OO, estuvieron representados por sus respectivos secretarios generales,
Cándido Méndez y Antonio Gutiérrez. Y la patronal
CEOE, por José María Cuevas. También estuvieron en
primera línea la presidenta de la Asociación de Víctimas
del Terrorismo, Sonsoles Álvarez de Toledo, y el portavoz del Movimiento
contra la Intolerancia, Esteban Ibarra.
El recorrido oficial comenzó, a las 12 en punto de la mañana,
en la calle de Alcalá a la altura de la calle Barquillo, a menos
de 1.000 metros de la Puerta del Sol. La marcha de los principales representantes
institucional, en absoluto silencio, duró menos de media hora. Al
llegar a Sol, los portadores de la pancarta subieron a una tarima desde
la que el actor vasco Imanol Arias leyó un contundente manifiesto
contra la violencia terrorista. En él se advirtió a ETA de
que ha de saber que con su violencia, con asesinatos, no logrará
ningún objetivo. Sólo las personas que habían conseguido
llegar hasta la Puerta del Sol en ese momento -aproximadamente un 10% del
total de la manifestación- pudieron escuchar la lectura, vehemente,
que hizo del comunicado Imanol Arias. Fue interrumpido con aplausos, especialmente
cuando leyó el llamamiento a aislar al mundo de ETA y de HB.
Imanol Arias, que tuvo que sustituir al filósofo Fernando Savater,
afónico tras enfrentarse con simpatizantes de HB durante una manifestación
el pasado viernes en San Sebastián, exigió firmeza y unidad
a todos los partidos, ya que, según el comunicado, "las divergencias
generan la sensación de impunidad que alimenta a los violentos".
Uno de los ejes centrales del manifiesto se resumía en esta frase:
"Los ciudadanos [queremos] expresar el profundo asco y el desprecio que
nos produce la defensa de ideas legítimas a través del terror".
También fue rubricado por los aplausos la mención a que la
sociedad española "defiende el derecho a la vida (...). Hemos renunciado
democráticamente a utilizar la pena de muerte".
Con la frase en Euskera "ETA kanpora [fuera]" y una fuerte ovación
acabó la parte oficial de la manifestación. A partir de este
momento comenzaron a llegar cientos de miles de personas que, desde la
masiva concentración en el Paseo de la Castellana, conseguían
lentamente alcanzar la Puerta del Sol.
Ninguno de ellos pudo oír el manifiesto leído por Imanol
Arias, ya que la megafonía sólo alcanzó a las zonas
más próximas a la Puerta del Sol. Quienes fueron llegando
a esa plaza a partir de ese momento no cesaron de corear consignas contras
la violencia terrorista, algunas utilizadas en otras manifestaciones similares
y otras acuñadas para la ocasión. La más emblemática,
y la más repetida, era "ETA, escucha, así es como se lucha".
También hubo insultos dirigidos contra la banda terrorista y HB,
y otros, más minoritarios, contra el presidente del PNV, Xabier
Arzalluz. La ausencia de este partido en la marcha fue especialmente llamativa
si se tiene en cuenta que en la anterior gran manifestación contra
ETA en Madrid, el 14 de julio de 1997, convocada tras el asesinato del
concejal del PP Miguel Ángel Blanco, estuvieron presentes tanto
el lehendakari José Antonio Ardanza como el portavoz parlamentario
Iñaki Anasagasti y el entonces consejero de Interior, Juan María
Atutxa.
Anasagasti calificó ayer de "injustas" las críticas recibidas
por la inasistencia de su partido a la manifestación de Madrid y,
tras recordar que el PNV ha participado en varios actos contra ETA en el
País Vasco a los que no acudió ningún dirigente nacional
de otros partidos, dijo que a él no le "apetecía" manifestarse
en la capital después de escuchar "los improperios injustos" que
está recibiendo su partido. Sí estuvo entre los manifestantes
Alfonso Basagoiti, presidente del Círculo de Empresarios Vascos.
Recuerdo de julio de 1997
Excepto la ausencia del PNV, todo recordaba mucho al 14 de julio de
1997, cuando millones de personas clamaron en toda España por el
fin de la violencia etarra. "Yo también viví aquel momento,
cuando la muerte del joven concejal, y estuve tan conmovida como hoy. ETA
tiene que parar", clamaba una asistente.
