EE UU esquiva las peticiones de Centroamérica sobre migración y un tratado de libre comercio
MAITE RICO ENVIADA ESPECIAL,
San José
Pero los objetivos de los presidentes centroamericanos (lograr un acuerdo de libre comercio con EE UU o al menos un trato equiparable al que tiene México, y conseguir una «amnistía» para sus emigrantes frente a la nueva legislación migratoria estadounidense) han quedado fuera de la Declaración.
A cambio, Clinton propondrá al Congreso un plan de reducción arancelaria para determinados artículos centroamericanos y caribeños y Estados Unidos participará en el Consejo de Comercio e Inversión, nacido en esta cumbre para impulsar acuerdos regionales específicos. El acuerdo, además, pone en marcha un pacto de cielos abiertos, que estimulará la libre competencia entre compañías aéreas. La Ley de Migración será aplicada con «criterios humanitarios» y sin deportaciones masivas, que serían la puntilla para las frágiles economías centroamericanas.
En el capítulo de la seguridad, los firmantes se comprometen a flexibilizar los tratados de extradición. Clinton anunció también la creación de una «academia de leyes», auspiciada por Washington, para profesionalizar las policías regionales y apuntalar los sistemas judiciales.
«Esto es una zona de paso. El interés de EE UU está en el Cono Sur», asegura Álvaro Montero, economista y analista político. «Clinton ha venido con las manos vacías. El documento de San José es una declaración lírica». En el mismo sentido se han pronunciado varios líderes políticos costarricenses y dirigentes sindicales. La próxima escala de Clinton, la última de esta primera gira latinoamericana, es Barbados, donde celebrará hoy una cumbre con los mandatarios de los 14 países de la Comunidad Caribeña.
© Copyright DIARIO EL PAIS, S.A. - Miguel Yuste 40, 28037 Madrid
Es posible que la Declaración de San José sea el comienzo de una «nueva era» en las relaciones entre Estados Unidos y Centroamérica, tal y como insisten optimistas los mandatarios que firmaron el jueves este acuerdo en la capital costarricense. Pero los centroamericanos no acaban de creérselo. La impresión general es que más allá del envoltorio retórico, Estados Unidos ha logrado esquivar las peticiones que sobre libre comercio y migración le habían planteado los países del istmo, y en cambio se lleva los compromisos que buscaba en materia de seguridad.
En esencia, el documento sienta las bases para un trato recíproco y respetuoso, más acorde con los nuevos tiempos de paz y democracia que se respiran en la región. En resumen, que Centroamérica ya no es el patio trasero de Estados Unidos. Ahora serán, como dijo el presidente Bill Clinton, «socios y amigos». Para ello se han creado mecanismos de diálogo permanente «al más alto nivel» y varias comisiones ministeriales que trabajarán en materia laboral, comercial y de seguridad.
ante los mandatarios centroamericanos (AP).