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Así luce la tradicional avenida porteña 9 de Julio. Buenos Aires se prepara para la Navidad (Foto de Rafael Yohai) |
Fiestas: los comercios incrementaron sus ventas en las últimas semanas, gracias a descuentos vendieron más que el año último. |
Hace un año atrás, Papá Noel sólo traía en su bolsa recesión. Las fiestas navideñas se habían teñido de crisis.El hombre de barba blanca había dejado atrás los tiempos de prosperidad y regalos costosos. Los argentinos debieron entonces, agudizar el ingenio y pasar las fiestas lo mejor posible.
En algunos rubros la perspectiva este año cambió. Esto hizo que los grandes centros de compras se lanzaran a la conquista de las preferencias de la gente.
José Claveria, presidente de la Cámara de Centros Comerciales de Buenos Aires dijo a La Nación que en el rubro juguetería -único posible de cuantificar- las ventas de navidad se incrementaron un 15% respecto del mismo período del año anterior.
"El año fue muy malo pero en estas últimas dos semanas se ha notado un repunte comparado con las fiestas del año pasado, cuando la crisis se manifestó más duramente", expresó Claveira.
Marcelo Chaine, gerente general del Patio Bullrich,opinó: "las ventas van creciendo exponencialmente en las dos semanas previas a la nochebuena.Mucha gente compra a último momento".
Promociones y descuentos fue la forma elegida en estas fiestas para incrementar las ventas. En algunos comercios de Alto Palermo Shopping se adelantaron las liquidaciones de temporada y se recibe a la gente con descuentos de hasta un 50%.
La mayoría de los comerciantes consultados aseguraron que en la última semana hubo un incremento notable de las ventas y esperan recibir mayor cantidad de gente. Por eso, algunos Shoppings han decidido ampliar su horario de atención hasta las 24.
Mariano Dorr, empleado de librerías El Ateneo, comentó: " Los libros parecen una buena opción para regalar, estamos atendiendo a mucha gente en estos días". En Musimundo, ya han advertido una mejoría. " Desde el jueves estamos a full todo el día" dijo Osvaldo de la sucursal de Paseo Alcorta.
"Cuando tenés que hacer varios regalos la cuestión es recorrer, seguro que entre las ofertas algo encontrás" comentó Pía, una estudiante de 25 años.
Para muchos, la mayoría, la ilusión duró poco, exactamente 39 minutos. Ese fue el tiempo que medió entre el comienzo del sorteo del Gordo navideño y la aparición del premio máximo para el insólito número 12.300.
"Ese no es un número, es una letra", reaccionó con indignación y rapidez, Juan Carrarte, uno de los tantos porteños que durante esos escasos minutos había acunado la ilusión, con forma de radio portátil, que lo acompañaba en su paseo por Lavalle.
Tan inusual pareció el número más premiado que tanto los que siguieron el sorteo por ATC como quienes se encontraban en el recinto de la Lotería Nacional, en Santiago Estero 126 de esta capital, creyeron ver que en el siempre impávido rostro de las niñas cantoras se había instalado un rictus de incredulidad.
Esta se acentuó cuando se supo que el número ganador fue vendido en tres agencias.
Voceros de la lotería Nacional precisaron que las agencias ganadoras se hallan ubicadas en la avenida Almirante Brown 2913, de Villa Ballester, en Triunvirato 3910 y en Austria 2473, de la Capital Federal.
La primera alegría de la noche se produjo a las 21.10, cuando el niño cantor anunció la aparición del sexto premio del sorteo, que al igual que el gordo navideño terminó en 0: la suerte acompañó a los afortunados que compraron el 33110.
Ocho minutos más tarde salió del bolillero el cuarto premio correspondiente al número 23405. En ese instante, Oscar Gálvez maldijo su fortuna: "Me quiero matar, le erré por 15 números. Yo le decía a mi señora que teníamos que comprar un número más grande, pero, como siempre, no me hizo caso y ahora perdimos la oportunidad de viajar a Europa y vivir de rentas".
Más tarde, los niños cantores anunciaron el octavo premio de la noche correspondiente al 32300, reafirmando la idea de que el cero copó la noche y decepcionó a millones de apostadores que tuvieron la esperanza de comenzar el año nuevo con algo más que buenos deseos.