Miércoles
4 diciembre
1996 - Nº 215

Tejero, imagen del intento golpista del 23-F, en libertad provisional

R. SERRANO , Madrid
El ex teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero Molina, de 64 años y condenado a 30 por el intento golpista del 23 de febrero de 1981, fue puesto ayer en libertad provisional. Ha cumplido 15 años y nueve meses de pena. Al aplicársele otros cinco años y un mes conmutados por trabajos en prisión y donaciones de sangre, ha llegado a las tres cuartas partes de la condena que la ley prevé para la excarcelación.

Con la libertad de Antonio Tejero Molina se pasa página a uno de los capítulos más oscuros y dramáticos de la transición española. Rostro e imagen esperpéntica -desafiante en la tribuna del Congreso con el único argumento de la pistola- de la asonada del 23 de febrero de 1981, el ex teniente coronel de la Guardia Civil jamás se mostró arrepentido por una acción que estuvo a punto de provocar un giro involucionista en la vida política española. Fue precisamente su falta de arrepentimiento lo que llevó al fiscal togado militar a rechazar su indulto en 1993.

En la tarde del 23 de febrero de 1981, Tejero entró por la fuerza de las armas en el Congreso, apoyado por guardias civiles sediciosos; tomó a tiros como rehenes a los miembros del Gobierno y los diputados -debatían la investidura presidencial de Calvo Sotelo-, y aportó a la historia una triste frase clarificadora de su talante: «¡Se sienten, coño»!

Desarticulada la intentona, en la que estaban conjurados altos mandos militares y civiles relacionados con el régimen anterior, Tejero fue condenado a 30 años de prisión. Él mismo, al entregarse en la mañana del día siguiente, fracasado ya el golpe, lo predijo: «Ahora, a pechar con 30 años de prisión». Era el único de los implicados en la sedición que seguía en prisión. Bien es verdad que desde febrero de 1993 sólo tenía que acudir al centro penitenciario de Alcalá de Henares (Madrid) a dormir.

La vida militar de Tejero fue una advertencia de su vocación golpista que nadie quiso oír. En 1975 envió una carta de protesta al entonces ministro Rodolfo Martín Villa por legalizar la ikurriña. Y dos años despúes dispersó una manifestación autorizada. Pero el verdadero ensayo del 23-F lo protagonizó al preparar junto al capitán de Infantería Saénz de Ynestrillas -posteriormente asesinado por ETA- la Operación Galaxia , que pretendía la captura del Gobierno. Fue condenado a siete meses de prisión. Un año después, Tejero llevó a la práctica lo que se había calificado como «ejercicio teórico militar».

© Copyright DIARIO EL PAIS, S.A. - Miguel Yuste 40, 28037 Madrid
digital@elpais.es | publicidad@elpais.es


Volver al comienzo

Volver