Las elecciones en Chile y Argentina vuelven a retrasar el acuerdo fronterizo
J. J. AZNÁREZ
, Buenos Aires
La solución del último conflicto territorial entre Argentina y Chile, una franja de 2.374 kilómetros cuadrados, deberá esperar hasta el próximo año porque sus respectivos parlamentos, con mayor oposición el flanco nacionalista del argentino, todavía no ha refrendado el salomónico tratado firmado por los presidentes de ambos países, Carlos Menem y Patricio Aylwin, en 1991, y no han prosperado las gestiones del poder ejecutivo para vencer esa oposición.
En agosto de aquel año, Menem y el anterior jefe de Gobierno chileno dividieron casi a partes iguales los 2.374 kilómetros de los denominados Hielos Continentales o Campos de Hielos en disputa, situados en la frontera austral de las dos naciones. Los litigios duran más de un siglo, y el acuerdo de 1984 fue posible por la mediación papal, que evitó una guerra.
Sin recurrir aún al arbitraje internacional, fórmula que dirimió otro conflicto, los ministros de Relaciones Exteriores de Chile, Miguel Insulza, y de Argentina, Guido Di Tella, anunciaron en una conferencia de prensa conjunta celebrada en Santiago que hasta 1998 los Gobiernos no insistirán sobre sus respectivos Congresos. Se abre «un compás de espera», dijeron.
La elecciones legislativas de Argentina, el próximo octubre, y de Chile, en diciembre, y los eventuales cambios en la correlación de fuerzas parlamentarias, aconsejaron postergar la reanudación de las conversaciones hasta después de los comicios.
Último recurso
«Yo no vine para plantear el arbitraje. Vine para hablar de un problema político que se ha creado como consecuencia de las campañas políticas en los dos países, particularmente en el mío», declaró Di Tella, quien viajó por sorpresa a Chile. «En ningún momento hemos dicho que el arbitraje es la mejor solución; es la última solución. No vine con ningún invento raro», precisó, saliendo al paso de las versiones que daban por sentado la existencia de otras alternativas a la disputa territorial.
El canciller Insulza coincidió con Di Tella en «no forzar la máquina» y «flexibilizar los plazos» para que los nuevos parlamentos aprueben el tratado de 1991. Según los ministros, «es ejemplar la forma» en que han resuelto los problemas bilaterales.
Además de los Hielos, el tratado de 1991 solucionó 23 de los 24 conflictos territoriales. El compromiso de hace casi seis años acepta una línea poligonal, cortada por 15 glaciares y basada en criterios políticos, que otorga 1.238 kilómetros cuadrados a Argentina y 1.057 a Chile.
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La oposición rotunda de los parlamentos de Chile y Argentina, combinada con varias citas electorales en ambos países, ha obligado a los Gobiernos de Carlos Menem y Patricio Aylwin a retrasar hasta el año próximo la presentación a sus respectivas cámaras del acuerdo sobre las disputas territoriales en la zona de Hielos Continentales.