ERP vendió misiles a EE.UU.
Ex-comandantes del autodenominado Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) confesaron, ayer, durante la Sesión Plenaria de la Asamblea Legislativa, haber vendido misiles a Estados Unidos y recibido por ello cuatro millones de dólares a cambio, para usarlos en programas de reinserción de mandos medios del FMLN. "Vendimos armas, pero las vendimos para el FMLN, en una negociación transparente con ONUSAL de por medio", manifestó Sonia Aguiñada Carranza, diputada del Partido Demócrata y antigua comandante del ERP, una de las facciones del FMLN.
El tema de la venta de armas surgió cuando la jefa de fracción de la Democracia Cristiana, Mélida Villatoro, presentó una pieza de correspondencia que promovía la formación de "una comisión de diputados o de personas honorables de nuestro país, a efecto de que se investiguen las diversas acusaciones en contra del partido político FMLN, en el sentido de que aún posee buzones, conteniendo diferente clase de armamento, así como la comercialización que está haciendo de éste para financiar su campaña política". "¡Criminales, criminales que mataron a alcaldes y maestros ", gritó Villatoro a la bancada del FMLN.
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Francisco Jovel, diputado del FMLN, conocido durante su militancia en el FMLN como "Roberto Roca", consideró que los señalamientos de Villatoro no eran para quedarse callados y manifestó que él mismo fue objeto de una "maniobra burda" del ERP, en México. Jovel relata que se entrevistó con el Secretario de Relaciones Exteriores mexicano para asegurarle que el FMLN no tenía más armas. "Yo llego a México y encuentro que el Canciller me dice que están intentando vender los misiles a la CIA (Agencia Central de Inteligencia de E.U.), al Departamento de Estado o a lo que diablos sea", expresó el parlamentario.
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Con aval de Naciones Unidas
"¡Los del FMLN no se han arrepentido de ser traficantes de armas!", gritó Mélida Villatoro, antes de que su compañero de bancada, Aristides Alvarenga, reprendiera al FMLN por poner en duda el liderazgo en materia de pacificación de El Salvador. Juan Ramón Medrano, jefe de la fracción legislativa del PD, aceptó también la venta de armas a Estados Unidos, pero acentuó que fue antes de la firma de los Acuerdos de Paz.
Fue Sonia Aguiñada, la diputada que dijo que la venta se hizo con el aval de las Naciones Unidas, lo que provocó que Norman Quijano, de ARENA, pidiera, al ardor de la discusión, impedir el ingreso a El Salvador de Alvaro de Soto, enviado especial del Secretario General de las Naciones Unidas, así como declararlo non grato.
Sin embargo, después de una llamada de Walter Araujo y la intervención de Ana Guadalupe Martínez, del PD, Quijano se retractó. No era para menos. "Me parece que el excesivo discurso de Norman Quijano no tiene nada que ver con la realidad", dijo Martínez. Entre otras cosas, la diputada confesó que el gobierno de Alfredo Cristiani no quería asignar recursos para los programas de reinserción para unos 600 miembros de los mandos medios de la guerrilla. "Así se dio el intercambio", reveló Martínez, quien asegura que la estabilidad del país dependía de ello.
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Publicarán debate en medios
Los diputados de ARENA se mantuvieron en calidad de expectadores. Observaron cómo los antiguos miembros de la guerrilla se sacaban los trapos sucios al sol. Milena Calderón de Escalón, de ARENA, se empeñó en decir que Eduardo Jovel, del FMLN, había admitido que su partido aún conservaba armas, por lo que debía escucharse la cinta magnetofónica en que grabó tal declaración.
Ante la respuesta negativa de Jovel , "¡Por favor no se mienta! ¡Escúchese la cinta!", Walter Araujo, también de ARENA, propuso una solución que dejó boquiabierta a la mayoría. La Junta Directiva se debía encargar de reproducir las intervenciones de esa sesión plenaria y publicarlas en todos los diarios, canales de televisión y emisoras de radio con la frecuencia que considerara adecuada, moción que fue apoyada por 48 votos, junto con el envío de la pieza de correspondencia de Mélida Villatoro a la Comisión Política.
Para unos, como David Acuña, del MU, la publicación es un gasto innecesario. Para otros, como Norman Quijano, de ARENA, es una medida importante, aunque considera que su intervención, en la que pidió declarar non grato a Alvaro de Soto, no deberá ir en la reproducción del debate, porque se retractó.