Jueves
26 diciembre
1996 - Nº 237

América Latina deja atrás el 'efecto tequila' con un crecimiento medio del 3,5%

MANUEL DÉLANO Santiago
El lastre de aquella década era el agobio del sobreendeudamiento externo. Ahora, pese a todo, una tasa de crecimiento como la mencionada sigue siendo por completo insuficiente para países que deben enfrentarse a elevadas tasas de desempleo y pobreza y a una muy desigual distribución de los ingresos.

Por persona, el crecimiento latinoamericano fue del 1,5% en 1996, mientras la inflación se redujo en promedio a cerca de un 20%. Según el secretario ejecutivo de la CEPAL, el guatemalteco Gert Rosenthal, «la región vuelve a retomar una trayectoria con claves de crecimiento entre el 3% y el 4% anual, niveles de inflación cada vez menores y déficit de cuenta corriente manejables».

El crecimiento de las economías latinoamericanas se ha basado en una sostenida expansión de las exportaciones y en un mayor flujo de capitales externos, en un contexto internacional un poco menos favorable. El aumento del volumen de las exportaciones casi triplicó al del producto interior bruto y, en total, las ventas al exterior ascendieron a 248.000 millones de dólares, algo más de 32 billones de pesetas.

Paralelamente, los países del continente ingresaron unos 50.000 millones de dólares (6,5 billones de pesetas) en préstamos e inversiones, apartados que habían quedado parcialmente restringidos durante la crisis financiera mexicana.

En este comportamiento del PIB ha influido el hecho de que México y Argentina, dos de las mayores economías latinoamericanas, hayan vuelto a registrar tasas positivas de crecimiento (4,5% y 3,5%, respectivamente), aunque no superan la caída de 1995.

Por el contrario, en el gigante económico de la región, Brasil, se ha desacelerado el ritmo de expansión (3,0%) por las políticas destinadas a mitigar la inflación. y sólo cinco países (República Dominicana, Chile, Guyana, Barbados y Nicaragua) registraron una expansión del PIB superior al 5%.

Notable para Chile

Al presentar en Santiago las 55 páginas del informe de la CEPAL, titulado Balance preliminar de la economía de América Latina y el Caribe, Rosenthal calificó como «notable» el desarrollo de Chile, que ha lleva 13 años consecutivos de aumento del PIB, «porque fue el país más afectado por la baja en los términos de intercambio y pese a ello tuvo un alto crecimiento». En el otro extremo, Venezuela sufre una contracción del volumen de su economía (-1,5%), aunque con tendencia a aminorarse en los últimos meses.

La inflación ha continuado reduciéndose por tercer año seguido. El promedio de las alzas de precios latinoamericanas ha disminuido desde el récord del 888% en 1993 al 20% logrado entre noviembre de 1996 e igual mes del año pasado. Este último porcentaje es el más bajo que registra América Latina desde comienzos de los años setenta. Muchos países tuvieron una inflación de un solo dígito o muy cercana al 10%.

Los indicadores son en general favorables, pero la CEPAL advierte que el desempleo se está perfilando como un serio problema en América Latina. Pese a los buenos datos económicos generales, en especial el crecimiento, en los nueve primeros meses de este año prosiguió el aumento de la desocupación (del 7,3% al 7,7%), después de haber crecido ya de forma considerable en 1995. El informe lo atribuye a que la generación de empleos no se produce en consonancia con la recuperación en México y Argentina.

Entre las lecciones que la CEPAL extrae del comportamiento económico en 1995 destaca la de que América Latina ha «demostrado cierta fortaleza para asimilar fenómenos adversos». Según el informe, la recuperación en México y Argentina, siendo todavía incompleta y con elevados costos sociales, tiende sin embargo a una reactivación progresiva. La recesión que afectó a estos países durante el año pasado, el efecto tequila, no se propagó de manera generalizada al resto de la región, según el último informe de la CEPAL.

Otro factor que muestra la mayor fortaleza de América Latina es que los indicadores de la deuda externa han continuado mejorando y, en algunos casos, han llegado ya a valores similares a los registrados antes de la crisis de la deuda de comienzos de los años ochenta.

Las crisis bancarias han costado un alto precio

EL PAÍS , Madrid
Uno de los principales lastres del efecto tequila ha sido la sucesión de crisis bancarias en América Latina, que han tenido efectos devastadores en las finanzas públicas y en la actividad empresarial doméstica. La peor y más cara ha sido la sufrida por Venezuela, un dato que explica en gran parte las dificultades del país para salir de la recesión.

Según los datos del Banco de Pagos Internacionales (BIS), el coste del saneamiento del sector financiero en Venezuela, cuyo Gobierno se ha visto obligado a intervenir los principales bancos del país, se ha elevado al 18% del producto interior bruto (PIB). En el caso de México, se situó entre el 12% y el 15% del PIB. En Argentina, el coste se acercó al 25% del PIB.

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