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El turismo español a Cuba y los matrimonios entre españoles y cubanos viven un auge sin precedentes. Según datos oficiales, 1997 se cerrará con cerca de 100.000 turistas españoles que habrán visitado la isla, y, más de la mitad, habrán sido mujeres. También se ha producido durante ese año una media mensual de 130 matrimonios, lo que significa casi 1.600 enlaces a lo largo de los últimos 12 meses.

Un jinetero exhibe sus atributos en la concurrida playa de Tropi Coco, al este de La Habana.

El país que más turismo envía a la isla es Italia, con cerca de 150.000 visitantes contabilizados a mediados de octubre, el segundo es México (unos 122.000 en la misma fecha) y el tercero, España, con más de 75.000 turistas contabilizados antes de acabar octubre. Además, el número de mujeres españolas que han viajado a Cuba durante este año ha superado por primera vez el de hombres.

Consulados y agencias de viajes han confirmado que los matrimonios de españolas con cubanos han crecido en los dos últimos años de tal manera que, de seguir la tendencia, podrían igualarse en los años próximos a los de españoles con cubanas. "Los matrimonios entre una española y un cubano están de moda. Parece que se ha producido una oleada tras la visita de algunas famosas", dicen en la embajada, en clara alusión a Isabel Gemio.

Hombres como reclamo

Por un precio que oscila entre las 60.000 y las 200.000 pesetas una semana, de acuerdo con la temporada, el viaje a Cuba es accesible para muchos. Las agencias de viajes describen al turista tipo o mayoritario con una edad de entre 25 y 40 años. Mujeres y hombres, indistintamente. Una prueba de la igualdad es que en los catálogos y folletos, "además de cubanas estupendas, se usan como reclamo tíos sabrosones", explica Cristina Martínez, de la agencia Politours.

"Aquí cada vez vienen más chicas que quieren conocer la isla. A la vuelta, si han ligado y se lo han pasado bien, dicen que aquello es fenomenal; si no, que una porquería", cuenta Luis Angel García, de Viajes Iberia, quien tiene claro que estos turistas buscan sexo en un 90%.

"Hay gente que va a buscar sexo a cualquier parte del mundo. Cuba es algo más que sexo. Está su paisaje, su cultura, las relaciones humanas, etcétera. Hay que luchar contra el tópico", declara con cierta indignación Marité López, responsable de la Oficina Cubana de Turismo. "Además del clima y la naturaleza, somos gente muy especial, solidarios, abiertos y entregados, cualidades que en muchos sitios se han ido perdiendo", agrega.

López advierte que cerca de 300.000 visitantes son jóvenes turistas que van durante los meses de marzo y mayo para conocer el país. Agrega que la política no tiene que ver con el turismo, como lo demuestra el que viajan a la isla medio millón más de personas que hace cuatro años.

Colas para visados

Los cinco consulados en España --Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia y Las Palmas-- no dan abasto para atender la petición de visados para viajar a Cuba. Diariamente se expiden unos 50 en cada uno.

Margarita, funcionaria de la Embajada de Cuba, asegura que predominan los solicitantes con edades entre los 25 y 40 años, se equiparan hombres y mujeres y llevan dos años con una demanda imparable. Cuenta que también llaman campesinos "que han oído hablar equivocadamente de que allí es fácil encontrar mujeres para un rato o para toda la vida".

No hay espíritu vivo que resista la atracción de un cubano o una cubana en posición de ataque. Cuando sus cuerpos moldeados por el uso de la bicicleta y la práctica del baile se ponen en movimiento, empieza la tormenta y se acaban las dudas. La crisis aprieta fuerte. Los dólares son la única moneda para sobrevivir, y el turismo, la vía fácil de conseguirlos. ¿Cómo? "Vacilando, guarachando , coqueteando y pidiéndolos... suavemente", explica Alexis, coleccionista de títulos universitarios y con dos años de experiencia saqueando turistas. "No sé como lo consiguen, pero acabas pagándoles más que a un prostituto y ni te enteras", relata Asunción, una madrileña que roza los 40 y dos veces al año se escapa con sus amigas a La Habana.

El jineterío, hombres y mujeres a la caza de turistas, se extiende por toda La Habana y las playas del Este y Varadero. En las puertas de los hoteles, la persecución es agobiante y en las discotecas no hay ni un solo turista que no se deje enamorar cuando los oriundos les regalan falsas promesas de amor mil veces ensayadas en un ejercicio de muela sin precedentes. Los cubanos presumen de ser fogosos. Lo son bailando, hablando, y seguro que también exhiben sus mejores armas en el ejercicio amatorio. "¿Lo dudas?", remata Odalis, 16 años camuflados bajo un trozo de licra. El rostro de satisfacción de los turistas confirma las sospechas. La humedad del Caribe ayuda y la necesidad económica los empuja a conseguir dólares con rapidez. No hay cifras oficiales de cuántos cubanos trabajan en la calle, pero estos días, con los preparativos de la visita del Papa, hay trenes que viajan a diario llenos de jineteras de vuelta a sus casas, en las provincias del centro y oriente de Cuba. A los dos días regresan. "El secreto está en no enamorarse, o hacerlo cada día en una esquina diferente", confiesa un vasco con experiencia.

Cada mes se celebran 130 matrimonios entre cubanos y españoles, lo que supondrá más de 1.600 enlaces en un año. Según datos del consulado en La Habana, el 70% son de mujeres cubanas con varones españoles, aunque hace dos años este porcentaje era del 90%. Oficialmente no hay datos sobre fracasos. Se estima que, de los amores que acaban en separación, sólo un 15% de los cónyuges cubanos piden su vuelta a la isla.

La Consultoría Internacional, una entidad jurídicamente privada pero vinculada al Ministerio de Justicia cubano, es el organismo que gestiona estas uniones. El precio que tiene que pagar un extranjero por casarse con un ciudadano o ciudadana cubanos, pasaje de avión aparte, ronda los 1.000 dólares (150.000 pesetas aproximadamente). En este coste van incluidos los gastos de ceremonia, trámites de visado y pasaporte.

Privilegios

Para el cubano o cubana, la boda con una persona extranjera se traduce en la adquisición de una serie de privilegios, entre otros alojarse como huésped en los hoteles turísticos o gestionar negocios con empresas.

Según el Centro de Estudios Demográficos, la tasa de nupcialidad en la isla es del 10,7 por 1.000 habitantes, mientras que la de divorcios es del 5,2. Los cubanos de entre 14 y 30 años representan el 30% de la población (49,3% mujeres, un total de 1.621.700). La práctica totalidad de las mujeres han tenido su primer embarazo entre los 14 y 20 años.

Cuando los cubanos, varones y mujeres, describen la sexualidad que los caracteriza, se consideran sensuales como pocos, aunque algunos psicólogos sociales alegan que es una sobreestimación sostenida más por el alarde verbal que por los hechos prácticos. -- A. M. Y. Copyright © 1997 Ediciones Primera Plana S.A. Grupo Z