Los 'escuadrones de la muerte' resucitan
en El Salvador
JUAN JOSÉ DALTON,
San Salvador
Esta semana se conoció públicamente el inicio del proceso judicial contra tres mimebros de la PNC. Entre ellos, Óscar Beltrán, jefe de investigaciones de la delegación de Santa Ana, la segunda ciudad de importancia del país. Se les acusa de haber torturado y asesinado a cuatro jóvenes presuntamente miembros de una pandilla juvenil conocida como Mara Salvatrucha. El 19 de abril también fue detenido el agente Carlos Cabrera, acusado de asesinar a otro pandillero.
Hace poco menos de dos años, por presiones de la sociedad civil y de la comunidad internacional, las autoridades disolvieron el escuadrón clandestino autodenominado Sombra Negra, integrado por policías, algunos de los cuales fueron remitidos a la justicia, y con vínculos con la ultraderecha política. Sus casos fueron sobreseídos finalmente por «falta de pruebas».
La Sombra Negra asesinó a 13 jóvenes pandilleros en acciones de limpieza social. Rodrigo Ávila, director general de la PNC, niega que en el seno de la institución haya estructuras de exterminio de maras, unque acepta la existencia de «casos aislados». Confidencialmente se conoce que está en curso una investigación sobre la probable vinculación criminal de unos 50 miembros de los mandos regulares de la PNC.
Según las investigaciones, las únicas huellas detectadas corresponden a las armas reglamentarias de la PNC. Por otra parte, se sabe que la mayoría de los asesinados han sido deportados por ilegales o por delincuentes de otros países, especialmente de EE UU.
Diputados de todas las facciones políticas han condenado estas acciones ilegales y han solicitado una investigación profunda. Pese a que en la actualidad, los altos mandos policiales tratan de evitar la impunidad -más de 900 expedientes están abiertos por delitos graves-, la PNC es, según la Procaduría para la Defensa de los Derechos Humanos, la institución que con más frecuencia viola los derechos humanos, con un porcentaje de 58% de atentados contra la vida.
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La vieja pesadilla de los escuadrones de la muerte vuelve a la mente de los salvadoreños. Y a la vida real. Dos jefes y un agente de la Policía Nacional Civil (PNC) fueron detenidos recientemente en una operación secreta, y acusados de pertenecer a una red de criminales encargados de «ajusticiar» a delincuentes juveniles en el mismo estilo en que en décadas pasadas se asesinaron a miles de opositores a los regímenes militares.