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RUTILIO ENAMORADO / REUTER |
Héctor Silva (centro), nuevo alcalde de San Salvador, junto a los líderes del FMLN Handal (izquierda) y Sánchez
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La jornada electoral estuvo caracterizada por la abstención, que se elevó al 60 por ciento del censo.
En algunos colegios sólo sufragó el 25 por ciento
Héctor Silva, el candidato del FMLN, se hizo con el triunfo en la emblemática alcaldía de San Salvador Codo a codo entre el FMLN y Arena en las elecciones de El Salvador
La ex guerrilla experimenta un gran avance pero no desbanca al partido gubernamental
JOAQUIM IBARZ
CorresponsalMÉXICO.
-- Codo a codo, y con alternancias en el escrutinio, los partidos Arena y Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) se disputan el primer lugar en las elecciones salvadoreñas.
Cuando se llevaba contabilizado el 60 % de los votos, el partido gobernante tenía una ligera ventaja sobre el FMLN.
Aunque el partido izquierdista conformado por ex guerrilleros proclamó su victoria en la noche del domingo basándose en los primeros resultados, a medida que fue avanzando el conteo se fueron reduciendo las diferencias, hasta que Arena pasó al primer lugar.
Aunque Arena se resintió del desgaste de ocho años en el poder, aún logró conservar una buena parte del electorado reacio a votar por los antiguos rebeldes.
Con el 58,66 % de los votos escrutados, Arena contabilizaba el 35,40 % para la Asamblea Legislativa y el 36,77 % para las alcaldías, mientras que el FMLN conseguía el 34,27 y el 32,89 %.
La relativa derrota del FMLN en las elecciones --pese a no quedar en primer lugar en número de votos aumentará en forma notable en diputados y alcaldes-- se vio compensada en buena parte por sus importantes triunfos en los comicios municipales.
Gracias a la alianza conformada por el FMLN, Convergencia Democrática y Movimiento de Unidad, el médico ginecólogo Héctor Silva ganó la alcaldía de la capital frente al arenero Mario Valiente, que buscaba la reelección.
La victoria en San Salvador proyecta a Silva como un firme aspirante con vistas a las elecciones presidenciales de 1999 por haber ganado el segundo cargo más importante del país.
Arena admitió su derrota en el principal municipio aun antes de que terminara el escrutinio oficial.
El FMLN también triunfó en la mayoría de las poblaciones que rodean a la capital, entre ellas Soyapango, Mexicanos, Apopa, Nejapa, San Marcos, Ciudad Delgado e Ilopango, y en capitales departamentales como San Miguel (segunda ciudad más importante del país), Santa Tecla, Santa Ana, Zacatecoluca y Chalatenango.
En todas ellas se improvisaron vistosos festejos para celebrar la victoria.
En total, se prevé que el frente izquierdista ganará las alcaldías de 40 municipios (de un total de 262) en los que viven más de las dos terceras partes de los salvadoreños.
Arena ganó más alcaldías, pero en poblaciones más pequeñas.
El tercer lugar del escrutinio para la Asamblea Legislativa era disputado también en forma muy estrecha por el Partido de Reconciliación Nacional (derecha) y el centroderechista Partido Demócrata Cristiano.
La jornada electoral estuvo caracterizada por la abstención, que se elevó al 60 % del censo electoral.
En algunos colegios sólo sufragó el 25 %.
La escasa votación muestra el desengaño de muchos electores en todos los partidos.
Las denuncias de irregularidades e incluso de prácticas fraudulentas se intensificaron durante toda la jornada de ayer, que vino a culminar una guerra verbal entre los dos principales partidos.
El presidente del Tribunal Supremo Electoral, Jorge Díaz, reconoció que se produjeron muchos problemas en la jornada electoral, pero ratificó que no incidieron en el resultado.
Díaz no explicó cuáles fueron las irregularidades, pero como ejemplo de prácticas sospechosas portavoces del FMLN denunciaron que en San Bartolo se encontraron en manos de Arena 400 papeletas sin marcar y que en el Instituto Técnico Industrial se encontró un paquete con papeletas ya marcadas en favor del partido en el poder.
Por su parte, Arena expuso que Héctor Silva emitió su voto rodeado de jóvenes militantes del FMLN que hicieron campaña proselitista.
Copyright La Vanguardia 1996