21/12/96 |
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LIMA.
-- Los guerrilleros del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) liberaron esta madrugada a 38 rehenes, entre ellos el jesuita español Luis Santiago Martínez Dueñas.
Un grupo de cinco, entre los ellos los embajadores de Egipto, Corea del Sur y Brasil y el congresista opositor peruano Javier Díaz Canseco, se dirigió a los periodistas leyendo dos comunicados.
En el primero, se pedía, en nombre de 150 rehenes --los de proyección pública--, que se lograse una salida pacífica a la situación.
Asimismo, se denunciaba la "difícil y muy delicada" por la que están pasando las personas retenidas.
"Nuestros captores --dice la nota-- no sólo buscan liberar a los presos sino abrir una vía política pacífica para llegar a una democratización efectiva de Perú".
Calendario para el canje
En el otro comunicado, del MRTA, se insistía en responsabilizar al gobierno del eventual baño de sangre que se produciría en caso de una intervención militar.
También exigían un calendario para el canje entre rehenes y presos.
Al parecer, el grupo de cinco personas que leyó los comunicados se ha comprometido a regresar hoy a la embajada secuestrada.
Los ocupantes de la legación habían dado un plazo que concluía hoy, sábado, para acabar con la crisis de los rehenes.
Con un cartel exhibido en una de las ventanas de la residencia del embajador japonés y con una llamada a un canal de televisión, los rebeldes formularon su ultimátum y pidieron una solución rápida a su demanda de liberar a sus combatientes presos.
Por su parte, el Gobierno desmintió la veracidad de un comunicado que se hizo llegar a las agencias de prensa donde se rechazaban las peticiones de los insurgentes.
Otro elemento que se ha hecho crecer la tensión ha sido la falta de resultados positivos en la mediación llevada a cabo por los cuatro embajadores que fueron liberados el primer día de la toma de la embajada.
La decisión de los diplomáticos fue dada a conocer mediante un comunicado oficial que fue leído por el embajador de Canadá, Anthony Vincent, y el embajador peruano Armando Lecaros.
En un intento por mostrar dureza, las autoridades cortaron agua, luz y teléfono a la residencia diplomática que disponía de un grupo electrógeno, que le permite tener fluido eléctrico.
Al no disponer de teléfono, los captores exhibieron en las ventanas carteles en japonés, inglés, alemán, italiano y español para informar de que estaban sin los servicios básicos.
Mientras la sociedad peruana se moviliza en favor de una salida pacífica --el cardenal Augusto Vargas celebraba esta noche en la plaza de Armas una misa-- llegó a Lima un equipo de agentes norteamericanos entrenados en acciones de alto riesgo.
El diario "El Sol" afirma que su misión es la de apoyar a la Unidad de Acciones Tácticas de Perú en caso de un eventual ataque.
El Reino Unido también ha reforzado su embajada con personal especializado en rescate.
Sin embargo, no se cree que Japón autorice el asalto a la sede diplomática.
Ya quedó desmentido que agentes especiales acompañen al ministro de AA.EE., Yukihito Ikeda, quien llegó a Lima el jueves para entrevistarse con el presidente Fujimori.
Ikeda se reunió ayer durante dos horas con el representante de la Cruz Roja Internacional, Michael Minning, que actúa como mediador entre el Gobierno y el MRTA.
Poco después, Minning entró a la residencia para hablar con los guerrilleros, sin que se informara sobre lo que trataron.
Aunque se ha especulado con que Cuba podría actuar como mediador con los activistas del MRTA, el gobierno de La Habana guarda silencio y se abstiene de condenar el asalto.
A la pregunta sobre una eventual mediación, el portavoz de la Cancillería cubana, Miguel Alfonso, se limitó a contestar con un lacónico "sin comentarios".
En la madrugada de ayer llegó a Lima el nuevo embajador Español, Gonzalo de Benito, con la misión de ayudar a liberar a los rehenes españoles.
Poco después, el diplomático se entrevistó en el palacio de Torre Tagle con el vicecanciller Jorge Voto, a quien hizo entrega de las copias de estilo de las cartas credenciales, lo que le habilita para poder actuar a nivel oficial.
"No tengo instrucciones específicas sobre la situación.
Hay que esperar a seguir el curso de los acontecimientos", dijo De Benito.
Copyright La Vanguardia 1996