Hoy, Ecuador
Miércoles 05 de febrero de 1997
La Iglesia y los indios
Por Javier Ponce
Redacción Quito
La toma de la Catedral, volvió a poner, frente a frente, a la
Iglesia y al movimiento indio. Durante décadas,los dos
mantuvieron una particular relación. En el seno de las
comunidades eclesiales de base surgieron algunos de los
dirigentes de hoy. Cuando el levantamiento de 1990, fue la
toma de Santo Domingo, el detonante de la mayor movilización
indígena de las últimas décadas. El evangelio y la pobreza
dejaron de tener una relación retórica, para convertirse en
una amalgama política.
El desencuentro de hoy, cuando la Conferencia Episcopal ha
deslindado campos con la toma de la Catedral, marca un giro en
esa relación.En un momento, la jerarquía eligió incluso un
Obispo de los indios: Leonidas Proaño. Aunque esa elección
pudo también interpretarse en su sentido contrario. Convertido
en un Obispo simbólico, Proaño dejaba de ser una amenaza para
los sectores conservadores de la jerarquía. La figura más
destacada del bloque Pachakutik en el Congreso es un discípulo
de Proaño: Miguel Lluco.
Y si bien esa realidad se debilitara en los últimos años, la
jerarquía y la Iglesia rural continuaron una estrecha
relación con el movimiento indio. De allí que parecía posible
que el antiguo discípulo de Leonidas Proaño, Miguel Lluco
consiguiera de la jerarquía actual la aceptación de un hecho
que, para el Secretario de la Conferencia Episcopal, resultó
ser un sacrilegio y una profanación: tomarse la Catedral. Y es
que ella simboliza el corazón del poder religioso. ¿Habría
actuado del mismo modo Antonio Arregui si la toma pacífica
volvía a ocurrir en Santo Domingo? Cuando el levantamiento
indio de 1990, las investigaciones de los aparatos de
seguridad del Estado se ensañaron en curas y monjas. Algunos
tuvieron que abandonar sus diócesis. Otros han sido marginados
paulatinamente.
La toma de la Catedral ahondará una ruptura en el seno de la
jerarquía. Apenas ocurridos los hechos, el obispo Alberto
Luna, saludó la toma y le expresó su solidaridad. Otro tanto
pudo haber ocurrido, aunque no en forma pública, con otros
miembros de la cúpula católica. Los caminos de la Iglesia y
del movimiento indio se han vifurcado, y el fracaso del
diálogo a partir de la toma de la Catedral lo evidencia.
La bíblica wipala
Luciendo un poncho de colores, wipala, barba y pelo largos,
Manolo Barreno, lee la Biblia y medita sobre el papel de la
Iglesia Ecuatoriana frente a las reivindicaciones populares
expresadas en la toma de la Catedral.
"Es la hora de la definición de la Iglesia", sostiene
Barreno. ''O están junto a los pobres, a los necesitados, a
los hombres y mujeres por quienes Jesucristo bajó a la tierra
y murió en la cruz, o simplemente están junto a los poderosos
y explotadores representados por gobiernos como el actual",
señala.
Barreno recuerda el mensaje de hombres como Monseñor Leonidas
Proaño, Arnulfo Romero, entre otros. "Monseñor Proaño está
junto a nosotros en la toma de la Catedral", sostiene en tono
emocionado.
Barreno explicó que la pastoral de Chimborazo mantiene su
compromiso con el pueblo, y comentó que incluso la denominada
Asamblea Popular está buscando un acercamiento con los
evangélicos. Sostiene que la Iglesia en su conjunto, se está
distanciando de los sectores más pobres, que son los que más
la necesitan y creen en ella, especialmente en América Latina,
continente eminentemente católico.