El País Digital
Domingo
19 octubre
1997 - Nº 534



Fallece el presidente de Coca-Cola, el hispano más rico de Estados Unidos

La empresa que dirigía Roberto Goizueta vale hoy 30 veces más que hace 16 años

JAVIER VALENZUELA, Washington
La noticia era esperada. Roberto Goizueta, presidente de Coca-Cola desde 1981 y el hispano más rico de Estados Unidos, agonizaba desde hacía una semana aquejado de una infección de garganta imposible de curar dado el avanzado estado del cáncer de pulmón que se le descubrió el mes pasado. Goizueta, nacido en La Habana hace 65 años y fumador empedernido, falleció ayer. Deja una empresa que vale hoy 30 veces más que en 1981.


Roberto Goizueta.
Por primera vez en 16 años, el Consejo de Administración de Coca-Cola se reunió el jueves sin Goizueta. Conociendo que el destino de su líder era inexorable, decidió esperar los acontecimientos y no tomar ninguna decisión sobre su cargo. Goizueta falleció, pues, con los galones de presidente y director ejecutivo de la empresa de bebidas más célebre y poderosa del planeta.

El consejo de administración informó que los ingresos de Coca-Cola se incrementaron un 5% en el tercer trimestre de este año en relación al mismo período de 1996 y anunció un reparto de dividendos de 14 centavos por acción.

No obstante, el prestigio de Goizueta era tan grande que, a lo largo de esta semana, las informaciones sobre su agonía han provocado un descenso en las cotizaciones de las acciones Coca-Cola en Wall Street.

La presidencia de Goizueta, caracterizada por la introducción de nuevos productos y una expansión internacional que ha llegado hasta Rusia, India y China, ha incrementado de modo espectacular el peso de Coca-Cola en los últimos tres lustros.

El valor de mercado de Coca-Cola, según informó ayer Reuters, era de 4.000 millones de dólares (590.000 millones de pesetas) en 1981; hoy se sitúa en las proximidades de los 150.000 millones de dólares (22,35 billones de pesetas).

La fortuna personal de Goizueta, que encabezaba la clasificación de los hispanos más ricos de EE UU de Hispanic Business, se cifraba este año, según esa revista, en 847 millones de dólares (126.000 millones de pesetas).

Forbes, sin embargo, la situó en 1.300 millones de dólares. Esa fortuna tenía su origen en el hecho de que Goizueta cobraba buena parte de su sueldo en acciones de la empresa y jamás vendió una. Una inversión de 100 dólares en Coca-Cola en 1981 vale ahora unos 6.500 dólares, incluida la reinversión de los dividendos. «Mi principal preocupación», decía Goizueta, «son los accionistas, mi deber es hacerlos cada vez más ricos».

Las radios y televisiones hispanas subrayaron que uno de los principales legados de Goizueta es haber roto un gran tabú. El cubano, cuya primera lengua siempre fue el castellano, demostró que un latino puede liderar con éxito una gran multinacional norteamericana.

Aunque hijo de una familia acomodada de La Habana, con propiedades azucareras, Goizueta debió su éxito a sí mismo. En 1954, recién regresado a su Cuba natal tras estudiar ingeniería química en la Universidad de Yale (Connecticut), leyó un anuncio en un periódico en el que Coca-Cola informaba que buscaba a un químico para su planta embotelladora de La Habana. Goizueta obtuvo el puesto y desde entonces nunca dejó la empresa.

«Sin la revolución castrista, jamás me habría instalado en EE UU y hoy sería probablemente director de la planta embotelladora de la Habana», solía decir Goizueta. En 1960, él, su esposa Olga y sus tres hijos huyeron de la Cuba castrista. Las propiedades de su familia habían sido expropiadas y él tenía tan sólo 40 dólares en metálico y 100 acciones de Coca-Cola.

Goizueta era un visionario, en el sentido positivo que tiene esa palabra en EE UU. Denunciando que Coca-Cola se había convertido en una empresa «demasiado conservadora», tomó decisiones arriesgadas.

Goizueta fue muy criticado cuando compró en 1982 los estudios cinematográficos Columbia, pero sus detractores tuvieron que enmudecer cuando, siete años después, los vendió a Sony, con un beneficio de 850 millones de dólares.

Douglas Ivester, de 50 años de edad, al que Goizueta nombró en 1994 su «mano derecha», es el principal candidato a su sucesión. «Todos y cada uno del millón de miembros de la familia de Coca-Cola en todo el mundo», dijo ayer Ivester, «sentimos la pérdida de nuestro presidente».

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