Latinoamérica y Caribe - Panamá

El canal de Panamá pasa a manos panameñas de forma protocolar

Diciembre 14, 1999
Actualizado: 2:22 PM EST (1922 GMT)

En este artículo:

Clinton, el gran ausente

Encomio a Torrijos

Una larga lucha


PANAMA -- Panamá vio cumplido este martes un viejo sueño al recibir en una ceremonia simbólica el canal interoceánico, controlado por Estados Unidos desde 1914. La presidenta Mireya Moscoso y el ex mandatario estadounidense Jimmy Carter firmaron las notas diplomáticas que ratifican el compromiso norteamericano de entregar la vía acuática, que se oficializará el 31 de diciembre. 

"Estamos muy contentos, porque al fin alcanzamos la victoria", afirmó Moscoso en un discurso haciéndose eco de una estrofa del himno nacional panameño. "El canal es nuestro", agregó.

"Panamá acepta este reto con hidalguía en la total y absoluta confianza de que el canal será una empresa modelo para el continente".

La ceremonia, realizada junto a las esclusas de Miraflores en el extremo Pacífico del canal, contó con la presencia de seis presidentes latinoamericanos y el rey de España, que actuaron como testigos.

Uno por uno, los presidentes de Bolivia, Hugo Bánzer; Colombia, Andrés Pastrana; Costa Rica, Miguel Angel Rodríguez; Ecuador, Jamil Mahuad; Honduras, Carlos Flores; México, Ernesto Zedillo, y el monarca español Juan Carlos firmaron el documento.

Los tratados del canal, firmados en 1977 por Carter y el ya fallecido líder militar panameño Omar Torrijos, obligan a Estados Unidos a transferir el canal y a retirar su presencia militar en el istmo.

Clinton, el gran ausente

El presidente Bill Clinton fue el gran ausente en la colorida ceremonia, pero la presencia de Carter ratificó el compromiso norteamericano.

"Empieza una nueva relación entre su país y el mío, muy importante para América latina", declaró Carter en un pasaje de su discurso pronunciado en español. "Se trata de una de las ocasiones históricas más importantes ocurridas en el hemisferio", añadió.

Recordando la tormentosa batalla para su aprobación en el Senado, Carter admitió que la entrega del canal tuvo un costo político enorme para quienes la defendieron en Estados Unidos.

"Este no fue un tratado popular", comentó refiriéndose a 13 senadores que no lograron ser reelegidos para ocupar sus escaños.

Encomio a Torrijos

Entretanto, Moscoso dejó de lado las diferencias políticas y elogió a su otrora rival, el general Torrijos, por aprovechar "la oportunidad histórica de elevar el tema de la reivindicación nacional a un nivel mundial".

Torrijos, quien murió en un accidente aéreo en 1981, fue uno de los cabecillas de un golpe de estado en 1968 que depuso al fallecido Arnulfo Arias, esposo de Moscoso.

El canal pasará legalmente a manos panameñas al mediodía del 31 de diciembre, pero el país centroamericano se esmeró en la ceremonia reuniendo a varios jefes de Estado para no interferir en las celebraciones por el fin del milenio.

El traspaso protocolar se efectuó a un lado de la esclusa, en el Pacífico, donde se paralizó el tráfico de buques durante unos momentos.

Una larga lucha

A pesar de que todavía faltan 17 días para el traspaso real, Panamá tomó este acto como el punto de partida para recibir el canal, por el que luchó desde comienzos de siglo y que le costó vidas humanas y batallas diplomáticas con la mayor potencia mundial.

Estados Unidos se introdujo en la vida del istmo desde su separación de Colombia, y mediante convenios, obtuvo el derecho de terminar la construcción del canal, comenzada por Francia, y montar fortificaciones para su protección.

Los estadounidenses abrieron el canal en 1914 y emplazaron tropas alrededor de la vía para defenderla. Establecieron la zona del canal, un enclave cívico-militar, que repudiaron los panameños y creó conflictos entre ambas naciones.

Bajo el argumento de la defensa del canal, Estados Unidos intervino militarmente en el istmo en numerosas ocasiones. Los tratados canaleros eliminaron la zona del canal y pusieron término a la presencia militar norteamericana.

Estados Unidos deja como herencia una vía que sigue siendo un punto importante para el comercio marítimo continental y por donde pasan unos 14.000 barcos anuales, que mueven cerca del cinco por ciento del comercio mundial.

De 80 kilómetros de largo, el canal cuenta con tres esclusas que suben a los barcos en su trayecto entre los océanos Pacífico y Atlántico, y viceversa.

El reto de los panameños será mantener la eficiencia del canal y alejarlo de disputas políticas y de la corrupción.

Sectores conservadores en Estados Unidos no se hacen a la idea de que el canal pase a manos panameñas y advierten sobre una influencia desmedida de los chinos en la vía por operar dos puertos terminales.

(Con información de Associated Press)