Venezuela aprueba una cuota del 30% de mujeres en las listas electorales
L. VINOGRADOFF,
Caracas
La tremenda algarabía femenina que se armó en el Parlamento no era para menos: hoy día las mujeres son apenas una minoría del 6% de los 220 escaños de diputados. Aunque las representantes son de distintos partidos, todas mostraron una solidaridad automática a la hora de defender el porcentaje de su participación política, un logro calificado de histórico y ciertamente pionero en América Latina, donde el machismo cuenta con un cierto predicamento en la sociedad.
Aún no se sabe si el 30% mínimo exigido en las listas se traducirá en igual proporción en el Congreso que resulte de los comicios de diciembre de 1998. Pero al menos las mujeres tienen ahora la oportunidad y el motivo para pelear por puestos seguros en las listas de candidatos de sus organizaciones políticas respectivas.
Con la nueva ley electoral se abre un mundo de posibilidades para las venezolanas al estimularse su participación política, pese al disgusto que manifestaron algunos diputados por la competencia que se le viene encima. Ya la ex Miss Universo y alcaldesa de Chacao, Irene Sáez, inscribió su partido, bautizado con el nombre de Irene, en 14 de las 22 provincias del país para las próximas elecciones.
Por otra parte, la ley del sufragio elimina al Consejo Supremo Electoral, el actual organismo electoral que era nombrado por los partidos, y crea uno nuevo, el Consejo Nacional Electoral (CNE), que será integrado por independientes designados por el Parlamento con las dos terceras partes de los votos.
Cárcel para el 'narcodinero'
Por otro lado, la ley crea la Oficina de Financiación de los Partidos Políticos y las Campañas. Establece una multa al candidato que no presente cuentas al CNE y prisión hasta tres años si oculta información o miente. Es obligatorio presentar los nombres y apellidos de los contribuyentes, así como los importes de su campaña. Los libros de contabilidad serán auditados y la narcofinanciación será castigada con cárcel.
Para disminuir el alto coste de las campañas electorales se reduce el plazo de cinco a cuatro meses y se limita el gasto de propaganda y televisión a sólo dos minutos diarios no acumulables.
Otra novedad es la figura del referéndum, que no existía en el país. Ahora, con el 10% de los electores, el presidente de la República o las dos terceras partes del Congreso podrán convocar un referéndum sobre algún tema de interés colectivo.
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El pequeño grupo de 13 diputadas con que actualmente cuenta la Cámara baja venezolana saltó de alegría cuando quedó claro que la votación recién realizada era afirmativa: un 30% de las listas de candidatos para la legislatura venezolana del próximo año habrán de ser mujeres, según el proyecto de la nueva Ley del Sufragio y Participación Política, aprobada ayer por mayoría.