Pascuas en Ascuas

Pascuas en
Ascuas

Un vértigo político y un Mandatario en problemas.

Las reacciones de Fujimori configuran un perfil más permeable aunque levanten mareas. Hay que acostumbrarse al juego democrático.

Corrección en el tema de los combustibles que aleja a Armando Echeandía de Petroperú y condena la violencia de los alcaldes oficialistas.

CRUEL ironía de últimas encuestas. En ellas se reconocía como el mayor mérito del gobierno la política antiterrorista y como el mayor demérito la política económica.
Los acontecimientos de esta semana que culminaron con la toma de la Embajada del Japón por parte del MRTA golpean, de alguna manera, una de las áreas en las que el gobierno tiene aún credibilidad y en la que cosechaba aplausos de tirios y troyanos.
Las reacciones del Presidente Alberto Fujimori en las últimas semanas han sido motivo de varias explicaciones, especialmente porque en varios frentes en vez de agresividad mostró un espíritu permeable. Incluso pareció fortalecer una opción institucionalista, que ahora se comenta era alimentada por su hermano Santiago Fujimori desde los albores del régimen.
El caso Robles, que ha implicado sin duda, un distanciamiento con el Comandante General del Ejército, Nicolás Hermoza, y una sensación de problema irresuelto, permitió a Fujimori afirmar la institucionalidad democrática, el respeto al Congreso y un aire político que le era fundamental.

Luego, los avatares económicos empezaron a prefigurar a un líder que prestaba oídos a algunas soluciones alejadas del fundamentalismo neoliberal.
La Ley de Bancos -que por lo demás tampoco fue materia de delegación de facultades-, la enfática reacción ante el alza de los combustibles que ha llevado incluso a frenar la venta de la refinería de Talara y al alejamiento de Armando Echeandía de la presidencia de Petroperú y privatizador convicto, culmina con un sorpresivo giro en materia de reforma del Estado, dejando virtualmente sin piso al Primer Ministro Alberto Pandolfi.
Algunos creen que las dudas de Fujimori sobre el tono ultraliberal son una estrategia para evitar mayor desgaste en términos de popularidad y apoyo a su gestión.
Incluso, en la batalla municipal por Lima -los parques, los ambulantes, el Vaso de Leche, las tasas municipales- Fujimori ha desautorizado la violencia y las malas artes empleadas por los alcaldes naranjas de Cambio 90/NM, no obstante que hay la versión que las asonadas municipales fueron concertadas por un movimiento subterráneo, cuyo comando correspondería a Absalón Vásquez, ex ministro de Agricultura y a quien "Expreso" atribuye ahora la función de forjar un nuevo partido fujimorista.
Hay también la percepción que esta actitud reflexiva del Primer Mandatario lo que busca es ampliar su base de sustentación civil y, eventualmente, una reaproximación a los llamados "santiaguistas".
Dentro de sus habituales reflejos políticos, Fujimori se coloca en el fiel de una balanza que no cede demasia-do a los requerimientos liberales y a los compromisos con los organismos multilaterales y acepta los hincones de los heterodoxos. La pugna Jorge Camet-Absalón Vásquez es proverbial y siempre latente, por ejemplo.
El rápido desinflamiento de Alberto Pandolfi es menos explicable. Parecía satisfacer a plenitud el protagonismo presidencial exclusivo, salvo que ahora Fujimori prefiera jugar con ministros más autónomos y relevantes, como Francisco Tudela y el propio Jorge Camet. Hay quienes ya adelantan que entre sus barajas de recambio, Sandro Fuentes -un ex ministro que de alguna manera es consultado o cuando menos desarrolla un predicamento propio al interior del gobierno- sería uno de los principales.
El panorama, sin embargo, no está tan despejado.
Se podría temer que el margen de maniobra del Presidente es más bien reducido y que algunas de las manifestaciones de "insubordinación" o de " infraternidad" en los linderos municipales o parlamentarios se producen a partir de un debilitamiento de la figura presidencial.
En el Congreso hay una pública y manifiesta pugna entre Víctor Joy Way y Carlos Torres y Torres Lara (éste último visiblemente debilitado pues se le atribuye la paternidad de errores jurídicos que vienen constituyéndose en auténticos dolores de cabeza). Joy en cambio luce de muy buen ánimo y se multiplica en varios frentes, haciendo recordar al polivalente Bebeto o al ahora silencioso -pero no inactivo- Jaime Yoshiyama.
En la actual legislatura han empezado a hacerse notar por su independencia de criterio algunos parlamentarios de provincias que, cansados ya del perpetuo silencio y que sin embargo tienen mucha fuerza en sus localidades- difieren de leyes como las de promoción educativa, salud, delimitación de competencias e incluso cuestionando la nula labor fiscalizadora del Parlamento. Así, Eusebio Vicuña, Luis Campos Baca, Rafael Urrelo, Francisco Cardoso, Carlos Ferrero y Luis Delgado Aparicio si bien no han tomado el camino de Alfonso Baella Tuesta, se han ganado miradas reprobadoras y críticas de sus correligionarios.
Los analistas creen que la mayor dificultad para Fujimori reside en procurar un cambio en la agenda económica. Está muy claro que no podría en las actuales circunstancias prescindir de Jorge Camet. Cuando algunos cimientos temblequean, nada mejor que un ingeniero constructor, que además sabe como pocos hacerse, náuticamente, "el muertito". El corsé, además, no lo impone ningún sastre peruano. Es de admirar, por ejemplo, el grado de compenetración con la situación peruana de Fred Levy, representante en el Perú del Banco Mundial, que habla virtualmente como un ministro criollo, con su picante y su limón.
En concreto, si Fujimori quiere bajar el precio de los combustibles, apoyándose en la tesis de que hay probable concertación, sólo le quedaría conservar para el Estado la refinería de Talara pero esa acción tiene sus bemoles. EL BM le reclamará el cumplimiento del cronograma de privatizaciones que forma parte de una de las cláusulas del préstamo para la reforma del Estado.
¿Cómo evaluará el mismo BM la renuncia de Leoni Roca y su equipo y el plantón del proyecto pandolfista?
Las tentaciones promocionales vía un mayor gasto fiscal con incentivos o subsidios tampoco dejan demasiado campo. No sólo porque hay que pagar US$ 150 millones mensuales de deuda externa sino porque el enfriamiento ha hecho que la recaudación fiscal se resienta. Tanto que el habitualmente ponderado Adrián Revilla, jefe de la SUNAT, se presentó en el programa "La Clave" y declaró que si el gobierno dicta un nuevo fraccionamiento, no descarta la dura vía de la renuncia.
La reforma del Estado se ha convertido en un tema esóterico e incómodo. El BM lo financia porque cree que aplicando una reforma de tal envergadura se mejorará la eficiencia en el gasto y se cortarán amarras para la iniciativa privada. Pero la traducción política del tema -como lo hiciera en un primer campanazo el congresista Fernando Olivera- es que sobrevendrá una nueva ola de despidos. Pandolfi no pudo despejar esos temores y más bien los tecnicismos amenazaron con provocar sopor en diversos auditorios.
Muchos de estos remezones políticos, finalmente, no debieran desalentar si se acepta que -en la divergencia, en el debate, en la transparencia- es que se afirma la democracia. Las dificultades no son ajenas a ella, pero también los consensos surgen como soluciones compartidas.


