Fusilados dos campesinos que violaron y asesinaron a una niña guatemalteca
MAITE RICO,
México
Esta vez la ley se cumplió . A las seis de la mañana de ayer, hora local, Pedro Castillo y Roberto Girón, campesinos guatemaltecos, culpables de secuestrar, violar y asesinar a una niña de cuatro años, cayeron bajo las balas de un pelotón de fusilamiento formado por 20 guardias del penal Granja Canadá, en la sureña población de Escuintla. Ningún recurso les rescató del paredón como había sucedido ya en dos ocasiones .
![]() da el tiro de gracia a Pedro Castillo. (Epa/Efe) |
«Les están matando a pausas, están jugando con su vida», protestaba Delia Castillo, hermana de Pedro. «Les están matando a pausas, están jugando con nuestra vida», protestaba Alejandra García, madre de la pequeña Sonia, que hubiera cumplido siete años si «esos dos» no se hubieran cruzado en su camino aquel 18 de abril de 1993 en una hacienda de Guanagazapa. Alejandra quería verlos muertos, pero quería también que los atormentaran antes, para que sufrieran como su hija cuando la violaron y la degollaron.
En cierta manera, el tira y afloja jurídico que se desató en estos dos meses, tras la negativa del presidente de Guatemala, Álvaro Arzú, a concederles el indulto, constituyó una tortura para los reos. Las peticiones de clemencia cayeron en saco roto, en medio del consenso de los partidos políticos y de una sociedad que apoyaba, en un 80% según las encuestas, la ejecución .
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