El País Digital
Sábado
8 marzo
1997 - Nº 309

Chile da un paso más en el desmantelamiento de la tutela militar impuesta por Pinochet

MANUEL DÉLANO , Santiago de Chile
El «principio del fin» de la transición a la democracia, que culminará en marzo de 1998, cuando se retire el jefe del Ejército y ex dictador, general Augusto Pinochet, comenzó ayer con la renovación de cuatro de los siete miembros del Tribunal Constitucional (TC), un organismo autónomo que vela por la constitucionalidad de las leyes. Con los nuevos nombramientos, el Gobierno del democristiano Eduardo Frei logra pequeños avances. Por un lado, consiguió que salieran del organismo dos abogados nombrados por los militares, y dos de los nuevos integrantes cuentan con su beneplácito. Chile reduce así la tutela impuesta por Pinochet tras abandonar el poder hace siete años.

Tras una reunión de 25 minutos en el Palacio de Gobierno, el Consejo de Seguridad Nacional (Cosena), integrado por las máximas autoridades civiles del país y los jefes militares, designó a dos abogados para integrar el TC, mientras poco antes la Corte Suprema había ratificado a su presidente para continuar en ese organismo, y el miércoles el Senado había elegido a su representante.

La renovación de cuatro de los siete miembros del TC adquirió un carácter simbólico, pues, por primera vez en siete años de democracia, los jefes militares votaron en el Cosena para designar autoridades del Estado. El Consejo está integrado por el presidente Eduardo Frei, el presidente del Senado, el de la Corte Suprema y el contralor de la República, como representantes de los poderes del Estado, y por los jefes del Ejército, Marina, Fuerza Aérea y Carabineros, cada uno con un voto, al igual que el primer mandatario, a pesar de que este último es su superior.

Tal composición del Consejo y la injerencia de los militares fueron diseñados en la Constitución como parte de una compleja arquitectura con la finalidad de mantener una democracia cautelada.

Al término de la reunión del Cosena, la cuarta durante la Administración de Frei, el jefe del Estado Mayor del Ejército, que ejerce como secretario del Consejo, informó que éste había designado como miembros del TC a Mario Verdugo y Luz Bulnes. El primero es un abogado apreciado por el Gobierno, y su colega Bulnes, que había sido nombrada por el Gobierno militar, fue reelegida en el cargo.

Ambos fueron propuestos por Frei. En la votación, Pinochet y los jefes de la Fuerza Aérea y Armada se pronunciaron inicialmente contra la iniciativa presidencial, mientras el jefe de Carabineros votó con los civiles. La actitud de los jefes militares «atenta contra una norma fundamental de la democracia, que es la subordinación», criticó un senador de la coalición gobernante.

Fue un resultado salomónico, pues civiles y militares eligieron cada uno a un miembro de su agrado. Un portavoz del Gobierno habló de «equilibrio» en estas designaciones, mientras un dirigente opositor se quejó de «cuoteo político».

Previamente, en la mañana, el pleno de la Corte Suprema, que reúne a todos los magistrados, confirmó por 16 votos a favor y uno en contra al presidente del Tribunal, Servando Jordán, para continuar como miembro del TC. El miércoles pasado, el Senado eligió, con 28 votos a favor -reunidos entre democristianos, socialistas y la derecha más liberal- y 17 en contra -de los sectores más conservadores-, al abogado Eugenio Valenzuela para incorporarse al TC.

La votación de la Cámara alta reflejó una de las fórmulas que ha encontrado el centro-izquierda para lograr avances democráticos en medio de las restricciones heredadas del Gobierno militar: conseguir acuerdos con el ala más renovada de la derecha, dejando aislado al sector duro, propinochetista.

La renovación del alto tribunal es considerada como el primer acto de tres que marcarán el término de la transición. El segundo acto será en diciembre, con el nombramiento de nuevos senadores designados, si es que el Gobierno no logra apoyo para un proyecto que enviará al Parlamento, destinado a suprimir estos cargos.

El epílogo está previsto para el 11 de marzo de 1998, cuando Pinochet deje las filas castrenses, aunque él ha dicho que estudia usar su facultad de integrarse después al Senado de forma vitalicia en su calidad de ex presidente.

© Copyright DIARIO EL PAIS, S.A. - Miguel Yuste 40, 28037 Madrid
digital@elpais.es | publicidad@elpais.es