El jefe del MRTA siempre pensó que Fujimori preparaba una salida militar
JUAN JESÚS AZNÁREZ ENVIADO ESPEDIAL,
Lima
![]() muestra a los guerrilleros del MRTA (Ap). |
Cerpa Cartolini yace sepultado en una tumba de cascajo y polvo del cementerio de Villa María del Triunfo (a 45 minutos del centro de Lima), en una alejada esquina de un camposanto de 80.000 cruces que limita en uno de sus flancos con un criadero de cerdos. Un hombre de unos 40 años toca la cruz de su tumba y se santigua. «Pienso diferente, pero yo siempre le admiré desde que se enfrentó a los patrones siendo cholito», dice. La policía vigila. «Dicen que los terroristas se quieren llevar su cuerpo», apunta un chaval.
El presidente Alberto Fujimori reitera públicamente que no habrá liberación alguna de presos del MRTA.
En la mesa de negociaciones se debe decir lo que se quiera, y no seguir con declaraciones que sólo buscan protagonismo político. Pero, en fin, pensamos que hay total incoherencia cuando se dice que se va a buscar una salida pacífica pero que no se va a hacer concesiones sobre nuestra principal petición. Es decir, que la hipótesis sería que nosotros, o sea el MRTA, retroceda. Y eso nunca sucederá. Entonces nos preguntamos ¿de qué salida pacífica se habla? Creo que el señor Fujimori debería ser más claro ante la opinión pública nacional e internacional, pero principalmente debería ser claro ante los familiares de las personas aquí retenidas. Con está posición aparentemente sólo se está ganando tiempo y creando las condiciones para una salida militar. Y la vida para él está por debajo de los intereses políticos, ahora los cubre como de interés nacional. Es mejor que no espere más tiempo y se decida de una vez, cualquiera que sea su decisión.
¿Son conscientes de los riesgos que corren?
Hemos reflexionado mucho. Sabemos perfectamente los riesgos que enfrentamos en esta tarea y los hemos asumido voluntariamente. Caso contrario sería como una traición a nosotros mismos, una traición a nuestros hermanos de lucha, a nuestros pueblos y a los verdaderos tupacamaristas. Y nosotros no somos traidores.
Se les acusa de terroristas.
A quienes así nos tachan sólo me queda decirles que se quiten la venda de los ojos y entiendan que aquí en Perú la violencia revolucionaria la ejerce el pueblo, y nadie nos podrá quitar nuestra condición de luchadores sociales.
¿Y las dos adolescentes del comando?
La presencia de la mujer en toda la vida política y social de nuestro país es cada vez más creciente superando bastante una visión machista de la sociedad, por lo tanto en esta toma de la residencia no podía estar ausente. Ellas, como combatientes revolucionarias, son conscientes de su papel en el comando.
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