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República Dominicana |
A la verdad que todavía no puedo explicar o describir a plenitud, qué cosa es el Polo Magnético que tiene mi país en las cercanías del Lago Enriquillo... Traté de recoger en el ambiente opiniones orientadoras, pero lo cierto es que han pasado los días y las horas y todavía no puedo explicar con propiedad qué cosa fue lo que vimos en aquella gira par combatir el stress que emprendí hacia el sur con mi hija Nina, mi nieta Alicia y Cristian su novio... La primera estancia la hicimos en Casa Bonita, un hotel pintoresco, acogedor y exótico, que tiene mi amigo Julio Schiffino incrustado en plena montaña del Bahoruco, junto al río y la playa de Paraíso, a 16 kms. De Barahona, en la autopista que va para Pedernales y Cabo Rojo. En ese hotel, que era una antigua hacienda sureña de familia, que fue transformada por la imaginación de mi amigo con el apoyo de un arquitecto incógnito cuyo talento hace maravillas con los recursos del trópico, y de Gabriela, una alemana que exhibe los resultados de su experiencia acumulados en la administración de más de 22 islas turísticas del Caribe, botamos el golpe del cansancio citadino en un ambiente de una quietud compacta y casi congelada, que parecía fácil cortarla con un cuchillo. Cuatro horas de las aguas del río y de la playa, o el suave murmullo de la vegetación aledaña, fueron suficientes como una magnífica cura de salud que agradecieron nuestras cansadas humanidades... La cocina, bajo la experta dirección de Gabriela, fue como un regalo de dioses, que se hacía más resaltante con un servicio profesional ofrecido por una batería de muchachos, de ambos sexos, que reflejaban en sus rostros aquella lejana y desafortunada belleza de la reina Anacaona. Pero, "lleguemos al llegadero", como diría un turista venezolano. Al día siguiente, después de un magnífico desayuno criollo de cocina dominicana -no podía faltar el mangú, los huevos fritos, la longaniza, el jugo de china y el sabroso café con leche con sabor a nuestras vacas y a nuestras montañas- nos fuimos al balneario de San Rafael, con su hermoso río de cristalinas aguas atropellándose entre las rocas, con el balneario de la playa, frente a un vigoroso mar azul turquesa que impresiona, con un manantial de aguas frías y temales saliendo del corazón de la montaña. Allí en construcción todavía, está la infraestructura de un parador de salud y de turismo, creado por el Departamento de Proyectos del Banco Central Dominicano que reunió un sábado unos 50 vehículos en afán de turismo interno. Y fue allí precisamente, donde nos llegó la noticia del "Polo Magnético", escuchando los relatos de los turistas criollos que habían estado el día anterior frente a ese misterio... Confieso que me quedé con la boca abierta cuando escuché los relatos de las maravillas de ese lugar que están esperando una explicación científica, y que no se pro qué -todavía- las autoridades competentes no se han ocupado de darla, explicando este fenómeno que unos atribuyen a una fuerza magnética subterránea, alojada en ese lugar, capaz de hacer remontar una loma de la carretera, a los vehículos más pesados... - Mi guagua que pesa mucho y con la excursión de toda mi familia, que suma 11 personas, hizo subir la loma hacia atrás, esa misteriosa fuerza, ante los ojos espantados de los presentes... Así se expresaba un hombre muy serio, con sus gruesos lentes, unos copiosos bigotes negros, mientras se fumaba un tabaco de los grandes y olorosos que le llaman habanos, pero que ya nosotros los dominicanos estamos fabricando, de alta calidad, con el tabaco de Las Vegas de Santiago. Otro que a mi me pareció sensacionalista y que me dejó lleno de dudas, dijo que a su niña se le volcó un vaso de refresco que tenía en las manos, y que las gotas del líquido en lugar de caer a tierra directamente, comenzaron a remontar la carretera hacia lo alto de la misma... - Pero, -¿qué es lo que estamos haciendo aquí -exclamé- y no nos vamos seguido para ese lugar del que se dicen tantas cosas? Ya me dijeron que estamos a unos 30 minutos; que sólo tenemos que tomar la carretera de Cabral, a la salida de Barahona, para encontrar el pueblo de Polo y que de allí seguir a la región magnetizada a tan solo unos 10 o 15 minutos... - Vamos, vamos