La manifestación que habían convocado las fuerzas políticas,
sociales y sindicales estaba fijada para las 12.00 desde la plaza de Colón
hasta la Puerta del Sol. Pero mucho antes, casi desde las once de la mañana
comenzó un largo e interminable peregrinar de personas que querían
participar en la marcha. Había familias enteras, jóvenes,
niños y ancianos.
En una fría mañana de domingo y bajo un sol brillante,
los madrileños salieron a la calle para gritar "ETA no". Algunas
personas portaban pegatinas que decían "ETA no, vascos sí",
"Basta ya" o folios con el emblema de las manos blancas y pancartas con
frases como "Terrorismo=fascismo, todos somos vascos".
Mientras la cabecera llegaba y se leía el manifiesto, cientos
de miles de personas esperaban en Colón para iniciar el recorrido.
Cuando ya había concluido oficialmente la manifestación en
la Puerta del Sol parecía que empezaba otra. La gente no cesaba
de llegar a La Castellana. "Este era un compromiso ineludible", señaló
un joven. La calle estaba colapsada.
"¿Y dónde está la cabecera?" se preguntaban los
que, a las 13.00, cuando los actos oficiales ya habían concluido,
se dirigían hacia Sol. Ignoraban no sólo que se había
disuelto ya, sino que también se había leído el comunicado.
Pedro Núñez Morgades, delegado del Gobierno en Madrid, se
disculpó por este fallo organizativo, que achacó a la escasez
de tiempo con que se había preparado la marcha.
Tampoco eso importó mucho. Miles de personas con las manos en
alto, canciones, consignas, gritos y demostraciones de rechazo eran constantes.
Los más jóvenes también recuperaron, una vez más,
la canción Libertad sin ira, del grupo Jarcha. Frases como
"Aquí estamos, nosotros no matamos" también se repetían
una y otra vez. "Ya es hora de que entiendan que ésta no es la solución",
comentaba un hombre que llegó a la manifestación acompañado
por su esposa y su hija pequeña. Unos minutos después, también
él se unió a las demostraciones de rechazo: "Asesinos, asesinos",
gritaban miles de asistentes.
A la manifestación acudieron también representantes de
la Asociación de vecinos Virgen del Puerto, el barrio en el que
fue asesinado el teniente coronel Blanco. Llevaban una pancarta que decía:
"La solución no es derramar sangre inocente. Basta ya de muertos".
La federación madrileña de Asociaciones Gitanas también
quiso dejar constancia de su repulsa al terrorismo de ETA. Dirigentes de
la Asociación de Víctimas del Terrorismo portaban dos pancartas
en las que se leía: "Políticos, exigimos el fin de ETA" y
"¿Y ahora qué, sentados a esperar otro muerto?".
Muy cerca de allí una pancarta exhibía la fotografía
de la salida de la cárcel del dirigente etarra Josu Ternera, acompañado
de sus dos hijos. En la parte inferior aparecían las fotografías
de dos niños pequeños hijos de víctimas de ETA con
la leyenda "Estos niños no ven a su padre".
El único incidente que se registró durante la manifestación
fue el enfrentamiento verbal entre un grupo de ultras que pedían
la pena de muerte. Las consignas de esos jóvenes, pertenecientes
a la Alianza por la Unidad Nacional, el partido liderado por Ricardo Sáenz
de Ynestrillas, fueron respondidas por un grupo de ciudadanos que les gritó:
"ETA no, pero fascistas tampoco". La policía detuvo a los ultras,
aunque luego fueron puestos en libertad.
El incesante desfilar de personas se prolongó hasta las tres de la tarde. A esa hora despejaron la Puerta del Sol los últimos manifestantes. "Ojalá que no tengamos que volver aquí; ojalá que esto no se vuelva a repetir", clamaba un asistente. EL PAÍS, Madrid
Las convocatorias contra el terrorismo han sido las más multitudinarias,
a excepción de las promovidas en apoyo de la democracia tras el
intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 -1.200.000 ciudadanos
en Madrid y tres millones en toda España- y para recibir en Barcelona,
en 1977, a Josep Tarradellas, ex presidente de la Generalitat, a su regreso
del exilio -un millón-. Las principales, excluida la de ayer, han
sido las siguientes:
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