Los salvadoreños entregan sus armas a cambio de bienes de consumo
JUAN JOSÉ DALTON,
San Salvador
Desde septiembre de 1995, el movimiento cívico ha canjeado más de 5.200 armas de guerra por bienes de consumo valorados aproximadamente en 300.000 dólares, explicó Gutiérrez.
Las dificultades financieras del MPCD no han permitido que la recolección de armas sea mayor. Los grandes capitalistas locales sólo han donado unos 5.000 dólares, puesto que consideran que el Gobierno tiene el encargo de recoger las armas residuales del recién pasado conflicto armado.
El Gobierno de Armando Calderón donó al movimiento 230.000 dólares para que hiciera efectiva su labor el año pasado; en mayo próximo se gestionará otra partida del Estado para apoyar el plan de 1997, el cual ha obtenido también la cooperación de México y Canadá. Otras naciones, incluyendo España y Estados Unidos, podrían hacer desembolsos financieros en los próximos meses.
El Ejército trató de apoyar el esfuerzo e inició una campaña como el MPCD, ofreciendo dinero por cada arma entregada, pero fracasó porque los salvadoreños tenían recelos a la hora de acudir a los cuarteles a canjear sus armas.
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Miles de armas han sido recolectadas e inutilizadas en El Salvador por una organización privada en poco más de un año y medio de trabajo «voluntario». El Movimiento Patriótico contra la Delincuencia (MPCD) fue fundado por un grupo de empresarios afectados por la proliferación de acciones delictivas, que colocan a El Salvador entre los países más peligrosos del mundo, con un promedio de un asesinato por hora.
«Trabajamos ad honorem. El comienzo fue frustrante, porque nadie confiaba en nosotros, pero ya hemos obtenido muchas satisfacciones», declaró a EL PAÍS David Gutiérrez, un próspero empresario de la rama alimentaria y coordinador general del MPCD.