miércoles, 08 de octubre de 1997<



Hoy arranca otro Congreso del Partido Comunista de Cuba con freno y marcha atrás

Miami. Rui Ferreira

Cuando el V Congreso del Partido Comunista de Cuba inaugure hoy sus sesiones, la mayoría de las atenciones estarán orientadas hacia los posibles cambios que habrán de producirse en la dirigencia política del país. Porque, en lo que concierne a cambios en el sistema político, las autoridades castristas han reafirmado en las últimas semanas que al cónclave «hay que percibirlo como una reafirmación de la línea política de la revolución».

La expectativa entre los observadores se centra ahora en los cambios de figuras. En identificar una rotación en altas instancias, lo que sería una indicación de una muy silenciosa lucha por el poder o, también, una discreta purga de altos niveles.

En el Congreso anterior, celebrado en 1991 en medio del descalabro del mundo socialista europeo y principal apoyo económico castrista, se asistió a la entrada de muchas figuras jóvenes. El Comité Central fue renovado en más del 50 por ciento, la cifra más alta desde su fundación en 1965. A partir de ese momento, el régimen inició una serie de reformas económicas, que incluyeron la legalización de la tenencia de divisas, una mayor apertura al turismo, a las inversiones extranjeras y se permitió también el trabajo por cuenta propia. Pero algunas de esas reformas, puestas en práctica por elementos nuevos llegados a las altas esferas, no han dado los resultados esperados y este V Congreso sería una oportunidad para ver qué aspectos no funcionaron según quién sale o quién entra en el Comité Central.

«No habrá cambios»

Por primera vez en este tipo de reuniones, los comunistas cubanos discutirán alrededor de un solo documento, llamado «El Partido de la unidad, los derechos humanos y la democracia», dedicado en su casi totalidad a hacer un recuento de la historia del país, con especial énfasis en los aspectos revolucionarios del castrismo. Además, al contrario de congresos anteriores, los delegados no discutirán soluciones concretas a la crisis económica, sino que conversarán sobre grandes temas. «Lo más importante será discutir los conceptos generales, la política por desarrollar. Tendremos un V Congreso de la unidad, el socialismo y por la victoria», dijo recientemente Esteban Lazo, miembro del Buró Político del partido. El documento, distribuido para discusión entre los casi 1800 delegados hace seis meses, poco o nada refiere en materia de soluciones a la crisis económica, que no sean postulados ideológicos.

El pasado lunes, el ministro de Economía, José Luis Rodríguez, dijo a los periodistas extranjeros que «no habrá cambios en la política económica que estamos llevando a cabo», sino más bien, «(el congreso) ratificará la continuidad de lo que hemos venido haciendo». Entre 1990 y 1993, el Producto Nacional Bruto cubano se redujo un 35 por ciento, pero creció 0,7 por ciento, 2,5 y 7,8 en 1994, 1995 y 1996 respectivamente. Este año las autoridades querían lograr un cuatro por ciento, pero el ministro admitió que será una cifra difícil de lograr a causa de la baja zafra azucarera, los bajos precios internacionales del azúcar y el níquel, así como el incremento de los costos del petróleo y el paso del huracán «Lily» hace meses.


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