Managua (AFP)
El presidente de Nicaragua, Arnoldo Alemán, advirtió ayer lunes que su gobierno no devolverá bienes confiscados a parientes del exdictador Anastasio Somoza, y pidió al expresidente Daniel Ortega abandonar temores para que el problema de la propiedad se solucione jurídicamente.
"A los Somoza no les vamos a entregar nada y eso es lo que yo quiero que quede claro y definido", dijo Alemán a la prensa.
El mandatario explicó que los familiares de Somoza que pretendan recuperar ante los tribunales de justicia los bienes confiscados durante el régimen sandinista (1979-90) deberán demostrar que los adquirieron legalmente, "pero no es que se los vamos a devolver".
Alemán insistió en que su administración investigará "todo lo que signifique robo para el Estado", y señaló que espera que esa no haya sido la causa que llevó al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) el miércoles a suspender el diálogo sobre el problema de las propiedades.
Agregó que "el Comandante (Daniel) Ortega, como líder del Frente Sandinista, no debe tener temor", para que el gobierno investigue o dicte medidas para solucionar "dentro de un estado de derecho" el conflicto de las confiscaciones.
El diálogo entre las comisiones del gobierno y los sandinistas se suspendió el miércoles último, al alegar Ortega, que no existían condiciones para la siguiente ronda de conversaciones, que estaban planeadas para el jueves.
La reacción de Ortega, secretario general del FSLN, se produjo un día después que Alemán advirtió que llevará ante los tribunales de justicia los casos de propiedades que la dirigencia y el partido sandinista poseen y no quieran devolverlos o pagarlos en su valor real.
La dirigencia sandinista insiste en que el gobierno de Alemán debe terminar con lo que denominan "demagogia peligrosa", de invitar a los descendientes del exdictador Somoza a reclamar sus bienes ante los tribunales de justicia.
Dos sobrinos de Somoza, Bernabé y Alvaro, llegaron hace tres semanas a Managua procedentes de Estados Unidos, supuestamente para gestionar la devolución de las propiedades de la familia, según afirmaron medios nicaraguenses.
El FSLN, que encabezó una insurrección popular que expulsó a Somoza del poder en 1979, considera que los bienes confiscados a esa familia "fueron mal habidos" y que si son devueltos unas 270.000 familias pobres beneficiadas con la adjudicación de terrenos serían perjudicadas.
Tras el rompimiento del diálogo, hubo fuertes roces entre Ortega y el vicepresidente Enrique Bolaños, que encabeza la comisión gubernamental.
Ortega llamó el viernes a la militancia del FSLN a luchar contra el regreso del somocismo, mientras Alemán dijo del expresidente que reaccionaba así por las presiones de la alta dirigencia del partido.
Las comisiones iniciaron el diálogo el 13 de enero y tras dos encuentros sólo acordaron nombrar otra comisión bipartita de juristas, que sugiera normas jurídicas que allanen el camino para una eventual solución al complejo problema de las confisaciones.
Unas 5.000 personas fueron confiscadas por los sandinistas en la década pasada, y el gobierno de Alemán ha prometido devolver esas propiedades o que los antiguos dueños reciban un pago justo.