San José, Costa Rica. Jueves 8 de mayo, 1997. 06:52:03 am |
Una nueva era en las relaciones entre Estados Unidos, Centroamérica, Belice y República Dominicana proclamó anoche el presidente Bill Clinton tras llegar a nuestro país a las 9:38 p.m., procedente de México.
Las bases de esta alianza, dijo el mandatario estadounidense apoyado en dos muletas metálicas, deben ser el fortalecimiento de la democracia, la ampliación de un comercio libre y justo entre las naciones y el mejoramiento de la calidad de vida de los pueblos.
Estos tres temas forman parte de la agenda que Clinton y los mandatarios de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y República Dominicana, y el Primer Ministro de Belice abordarán hoy en la cumbre Puente Siglo XXI. Así lo harán de 10 a.m. a 3 p.m., en el Teatro Nacional.
"Este es un momento de gran oportunidad y esperanza para todas las Américas, pero muy especialmente aquí en Centroamérica, donde decenios de conflictos y divisiones hoy han quedado atrás y han abierto el camino hacia la paz y cooperación", manifestó.
"Esa nueva realidad --acotó-- ayuda a abrir una nueva era de asociación entre los Estados Unidos y las naciones de América Central y República Dominicana. En los próximos dos días, estoy deseoso de trabajar junto con el presidente Figueres y los demás colegas y dirigentes para fortalecer la democracia, ampliar un comercio libre y justo y mejorar la calidad de vida de todos nuestros ciudadanos".
Clinton y su esposa Hillary fueron recibidos, en la terminal remota del aeropuerto Juan Santamaría, por el presidente José María Figueres y la primera dama, Josette Altmann, en medio de un juego de pólvora y la algarabía de 600 estudiantes del Instituto de Alajuela y el colegio Lincoln, quienes agitaban pequeñas banderas de Estados Unidos y Costa Rica.
En el acto de bienvenida, que se prolongó de 10:05 p.m. a 10:30 p.m., también participaron 120 integrantes de la Orquesta Sinfónica Juvenil, los cuales interpretaron los himnos nacionales de ambas naciones.
Además, 500 miembros de cuerpos policiales costarricenses y 100 estadounidenses dipuestos en tres anillos de seguridad.
Fue en este ambiente que Figueres le dio la bienvenida a los esposos Clinton. Subrayó, en un discurso de cuatro minutos, el hecho de que esta es la primera vez que un mandatario estadounidense visita Centroamérica en un marco de absoluta democracia.
Es por eso, dijo Figueres, por lo que el acto de recibimiento estuvo a cargo de músicos y estudiantes, y no soldados. Clinton agradeció este gesto.
Acompañando al jefe de la Casa Blanca venía un importante grupo de funcionarios de alto nivel. Entre ellos, Madeleine Albright, Secretaria de Estado; Marck McClarty, asesor especial para asuntos latinoamericanos; Federico Peña, Secretario de Energía; el genreal Barry MCaffrey, y Sandy Berger, jefa de Seguridad Nacional.
Luego del recibimiento, los dos presidentes se reunieron por unos minutos en el Hotel Marriott.
La llegada de Clinton y su comitiva fue el corolario de una ajetreada jornada de recibimiento de los mandatarios de Centroamérica y República Dominicana, así como del Primer Ministro de Belice.
El primer gobernante en arribar a la terminal remota del aeropuerto Juan Santamaría fue Arnoldo Alemán, de Nicaragua. Acompañado de su hija María Dolores, de 24 años de edad, tocó suelo tico a las 10:10 a.m.
Posteriormente, llegaron --en este orden-- los presidentes de Honduras, Carlos Roberto Reina, y su esposa Bessie Watson, y de República Dominicana, Leonel Fernández, único gobernante soltero que participa en la cumbre.
Luego, los jefes de Estado de Guatemala, Alvaro Arzú, y su cónyuge, Patricia Escobar Dalton, y de El Salvador, Armando Calderón Sol, cuya esposa, Elizabeth Aguirre, no confirmó la asistencia a este encuentro.
Manuel Esquivel, primer ministro de Belice, fue el último en arribar. Lo hizo a las 2:10 p.m., junto con su esposa Kathleen Esquivel.
Estos visitantes fueron recibidos por el presidente de la República, José María Figueres, la primera dama, Josette Altmann, los ministros de Gobierno y el presidente de la Asamblea Legislativa, Saúl Weisleder.
Figueres dio una breve bienvenida a cada uno de sus invitados y elogió los esfuerzos de integración y democratización que realizan en sus respectivos países.
De tales actos fueron testigos directos los más de 1.400 alumnos de siete escuelas que animaron el ambiente con sus ovaciones, murmullos y el canto del Himno Nacional.
También estuvieron presentes los integrantes de las bandas de San José y Alajuela, quienes interpretaron los himnos nacionales de cada uno de los países representados en este encuentro, además de una nutrida cantidad de periodistas nacionales y extranjeros.
Del Juan Santamaría, los visitantes fueron trasladados al hotel Herradura, ubicado a pocos kilómetros del aeropuerto, donde se hospedaron.
Conforme llegaron a este lugar, los presidentes y el Primer Ministro dijeron ver con buenos ojos la intención del Gobierno estadounidense de enviar un proyecto de ley al Congreso para ampliar los beneficios que otorga la Iniciativa para la Cuenca del Caribe (ICC).
No obstante, insistieron en que paralelo a esa gestión la región debe avanzar hacia la firma de un tratado de libre comercio con los Estados Unidos que rija antes del 2005, año en que entrará en vigencia el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
A las 4:15 p.m., los gobernantes arribaron a la Cancillería a bordo del primer bus eléctrico que adquierió nuestro país. Allí afinaron la declaración que suscribirán hoy junto con Clinton.
La reunión fue a puerta cerrada. Empero, Delmer Urbizo, canciller hondureño, y Ernesto Leal, secretario general del Sistema de Integración Centroamericana (SIECA), explicaron --previo al encuentro-- que insistirían en plantear en el documento un llamado para que Estados Unidos flexibilice la ley inmigratoria recientemente aprobada.
El único representante de la Casa Blanca en esta cita fue John Hamilton, director para Centroamérica del Departamento de Estado. Este funcionario salió de la sesión a las 5:15 p.m. y, aunque no quiso adelantar novedades, dijo: "Todo va muy bien".
Mientras estos dignatarios se reunían, sus esposas y la hija de Arnoldo Alemán visitaron el Museo del Niño y participaron en una mesa redonda para analizar el papel de las primeras damas de cara al siglo XXI.
Luego se reunieron con sus esposos y padre en la Cancillería, de donde partieron juntos a una recepción que les ofrecieron Figueres y su esposa en el Centro Nacional de Cultura (CENAC), ubicado en la antigua Fábrica de Licores. Aquí disfrutaron de música y bailes folclóricos.
Al final de la velada, regresaron al hotel Herradura con tal de recobrar energías para la larga jornada que les aguarda hoy.