Jueves 10 de Abril de 1997 ![]() |
Ibero versus HispanoDesde un riguroso punto de vista histórico, o sea, en términos de civilización o cultura, lo íbero es la negación de lo hispano. Por ende, aplicar a nuestro continente las denominaciones Iberoamérica, América Ibera, América Ibérica o países iberoamericanos es incurrir en casos flagrantes de la misma negación. ¿Quiénes eran los íberos? Al decir del eminente historiador Rafael Altamira, el viajero griego Scílax, en el siglo VI a.C., llamó íberos a unos pobladores tribales y primitivos de la península apellidada ibérica, los que, ya en el siglo III a.C., ocupaban la zona mediterránea catalana y valenciana, extendiéndose a la región central y mezclándose con los celtas. De aquí el nombre de celtíberos. So pretexto de acudir en socorro de las colonias fenicias acosadas por ellos, los cartagineses iniciaron la conquista peninsular el año 236 a.C. Símbolo de su triunfo fue el abatimiento, por hambre, de la ciudad de Sagunto, a manos de Aníbal, el año 218 a.C. Escribe Altamira: "El año 206, debido a las victorias de Roma, concluyó la dominación cartaginesa en la península, y en el 146 los ejércitos romanos consumaron la destrucción de Cartago". Viene el abatimiento, también por hambre, de la ciudad de Numancia. El que lleva a efecto el general Escipión Emiliano, el año 133 a.C. Resultado final: el año 19 España es integrada al Imperio Romano. ¿Qué fue de los íberos y de los celtíberos? En su manual "Historia de España", Miguel Romera-Navarro dice: "Las tribus del norte de la península eran de costumbres semisalvajes, y más civilizadas a medida que se descendía hacia el sur. Así es que las tribus meridionales, las de Andalucía, gozaban de una civilización bastante avanzada. Pero de su literatura no queda un solo fragmento. De su lenguaje nada sabemos; las inscripciones que se conservan no han podido ser descifradas". Quince siglos antes de la partida de las carabelas de Colón hacia Indias, en 1492, habían desaparecido los íberos y los celtíberos en las condiciones indicadas por Romera-Navarro. Tampoco jamás se supo de un Reino de Iberia. En cambio, los Reyes Católicos habían unificado el reino de España, en lo principal hija de la Hispania romana. Así, los hombres que vinieron de descubrimiento, de conquista y de colonización a este lado del Atlántico nos aportaron las legítimas denominaciones de América Española, América Hispana, América Hispánica, Hispanoamérica y el adjetivo hispanoamericano. O bien, mirando desde la vertiente linguística: los nombres de América Latina o Latinoamérica, sumándoles latinoamericano. Vocablos todos ellos subordinados a la impronta de la civilización o cultura grecolatina, traducida en lengua castellana, en religión católica, en literatura peninsular, en costumbres regionales y en trasiegos europeos desembocados en el mestizaje o el criollaje de nuestra manera de ser americanos. Existe la hispanidad, pero no la iberidad.
Germán Sepúlveda Durán Doctor en Filosofía y Letras Universidad Complutense de Madrid
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