pues, para el Polo Magnético... Tal y como me lo había dicho, la carretera comienza a subir desde el pueble de Polo hasta llegar al Centro Magnético... (Le he llamado Polo, lugar magnetizado, y ahora centro magnético, pero todavía yo mismo no sé qué cosa es lo que hay allí, ... Ni me atrevo tampoco a asegurar quien dice la verdad... Unos afirman que es un fenómeno científico. Otros riéndose mueven la cabeza, y juran y perjuran que se trata de una "ilusión óptica"). Pero de todas maneras, lo que voy a hacer es decirles cómo fue nuestra visita a ese lugar... Naturalmente ustedes serán, estimados lectores, quienes harán su propio juicio... Nuestro carro -un Chevrolet Celebrity del 87, pero que está en buenas condiciones, sólo ha caminado 60,000 millas- aunque se calentó un poco subiendo, llegó sin problemas. Lo primero que avistamos fue un grupito de personas, mujeres y niños en su mayoría, estacionados allí, esperando la llegada de los visitantes en busca de una propina. En el mismo sitio advertí que se había construido un tramo de carretera paralelo a la ruta central, como de unos 500 mts. de largo, como con la intención de facilitar a los viajeros el disfrute del fenómeno al que nos estamos refiriendo. Tan pronto llegamos, el "Comité de Recepción" dijo: -apaguen el motor, pónganlo en neutro y esperen. Eso hicimos, y sin saber cómo ni cuando sentimos que el vehículo comenzó a regresar hacia lo alto del camino, como atraído por una fuerza invisible. Ninguno de nosotros lograba salir de su asombro. Nadie podía explicarse la razón de ser de este fenómeno científico, naturalmente, que sembraba de inquietud la mente de todos. Dos veces más -es decir en 3 ocasiones- después que el vehículo era llevado hasta lo alto de la carretera, con el motor apagado y al palanca de velocidades en neutro, volvimos a encender el motor y llevarlo hasta la parte más baja para una nueva prueba. ¡Siempre lo mismo! Recuerdo que mi familia y yo, después de haber presenciado el fenómeno, bajamos del vehículo y caminamos por el lugar, como tratando de descubrir alguna sensación rara, como buscando la fuerza misteriosa escondida que era capaz de realizar esas demostraciones tan inauditas. ¡Nada! Levantamos el capó del vehículo, medimos el aceite para comprobar que estaba en orden, y registramos el radiador. Tomamos un pote de koulang y le agregamos un poco al depósito en interés de bajar la temperatura del motor que sin ser extremadamente alta, estaba por encima de lo normal. Antes de retirarnos del lugar, pudimos apreciar que por los alrededores no había ninguna vivienda. Los terrenos aledaños estaban limitados con una cerca de alambres de púas. Preguntamos y nos dijeron que por allí había estado gentes, comprando los terrenos que rodean el sitio donde se produce el fenómeno. Parece que hay gente que piensa en que necesariamente allí habrán de acudir muchas personas, atraídas por la curiosidad y la novedad del fenómeno. Los tentáculos de la especulación parece ser que ya se están moviendo para sacarle provecho a este misterio... Con la cabeza llena de interrogantes, emprendimos la retirada rumbo a Jimaní y Mal Pás, para ver cómo funciona la vecindad entre Haití y la República Dominicana, en el extremo sur de la frontera. Después comenzamos a recorrer el entorno del Lago Enriquillo que impresiona con su Isla Cabritos, sus caimanes y sus petrogrifos aledaños. Visitamos la serie de balnearios habilitados en la zona de fuentes termales y naturales que están dando a la región un fuerte incentivo de turismo interno. Y mientras retornábamos a Barahona con su nuevo aeropuerto, su interesante Hotel Riviera y sus aprestos turísticos en general, nuestra mente profundizaba en el tema, tratando de buscar respuestas a estas interrogantes:
b) ¿Por qué nuestro país, a través de los departamentos correspondientes, no ha pedido asistencia técnica al nuevo y al viejo mundo, para tener una explicación científica de este fenómeno? c) ¿No será el "Polo Magnético" de nuestro sur turístico, un recurso novedoso para promover en grande nuestro turismo, tanto receptivo como doméstico, hacia nuestro país, y, hacia Barahona y Pedernales, ese nuevo polo turístico dominicano que está abriendo, con bastante buena infraestructura ya, pero con un tremendo potencial? E-mail = amiolan@hispanet.com |