Honduras elige al liberal Carlos Flores e inicia una etapa de reparto de poder
PACO GÓMEZ NADAL,
Managua
De las elecciones de las novedades a los resultados de la sorpresa. Todo apuntaba a que Carlos Flores, el candidato oficialista del Partido Liberal (PL), sería el nuevo presidente de Honduras. Y así será, ya que, con casi dos millones de votos escrutados, Flores, con un 54%, aventaja en 12 puntos a su máxima rival, Nora de Melgar, del opositor Partido Nacional (PN). Las sorpresas son otras: el PL no tendrá la mayoría en el Congreso, la alcaldía de Tegucigalpa será para el PN y los partidos minoritarios han logrado un buen espacio en el Parlamento constituido por 80 escaños.
![]() depositar su papeleta el pasado domingo (AP). |
Con dos millones de votos escrutados, se calcula que el PL ha logrado 67 de los 128 escaños del Congreso hondureño y Flores ha ganado en 14 de los 18 departamentos del país. El reparto de poder es la conclusión de estos comicios.
Por primera vez los hondureños votaban en papeletas separadas a su presidente, a los diputados y a sus alcaldes. Los efectos son evidentes: Tegucigalpa será gobernada por un nacionalista (César Castellanos); San Pedro de Sula, segunda ciudad del país, por un liberal (Roberto Larios Silva), y los pequeños partidos han dado la sorpresa.
La Unificación Democrática concurría por primera vez a unas elecciones después de ser legalizados los partidos de izquierda en 1993. Con casi 30.000 votos se ha asegurado un escaño en el Parlamento y varias pequeñas alcaldías. Todavía existen posibilidades de que gobierne la ciudad de La Paz, tradicional feudo liberal, ya que allí reside el ex presidente Roberto Suazo. Matías Funes, candidato presidencial de la UD, dijo ayer que los hondureños han reconocido «la ética y la sinceridad de su propuesta política».
El otro partido que ha sorprendido es la Democracia Cristiana, que, al lograr un diputado, evita su desaparición como formación política (la legislación hondureña retira la personalidad jurídica a los partidos que logren menos de 10.000 votos).
Promesa de cambio
Carlos Flores asumirá la presidencia el próximo 27 de enero. Un liberal sustituyendo a otro liberal, Carlos Roberto Reina. Pero llega con una promesa de cambio. Flores, ingeniero industrial de 47 años, asegura que su llegada al poder también supone una renovación dentro del mismo PL. En su ideario político figura el apoyo a la integración centroamericana y el rechazo a los programas de ajuste «impuestos por las instituciones financieras internacionales y que, en ocasiones, han provocado desastres en Honduras».
La misma noche del domingo se apresuró a prometer a los hondureños dureza contra la corrupción a base de dos armas: «El castigo y el ejemplo». También se comprometió a luchar contra «los especuladores y los altos precios que hacen imposible la compra de la canasta básica», y situó a «la educación como premisa fundamental de su próximo Gobierno».
Los votos del pasado domingo dan a Flores un plazo de cuatro años para hacer realidad esas promesas, y su predecesor, el también liberal Reina, los interpreta como una «aval» a su propia gestión. «El hecho de que no haya un voto de castigo al PL demuestra la simpatía de los ciudadanos por mi administración», manifestó ayer apresuradamente el presidente saliente.
Algunos líderes del Partido Nacional no lo ven así y, por ejemplo, Roberto Martínez, ex precandidato nacionalista, atribuyó la victoria liberal al «temor y acoso» de Reina sobre los dirigentes del PN. Martínez se refiere a la campaña de Reina contra la corrupción, que se centró principalmente en su antecesor, el nacionalista Rafael Callejas.
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