El País, 4 de abril de 1997


EDMUNDO PÉREZ YOMA MINISTRO DE DEFENSA DE CHILE

«El Ejército chileno no siente ningún tipo de remordimiento por lo que hizo»

MIGUEL GONZÁLEZ , Madrid

Edmundo Pérez Yoma, ayer en Madrid.
(R. Gutiérrez)

Franco se murió en la cama, pero al menos no eligió el momento de morirse. Pinochet no sólo eligió cuándo abandonar el poder sino que se reservó durante ocho años el puesto de comandante supremo del Ejército. Quizá por ello, Edmundo Pérez Yoma, de 58 años, empresario y ministro de Defensa de Chile, intenta quitar hierro a los sobresaltos que todavía hoy provoca el estamento militar en la vida política de su país.

El último de ellos, la dura réplica pública de los generales del Ejército a unas declaraciones del ex presidente Patricio Aylwin, en las que afirmaba que la historia dilucidará la responsibilidad de Pinochet en los crimenes cometidos bajo su mandato, ha sorprendido a Pérez Yoma de visita oficial en España. «No he seguido de cerca la polémica y no quiero meterme en la coyuntura», se excusa el ministro.

«Relativizaría un poco el tema,» contesta finalmente, «porque la figura de Pinochet es muy (duda, buscando el adjetivo) especial para las Fuerzas Armadas y la única declaración que se ha producido es de apoyo al general. Si bien es cierto que no se deben hacer declaraciones públicas, y no justifico en absoluto que se hagan, no por eso dejo de entender que estamos viendo los últimos signos de la transición militar».

El ministro se sonríe cuando se le pregunta si la reacción de los militares chilenos no se debe a la falta de una autocrítica similar a la que se han hecho algunos de sus compañeros argentinos, especialmente a raíz de la guerra de las Malvinas. «Las Fuerzas Armadas chilenas sienten que su paso por el Gobierno fue muy importante para Chile», afirma. «No sienten ningún tipo de remordimiento. Entienden que lo hicieron muy bien y se fueron en los términos y en los plazos que ellos mismos se autoimpusieron».

La transición debe concluir en marzo de 1998, cuando Pinochet pase a retiro y el presidente Eduardo Frei nombre a su sustituto, probablemente el general Garín, vicecomandante en jefe del Ejército, que ha acompañado al ministro durante su estancia en España.

«Creo firmemente que la transición chilena ha sido extraordinariamente exitosa, pero la misma incluía un periodo de excepción de ocho años durante el cual se mantienen los comandantes que vienen del Gobierno militar. Es algo que fue pactado y que ambas partes, tanto militares como civiles, hemos mantenido».

La jubilación de Pinochet no supondrá su ostracismo, ya que se ha garantizado un escaño de senador vitalicio. «Es un derecho constitucional que tiene y creo que no va a ser un elemento de distorsión», afirma Pérez Yoma. No obstante, el Gobierno ha remitido al Parlamento, por segunda vez en los últimos dos años, un proyecto de reforma constitucional para suprimir los senadores designados. «De conseguirse, se habrá dado un paso gigantesco hacia una democracia normalizada».

Parte de esa normalización pasa por la firma de acuerdos de cooperación como el rubricado por Pérez Yoma en Madrid con su colega español, Eduardo Serra, que regula a través de los respectivos ministerios de Defensa, por tanto bajo control político, los acuerdos que ya existen entre los ejércitos de ambos países.

La cooperación se plasmará también en los programas de armamento previstos para modernizar las Fuerzas Armadas chilenas; especialmente, la adquisición de dos submarinos, por unos 60.000 millones de pesetas. «La decisión no está tomada al cien por cien», reconoce Pérez Yoma, «pero por ahora el submarino franco-español aparece en franca ventaja respecto a los demás».



Pinochet lamenta las afirmaciones de Aylwin sobre los militares chilenos

M. DÉLANO , Santiago de Chile

La polémica suscitada por el enérgico rechazo del cuerpo de generales del Ejército a las declaraciones que hizo el ex presidente Patricio Aylwin en una entrevista al diario mexicano Excelsior, en la cual afirmó haberse equivocado «de medio a medio» en su valoración de los militares cuando era opositor al Gobierno del socialista Salvador Allende, prosiguió ayer con nuevas réplicas de los protagonistas. El jefe del Ejército y ex dictador, el general Augusto Pinochet, afirmó ayer, en alusión a Aylwin, que «cuando un presidente llega a ese puesto, queda inhibido para hacer declaraciones, por mucho odio que tenga a otro».

El comandante en jefe de la Fuerza Aérea, el general Fernando Rojas, «por la agresión de que ha sido objeto». El democristiano Aylwin afirmó no estar arrepentido de sus declaraciones y dijo creer que ha «interpretado a mucha gente de este país», y agradeciendo el apoyo que recibió de los partidos de centro e izquierda.

En la entrevista al Excelsior Patricio Aylwin dijo haberse equivocado al juzgar erróneamente a los militares chilenos y «creer en su ideología democrática».

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