El País Digital
Martes
8 julio
1997 - Nº 431

Un regalo envenenado

Los retos que deberá afrontar Cárdenas
para gobernar la capital

M. R. , México

El candidato del PAN en el Estado de Nuevo León,
hace el signo de la victoria (AP).
Llegar al Gobierno del Distrito Federal debería ser más un castigo que un triunfo. Pero Cuauhtémoc Cárdenas, que el día 5 de diciembre se sentará en el sillón del regente, está feliz y asegura tener soluciones para una de las ciudades más conflictivas del mundo.

En la capital mexicana viven ocho millones y medio de personas, que de hecho se elevan a 17 millones contando con un área metropolitana que escapa al control del alcalde. La que fuera, según los clásicos, «la ciudad más transparente del aire», es hoy una urbe dislocada que sucumbe a la contaminación, la delincuencia y el desempleo. Aquí van algunas estadísticas sociales: dos millones y medio de parados, cinco millones de pobres, 13.000 niños de la calle y 14.000 indigentes.

La delincuencia se cobra al día cinco asesinatos, 500 asaltos, cuatro violaciones y 160 vehículos robados. Sólo son los casos que se denuncian a la policía. Los capitalinos respiran una atmósfera que se carga a diario con 11.000 toneladas de contaminantes. Los índices de polución se miden con un sistema distinto al homologado internacionalmente. Debe ser para no causar pánico.

A todo esto debe sumarse un déficit de 800.000 viviendas, la necesidad de escuelas y el eterno problema del abastecimiento de agua potable. «La gran equivocación está en haber venido a fundar la ciudad a 2.200 metros de altura, cuando el agua escurre de arriba para abajo», bromea Cárdenas.

Lo peor es que para solucionar todo esto el presupuesto previsto para este año (37.055 millones de pesos, unos 650.000 millones de pesetas) resulta insuficiente. La deuda contratada por los anteriores gobiernos, que dependían hasta el domingo del presidente de la República, se ha ido acumulando hasta alcanzar los 240.000 millones de pesetas. Cárdenas pretende que el Ejecutivo federal asuma una parte de ella, al tiempo que piensa reordenar el fisco local, que deja escapar buena parte de los impuestos por pura desorganización.

El regente electo se muestra tranquilo frente al reto. Su primera preocupación será abatir la delincuencia y la corrupción policial. Algunas de las obras más acuciantes, como las plantas de tratamiento de aguas residuales y la ampliación del metro, ya están en marcha. El nuevo equipo quiere además regenerar el degradado centro histórico para potenciar el turismo. Para ello tendrá que enfrentarse al problema de los 250.000 vendedores ambulantes que han tomado esta parte de la ciudad.

Los enemigos de Cárdenas se consuelan pensando que con su llegada al Gobierno del Distrito Federal pondrá fin a la mayoría de las 2.000 manifestaciones que desquician cada año la ciudad. Después de todo, casi todas están vinculadas al Partido de la Revolución Democrática (PRD), del que es líder.

Gran avance de la oposición conservadora

M. R. , México
Las elecciones para el Gobierno de seis de los 31 Estados que forman la República mexicana, que han sido eclipsadas por el brillo de la renovación de la Cámara de Diputados y la alcaldía de la Ciudad de México, han reflejado también el retroceso histórico del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Con los datos que se tienen de momento, la formación oficial pierde el control de Nuevo León y Querétaro. En la cuerda floja están San Luis Potosí y Colima. Sonora y Campeche quedan de momento en el redil priísta.

Estos comicios locales son de hecho un buen termómetro del pulso político del país. El PAN gobierna ya cuatro Estados, a los que habrá que sumar los que consiga ahora. Con ellos, el partido conservador se confirma como segunda fuerza política a nivel nacional y refuerza sus posiciones de cara a las elecciones presidenciales del 2000.

Sin duda Nuevo León ha sido el eje de las preocupaciones del PRI. Este Estado es el principal polo de desarrollo del país. Monterrey, su capital, constituye un centro neurálgico tanto político como económico. Pero Querétaro tiene un fuerte valor simbólico, porque ha sido la tumba de uno de los principales dirigentes del PRI, Fernando Ortiz Arana. El que fuera presidente del partido oficial tuvo que competir con su hermano José, que se presentó por el Partido del Trabajo como venganza por no haber sido designado candidato por el PRI. El terreno estaba sembrado para que el PAN se llevara el Gobierno. En Campeche puede haber problemas, porque la candidata del PRD, la ex priísta Layda Sansores, asegura que el partido oficial le quiere robar el triunfo.

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