Proyecto de un libro de estilo periodístico común para España y Latinoamérica
MAITE RICO
, Zacatecas
La propuesta de crear un libro de estilo común para todos los medios informativos que usan el español recibió una acogida favorable en el I Congreso Internacional de la Lengua Española que se desarrolla en Zacatecas (México). El proyecto pretende consensuar criterios en el manejo de ciertos vocablos como neologismos o extranjerismos, tanto para facilitar el trabajo de los periodistas como para evitar la dispersión idiomática. La idea ha cobrado impulso tras el veredicto de los expertos: las academias no pueden dar respuesta a estas demandas y son los medios los que deben buscar la solución.
Los trabajos preliminares del proyecto han desvelado la existencia de 156 obras sobre el uso del castellano en el periodismo, de las cuales 51 son libros de estilo (y de ellos 21 han sido elaborados por periódicos latinoamericanos). Según indicó Alberto Gómez Font, el primer paso fue enviar a los principales medios informativos de España y Latinoamérica una carta para explicarles el planteamiento del manual común e invitarles a sumarse a los trabajos.
Las dos únicas respuestas negativas -remitidas antes de comenzar el congreso de Zacatecas- procedieron de los diarios españoles Abc y El Mundo. En el primer caso, su director, Luis María Anson, alegó haber sido excluido del proyecto, y lo expresó así en la carta donde contestaba precisamente a la invitación formal para participar. El diario El Mundo aseguró que el único libro de estilo común posible es el Diccionario de la Real Academia Española.
Las opiniones de los periodistas y académicos reunidos en Zacatecas, incluida la de Anson, han sido contundentes: el Diccionario de la Academia no puede llenar -ni es su labor- las lagunas lingüísticas que se van generando día a día en la profesión periodística. «Los topónimos no están en los intereses de trabajo de las academias, ni las siglas ni los acrónimos. Estas instituciones no son hasta ahora bancos terminológicos, y no pueden dar respuesta a esas demandas de los medios de comunicación», afirmó Humberto López Morales, secretario general de las Academias de la Lengua. Lo que debe haber, añadió, es un diálogo entre periodistas y académicos para buscar soluciones comunes.
Trabajo en dos fases
El catedrático puertorriqueño, que participa en el llamado Proyecto Zacatecas, planteó dos fases de la discusión sobre el manual de redacción: la primera, relativa a los aspectos grafemáticos (uso de mayúsculas, de cursivas, de puntos y comas en las cifras y, como había apuntado Moreno de Alba, incluso la manera de agrupar los números telefónicos y sus prefijos); y la segunda, sobre cuestiones de más calado, como el uso de neologismos y extranjerismos para adoptar una postura común frente a ellos.
Alex Grijelmo precisó las posibilidades de acuerdo más sencillas para esa primera fase: coincidencia en el uso de las siglas de los organismos internacionales, puesto que actualmente conviven versiones en inglés y en español de una misma institución; la transcripción común de nombres de otros alfabetos (árabe, ruso, chino, japonés, hebreo...) conforme a los criterios fonéticos del castellano y no del inglés o el francés, como sucede ahora en muchos casos; la unificación en los topónimos, recuperando los nombres españoles que siempre tuvieron algunos países o lugares (como la ex república soviética de Tatarstan, conocida siempre en español como Tartaria, «de ahí la salsa tártara») y las abreviaturas. Grijelmo rechazó expresamente abordar las diferencias de vocabulario que ya se dan en los países hispanos y que, a su juicio, constituyen una riqueza imprescindible que no impide el entendimiento entre sus pueblos.
En la sesión de trabajo sobre la unificación de términos en los medios de comunicación participaron el ex presidente colombiano Belisario Betancur; el consejero delegado de PRISA, Juan Luis Cebrián; directores de diversos medios de comunicación latinoamericanos, y otros especialistas que asisten al congreso. Un representante del diario ecuatoriano El Universo abrió el debate para sumarse con entusiasmo a la propuesta. Le siguieron otros medios de prensa que incluso entregaron in situ sus libros de estilo para que formen parte de los documentos de trabajo.
En una primera fase, se pretende que un equipo de filólogos trabaje con todos los manuales publicados y elabore un estudio sobre sus coincidencias y discrepancias lingüísticas. El proyecto excluye deliberadamente cuestiones que contienen algunos libros de estilo, como la ética profesional o la manera de redactar noticias y reportajes, para centrarse exclusivamente en los aspectos grafemáticos y lingüísticos.
El director del Cervantes no entiende la queja de la Academia
M. R.
, Zacatecas
La polémica desatada por las declaraciones de un miembro de la Real Academia Española, Francisco Rodríguez Adrados, que reveló el martes «el disgusto de la institución» por no haber sido invitada oficialmente a participar en el I Congreso Internacional de la Lengua Española, causó desconcierto entre los miembros del Instituto Cervantes, organizador del evento.
«Esto ha sido un malentendido de algún académico, quizás a título personal, porque la Academia como tal no se ha manifestado», aseguró ayer Santiago de Mora-Figueroa, director del Cervantes. «Y digo malentendido porque quizás no se ha reparado en que éste no es un congreso de academias. El tema es el español y los medios de comunicación y hemos invitado a muchos expertos relacionados con eso».
Ya desde un principio había extrañado la ausencia de Fernando Lázaro Carreter, director de la Academia Española. Las palabras de Rodríguez Adrados, prestigioso helenista, acabaron por desatar la tormenta. Los miembros del Instituto Cervantes presentes en Zacatecas chasqueaban la lengua y sacudían la cabeza. «No hay ninguna clase de enfrentamiento entre nosotros», repetían, y achacaban el conato de bronca al clásico problema de «celos» entre profesionales del mismo campo. «Los hechos son incontestables», decía uno de los organizadores. «Aquí han venido cuatro académicos. Para la cuestión periodística están Juan Luis Cebrián y Luis María Anson. Para el tema científico, Ángel Martín Municio. Y para el ámbito literario, quién mejor que Camilo José Cela».
El director del Cervantes ratificó ayer que su predecesor en el cargo, Nicolás Sánchez Albornoz, había enviado una carta el 30 de octubre de 1995 a 24 personalidades en la que se les invitaba a participar en el congreso y a aportar sugerencias. No obstante, dijo De Mora, el director de la Academia le aclaró por teléfono que no podría estar presente en Zacatecas.
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