El País Digital
Jueves
3 abril
1997 - Nº 335

El Gobierno de Menem no renuncia a las islas Malvinas

CARLOS ARES , Buenos Aires
Familiares, amigos, empleados, trabajadores y personas de condición humilde llegadas especialmente de los suburbios pasaron ayer desde la madrugada frente al cenotafio que recuerda a los muertos en la guerra por la soberanía de las islas Malvinas, situado en la plaza de San Martín, para rendir su homenaje a los caídos. Quince años después de la derrota, el dolor no cede su lugar a la resignación. Para los argentinos, sus derechos sobre las islas son indiscutibles.

El canciller Guido di Tellia envió 17.000 cartas a los oficiales y soldados que participaron en la guerra para ratificar que la recuperación pacífica de las islas es una de las prioridades de la política exterior argentina, «a la que nos compromete la Constitución jurada en 1994 y el recuerdo de los muchachos inmolados en la guerra de 1982». La comunicación epistolar parece ser parte importante en el arsenal de iniciativas del canciller. El pasado año, Di Tellia ya les había explicado a los ex combatientes, también por carta, cuál era la estrategia diplomática del Gobierno.

En un reportaje de la revista norteamericana Newsweek que reprodujeron los periódicos argentinos, el cronista Joshua Hammer, enviado especial a las islas, informa que «la mayoría de los isleños recibió burlonamente la denominada 'ofensiva seductora' encabezada por el canciller argentino. Según Hammer, para la Navidad de 1992, Di Tellia envió a cada isleño un vídeo de populares dibujos animados británicos. Desde entonces, el funcionario siguió enviándoles cartas de amistad y regalos». En círculos diplomáticos de la cancillería argentina se llegó incluso a considerar una oferta de 750.000 dólares para cada habitante de las islas que estuviera dispuesto a reconocer la soberanía argentina.

En su carta, el canciller argentino destaca en particular los acuerdos petroleros que permitirán a Argentina obtener beneficios económicos «en aguas sobre las que el Reino Unido mantiene su dominio fáctico».

El ex presidente norteamericano Jimmy Carter, que realizó una gira por Suramérica a finales de enero, observó en su informe al presidente Bill Clinton que «para los argentinos la soberanía sobre las islas Malvinas es una cuestión de honor nacional». Carter considera que «las actuales autoridades piensan que los laboristas ingleses podrían ser algo más flexibles ».

Para los analistas, la tensión del conflicto se mantiene por las disputas económicas y las declaraciones políticas. Los isleños consideran que la propuesta de «soberanía compartida» lanzada por el presidente argentino Carlos Menem, quien insiste en que la bandera argentina volverá a flamear sobre las islas en el año 2000, son la prueba de que se mantiene la actitud hostil.

El profesor Carlos Escudé, ex asesor del canciller Di Tellia, es uno de los pocos expertos argentinos que considera inútil toda estrategia. «Después de la invasión de 1982 y de la derrota militar, las islas están definitivamente perdidas y lo mejor sería reconocerlo cuanto antes».

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