Samper acepta retirar el Ejército de una amplia zona para que la guerrilla libere a 70 soldados
AGENCIAS,
Bogotá
La decisión de retirar el Ejército no ha resultado fácil de tomar. El anuncio de Samper se produce después de dos días de reuniones con altos jefes militares, opuestos en principio a desmilitarizar la zona, especialmente un poblado denominado Remolinos del Caguán, que alberga una guarnición y es un nudo clave en el tráfico de cocaína controlado por la guerrilla, según el Ejército. Desde que los militares se instalaron en la población, sus habitantes se han reducido desde los 5.000 iniciales a menos de 100 en la actualidad.
Con todo y la resistencia inicial de los militares, el presidente anunció la retirada, que durará 32 días, el doble del tiempo exigido por la guerrilla.
Las FARC, que originalmente comenzaron como una guerrilla prosoviética en 1964, capturaron a los soldados cuando en agosto pasado asaltaron la base militar de Las Delicias, en la provincia de Putumayo. Al menos 27 soldados murieron en aquel ataque, que marcó el inicio de una de las ofensivas rebeldes que más sangre han ocasionado desde los años sesenta.
Un primer intento de satisfacer las peticiones de la guerrilla y solucionar el largo secuestro, en diciembre pasado, fracasó porque la desmilitarización no duró lo suficiente, según las FARC, y porque no incluyó la controvertida población de Remolinos por la negativa del Ejército a evacuarla.
Tras las fuertes reticencias iniciales, y una vez anunciada la decisión de Samper, los militares aceptaron el gambito presidencial. El comandante del Ejército de Colombia, general Manuel José Bonnet, declaró ayer que «no hubo claudicación» del Estado en el repliegue.
Bonnet declaró a varias emisoras de radio que la orden del presidente para «despejar» de operaciones militares la vasta zona del sur del país, durante 32 días a partir de mañana, «atiende un clamor de la sociedad para el regreso de los soldados».
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En lo que los observadores interpretan como la mayor cesión del Gobierno en tres décadas de insurgencia armada, el presidente Ernesto Samper aceptó el martes por la noche retirar el Ejército de una vasta zona selvática del sur del país (13.000 kilómetros cuadrados) a cambio de que la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) libere a 60 soldados capturados hace casi nueve meses y 10 infantes de marina. «Espero que se interprete esta decisión», dijo Samper, «como un gesto en favor de la paz y la reconciliación que piden los colombianos».
Los 60 soldados fueron capturados el 30 de agosto del año pasado en la misma zona del Caquetá de la que ahora se retirará el Ejército. Otros 10 infantes de marina, que también se espera que sean liberados ahora, fueron capturados en el departamento del Chocó, al noroeste del país, el 17 de enero por unidades de las FARC, la guerrilla más antigua del país.