El País Digital
Sábado
22 noviembre
1997 - Nº 568

Un grupo de paramilitares acribilla a 15 campesinos a tan sólo 80 kilómetros de Bogotá

REUTERS / EFE , Bogotá
Al menos 15 campesinos fueron asesinados ayer por un grupo de supuestos paramilitares en una espeluznante operación a unos 80 kilómetros de Bogotá. Las víctimas, cuatro de ellas mujeres, fueron obligadas a salir de sus viviendas, una por una, y acribilladas en la calle. Ocurrió en un pueblo del departamento de Cundinamarca, en un nuevo acto de la violencia que atenaza a Colombia, dividida en zonas controladas por la guerrilla o por los paramilitares, y que cada vez se acerca más a la capital. Observadores independientes ven al Gobierno impotente ante la situación.


Residentes de Mapiripán cuentan al Ejército la
matanza de julio pasado de los paramilitares (AP).
«El jefe de las Fuerzas Armadas (general Manuel José Bonet) ha ordenado el envío de las tropas a la zona. Como ministro, yo condeno este acto. Esta ola de derramamiento de sangre no puede continuar, el país entero debe rechazarlo», declaró el ministro de Defensa, Gilberto Echeverri, durante un acto oficial celebrado en Barranquilla, al tener noticias del sangriento atentado.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la guerrilla más antigua y poderosa del país, tiene una gran presencia en la zona de la matanza. Fuerzas paramilitares de extrema derecha atentan frecuentemente contra los civiles de los que sospecha su apoyo a los rebeldes.

La policía de Cundinamarca dijo que la matanza se registró en una zona rural conocida como La Orqueta, situada entre las localidades de Tocaima y Viotá.

Un informe inicial precisa que hacia el mediodía local fueron hallados los primeros diez cadáveres, correspondientes a ocho hombres y a dos mujeres. Junto a los diez cuerpos se encontró un cadáver más, esta vez de un hombre vestido con uniforme militar. Por último, las autoridades hallaron cinco cuerpos más sin vida.

Víctimas maniatadas

Una mujer y una niña que resultaron heridas fueron trasladadas desde La Orqueta a un hospital cercano. Al parecer, según los relatos de algunos vecinos del lugar de la matanza, cinco de las víctimas fueron maniatadas.

El comandante de la XIII Brigada del Ejército, el general Euclides Sánchez, indicó que hacia la zona de la matanza fueron enviadas tropas militares y refuerzos policiales en helicópteros con armas pesadas para tratar de dar captura a los criminales.

Las autoridades señalaron también que en esa región conocida como Tequendama, vecina a la capital, opera un frente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y tratan de precisar informaciones de que en las últimas semanas los vecinos han notado presencia de paramilitares.

Se trata de la mayor matanza de civiles desde que un escuadrón de la muerte asesinara a más de 30 personas en Mapiripán, un pueblecito de la provincia oriental de Meta, el pasado mes de julio.

Colombia, considerado el país más violento del mundo en tiempo de paz, había conocido un relativo periodo de tranquilidad después de las elecciones municipales del pasado 26 de octubre. Esos comicios quedaron sembrados por los cadáveres de cientos de candidatos y simpatizantes de distintos bandos.

Tres periodistas colombianos, a pesar de ello, han sido asesinados en los últimos días, elevando a seis el número de víctimas de esta profesión en lo que va de año.

Numerosos grupos defensores de los derechos humanos acusan al Ejército de ayudar a organizar los escuadrones de la muerte paramilitares para combatir mediante una guerra sucia sin cuartel a las distintas guerrillas colombianas, que en conjunto ya controlan casi el 40% del país.

A medida que las dos principales guerrillas, las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (FLN), han ido consolidando sus posiciones, los paramilitares han aparecido con más frecuencia en la violenta escena colombiana. Sus ataques se han centrado preferentemente en la indefensa población civil. El conflicto interno colombiano, que dura ya más de tres décadas, se ha cobrado aproximadamente unas 35.000 vidas tan sólo en los últimos diez años. Todos los intentos de paz entre Gobierno y grupos guerrilleros que se han intentado en todo ese tiempo han fracasado.

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