Medellín, domingo 20 de abril de 1997
![]() La paz se mueve en la tormenta
La guerrilla dice que no negociará con el actual gobierno, pero tampoco deja de lado la posibilidad de una paz concertada |
![]() |
Por JOSE GUILLERMO PALACIO. Medellín
La palabra paz, paz, paz... en forma repetitiva suena a guerra, a fusiles, a explosiones, a dolor, a viudas, a huérfanos, a desaparecidos... Esa, de alguna manera, ha
sido una constante en Colombia, donde todos los actores del conflicto armado tienen como principal bandera de lucha alcanzar la paz para toda la sociedad colombiana.
Pero la palabra paz, paz, paz... en forma repetitiva también suena a pan, redención, esperanza... Hasta hace apenas unas semanas cualquier acercamiento de paz entre
la guerrilla y el gobierno parecía un juego de utopías. Si el gobierno daba un paso la guerrilla se alejaba un paso, si la guerrilla daba dos, el gobierno se alejaba dos.
No obstante, con las declaraciones del nuevo ministro de Defensa, Gilberto Echeverri, invocando la palabra paz, el revuelo fue general y la población civil, principal
víctima del conflicto, volvió a comprometerse en un gran esfuerzo nacional por tratar de acercar a las partes enfrentadas.
Con el pronunciamiento de Echeverri y los posteriores planteamientos del presidente Ernesto Samper, en Yerbabuena, el gobierno volvió a expresar su disposición
de buscar una salida concertada al conflicto político armado y a los problemas de orden público que genera.
Farc
¿Está en los planes de la guerrilla iniciar su camino en busca de un horizonte negociado a la solución de las desigualdades sociales de los colombianos?. O, por
el contrario, ¿el robustecimiento militar que ha alcanzado en los últimos años, debido a la agudización de los problemas políticos, económicos y sociales del país, la llevan
a alejarse de cualquier acercamiento pacífico para insistir en su vieja tesis de que hay que tomarse el poder con las armas?.
En una primera respuesta a la Declaración de Yerbabuena, en la que el gobierno reconoció, de manera abierta, el carácter político de las organizaciones guerrilleras,
tras años de criminalizar sus acciones, las Farc no parecieron valorar el pronunciamiento y sostuvieron que no pueden y no van a sentarse con un gobierno ilegítimo
y cuestionado por todos lados que lo que busca es oxígeno".
Pero las puertas para el diálogo por parte de las Farc, así lo han manifestado algunos de sus líderes, tampoco están cerradas.
Como se recordará, sus frentes en Urabá propusieron un diálogo regional y el gobierno en esa oportunidad no aceptó, mientras que desde el punto de vista nacional
han mostrado su interés por iniciar una eventual negociación.
Antes del documento de Yerbabuena, Raúl Reyes, del comando central de la organización en armas, planteó como condición esencial para iniciar conversaciones
que consoliden un proceso de paz, la desmilitarización de La Uribe, Mesetas, Vistahermosa y La Macarena.
ELN
Si bien, al momento de la edición de la presente nota el ELN no se había pronunciado respecto del nuevo ofrecimiento de paz, si lo había hecho horas antes, cuando en
un comunicado a la opinión pública, firmado por la Dirección Nacional, planteó que "mantiene su compromiso con la búsqueda de la paz en el país y la región, convertida
en escenario de muerte y destrucción producto de las políticas guerreristas impulsadas desde la Gobernación de Antioquia.
Somos una organización en armas, conocedores de los avatares de la guerra y del inmenso sacrificio que ésta implica para los pueblos y naciones que la padecen.
No somos una organización guerrerista. Nuestro objetivo es la paz, pero una paz construida sobre la base de la justicia social, del respeto por la dignidad de la mayoría de
los colombianos".
Así mismo, la dirección del ELN afirma que está dispuesta a impulsar la posibilidad de diálogo con todos aquellos sectores sociales interesados en la búsqueda: la Iglesia
y organizaciones y personalidades que han mantenido una actitud amplia y pluralista en la búsqueda de mejor suerte para Colombia.
El ELN también precisa que en ningún momento mantendrá conversaciones con los paramilitares. "Consideramos que por su accionar deberá responder el Estado, ya
que son inspirados por él y están articulados en su estrategia de guerra integral".
El cura Manuel Pérez, máximo dirigente del ELN, sostiene que para encontrar la paz hay que hacer una gran convocatoria que lleve al fin del terrorismo de Estado,
la miseria y el imperialismo norteamericano.
Dudas pasadas
En Colombia nunca ha habido verdaderos acuerdos de paz con justicia social y respeto de la vida a los hombres que hicieron dejación de sus armas para reincorporarse
a la vida civil, hechos que crean serias incertidumbres frente a un nuevo posible interés de la guerrilla por sentarse en una mesa de negociaciones.
El pasado enseña que toda desmovilización ha sido acompañada de una gran campaña de exterminio de los excombatientes, en la mayoría de los casos ejecutadas
por supuestas "fuerzas oscuras".
Las debilidades de los procesos de reinserción también son notorias al evaluar los programas sociales para la población civil que soportó el rigor de los combates, la
cual en poco o nada se benefició con los acuerdos.
Del campo a la ciudad
De adelanterse nuevos diálogos, estos con seguridad se desarrollarán en medio de la fiereza de los combates. Ni las Farc ni el ELN parecen estar preparando
baterías para un gran acercamiento nacional con sus frentes inactivos.
Al contrario, al igual que el gobierno trabajan en forma intensa para mejorar su capacidad bélica. Algunos expertos consideran que estas organizaciones, tras copar
casi todo el territorio nacional con su lucha guerrillera, ahora trabajan en la superación de esa fase de la guerra para dar el salto a la lucha de posiciones y movimientos.
La paz con una guerrilla fuerte tiene un alto costo que la sociedad deberá estar dispuesta a pagar y así lo entiende el gobierno.
ELN y Farc tienen entre sus perspectivas multiplicar sus filas para constituirse como verdaderos ejércitos. Ninguno de los dos se piensa como guerrillas derrotadas.
Según lo demuestran sus acciones, son grupos en constante movimiento y crecimiento interno.
Por el momento queda claro que la guerrilla no parece dispuesta a bajar la intensidad de sus acciones. Sin embargo, deja abierto un pequeño orificio por el cual
puede entrar la luz de la paz. ¿Con cuál de los aspirantes presidenciales hablaría la guerrilla? ¿Cuál de los aspirantes estaría dispuesto a sacar adelante un plan de
negociación cuyos alcances no sean parciales cómo ha ocurrido hasta ahora? ¿Mockus, Sanín, Serpa, Pastrana, Valdivieso? ¿Estará la guerrilla dispuesta a bajarse de
sus pretensiones radicales, para dar forma a propuestas más moderadas de búsqueda del bienestar general?
Correo electrónico de EL COLOMBIANO
Copyright © 1996 EL COLOMBIANO LTDA. & CIA. S.C.A.