La CIA siguió al Che desde 1954 y utilizó
a periodistas para espiarle
MAURICIO VICENT,
La Habana
Según el abogado norteamericano, los documentos del FBI, que hasta ahora no habían sido consultados por nadie, demuestran que el rastreo del Che comenzó en 1954, durante su paso por Guatemala y su defensa del Gobierno de Jacobo Arbenz, que cayó derribado por la intervención estadounidense. En aquel primer momento, asegura Ratner, la CIA habló de él como «un médico de nacionalidad argentina a quien debemos abrir un expediente». Después, cuando «la Compañía supo «que trató de organizar una resistencia al golpe, se dijo: 'Lo mejor es que comencemos a abrir una guerra a este hombre'», afirma Ratner.
Informes en la embajada
El seguimiento y el espionaje al Che arreció en la Sierra Maestra. Según los autores de Che Guevara and the FBI, varios periodistas estadounidenses colaboraron con la CIA en este propósito. Algunos de «los periodistas estadounidenses que subían a entrevistarse con Fidel y hablaban con el Che luego iban a la embajada de Estados Unidos y hacían informes». Ni Ratner ni Smith revelan quienes fueron los chivatos, pues aseguran que en los documentos desclasificados por el FBI están tachados los nombres. Sólo dicen que, en la mayoría de los casos, estos periodistas estaban «prejuiciados» en contra del Che. «Algunos desempeñaban un papel negativo, pero otros no, como Herbert Matthews, quién después de presentar un informe objetivo por poco pierde su trabajo», dice Ratner.
La cacería del Che, afirman los autores, no concluyó hasta el día de su muerte, el 9 de octubre de 1967. «Aunque sabemos que fueron los militares del país (Bolivia) quienes lo asesinaron, las órdenes eran de la CIA, que también pagó por dispositivos inteligentes que se colocaban en los aviones para rastrearlo y localizarlo», asegura Ratner.
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Varios periodistas norteamericanos que subieron a la Sierra Maestra en 1957 y 1958 a entrevistar a Fidel Castro, durante la etapa de la lucha guerrillera contra Batista, espiaron a Ernesto Che Guevara para la CIA y el FBI. Ambas organizaciones, que habían comenzado a seguir al Che en 1954, buscaban, entre otros datos, información sobre su asma y su dependencia de los medicamentos para combatirla. El propósito era «impedirle el acceso a estas medicinas, o suministrarle veneno a través de ellas».
Estas son algunas de las revelaciones que hacen los abogados norteamericanos Michael Ratner y Michael Steven Smith en su libro Che Guevara and the FBI, basado en cientos de documentos secretos desclasificados recientemente por el FBI. Ambos autores viajaron la semana pasada a La Habana para presentar su libro en el marco de los actos que se realizan en la isla para conmemorar el 30º aniversario de la muerte del guerrillero en Bolivia. «La CIA estaba interesada en extremo en cualquiera de las debilidades físicas del Che, presuntamente para explotarlas en un eventual compló», asegura Ratner en una entrevista publicada ayer en el semanario Juventud Rebelde.