Defectos y Efectos
EN la últimas encuesta realizada por CPI a mediados de diciembre, los limeños opinaron que el suceso más importante y positivo de 1996 fue "el control del terrorismo".
El prestigio de la lucha antisubversiva se había mantenido como una nota favorable al Gobierno frente a una serie creciente de decepciones de origen económico
En el mismo sondeo, los principales defectos mencionados fueron el "aumento del desempleo" (14.1%), "la mayor recesión económica" (4.9%), "el alza de los precios" (4.7%), "los bajos sueldos" (3.9%) y también "la privatización de las empresas públicas" (8.8%) que ha generado aumentos de tarifas.
Por otro lado, un 46.8% declaró que lo que más "espera para 1997" es "la creación de nuevos puesto de trabajo", 18.0% que "mejore la economía", 11.7% "aumento de salarios" y varias ilusiones de la misma índole.
Los economistas no creen que sea tan fácil reactivar la economía el próximo año y ahora, con la toma de la Embajada del Japón por el MRTA, la imagen de la "pacificación" se ha hecho añicos.
Esta vez en la encuesta de CPI también aparecen reacciones contrarias al estilo autoritario del Gobierno, puesto que 7.3% opina que el suceso más negativo de 1996 fue la "detención del general Robles", 2.9% "el caso Montesinos/conocer que existe el grupo Colina", 2.2% "el autoritarismo del Gobierno" y 2.1% la reelección de Fujimori.
Consecuentemente, al preguntar ahora qué "político ha realizado la mejor gestión en 1996", Andrade se lleva las palmas con 26.7% seguido por Fujimori con 17.5%, que es la mayor diferencia registrada hasta la fecha.
Además, en diciembre menos limeños aprueban la gestión del Presidente (44.9%) que los que la desaprueban (54.4%).
Los recientes enfrentamientos con los ambulantes han perjudicado a Andrade, según CPI, bajando su nivel de popularidad de 78.3% en noviembre a 69.5% en diciembre, pero como se ve, su ventaja sobre el Presidente sigue creciendo debido a varios factores a los que ahora suma la toma de la embajada de Japón.