Se silencian las armas en GuatemalaEl documento formaliza la suspensión de operaciones militares entre las partes en conflicto, decretada unilateralmente en marzo pasado. Los rebeldes tendrán que desmovilizar sus fuerzas en seis semanas para luego entregar sus armas a las Naciones Unidas.Oslo (AFP-Efe), Jueves 5 de diciembre de 1996 La paz en Guatemala, último país de Centroamérica con un conflicto bélico, ya no se anda con rodeos. Ayer, tras cinco años de intensas negociaciones entre el Gobierno, el Ejército y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) se firmó en Oslo (Noruega) el cese el fuego definitivo entre las partes enfrentadas. El acuerdo constituye el primero de los cuatro grandes pasos para terminar con 36 años de guerra civil en los que murieron más de 100 mil personas y unas 40 mil fueron desaparecidas.
promisorio. |
Pictures from the UN Peacekeeping mission in Guatemala: click
here
¿Cómo se
inició esta guerra civil que duró más de tres décadas?
Aunque parezca una paradoja, las Fuerzas Armadas, sobre las que ha girado
el poder en este país, produjeron su antítesis: la guerrilla.
La CIA había montado un campo de entrenamiento en la hacienda La Helvetia, situada en la zona atlántica, para los contrarrevolucionarios cubanos. En ese tiempo el adoctrinamiento anticomunista no había llegado al ejército y no existía ninguna animadversión contra Castro. Al contrario, se le consideraba un héroe por su hazaña revolucionaria. Se combinaba así el descontento contra el régimen corrupto y al mismo tiempo el rechazo a que el territorio nacional fuera usado para derrocar a un régimen, tal como la CIA lo había hecho apenas seis años antes, en 1954, en este país contra el gobierno revolucionario del coronel Jacobo Arbenz Guzmán. |
El País Digital, Jueves 29 mayo 1997
- Nº 391
La CIA conspiró contra el Gobierno guatemalteco en los años cincuenta AGENCIAS, Washington El escándalo salpica de nuevo a la agencia de espionaje norteamericana. Un documento de 1.400 páginas recientemente desclasificado al que tuvo acceso el diario The New York Times revela que la CIA estuvo detrás de la elaboración de una lista de 58 líderes guatemaltecos que debían ser asesinados, a principios de los años cincuenta, como parte de un plan para derrocar al Gobierno de izquierdas de Jacobo Arbenz Guzmán. Aunque la CIA no llegó a ejecutar sus planes, «hasta el día de la renuncia de Arbenz en junio de 1954, la opción del asesinato seguía siendo considerada», informó ayer el diario neoyorquino recogiendo palabras del citado documento, del que fueron eliminados los nombres de los responsables del plan y del golpe de Estado en Guatemala. El plan de la CIA para derrocar a la Administración izquierdista de Arbenz fue ideado en 1952, según el diario, por el entonces dictador nicaragüense Anastasio Somoza, quien se lo propuso al presidente norteamericano Harry Truman. La salida del poder de Arbenz, elegido libremente en las urnas, condujo a una serie de Gobiernos pronorteamericanos y a la sangrienta guerra civil que asoló Guatemala hasta la firma de la paz a principios de este año. © Copyright DIARIO EL PAIS, S.A. - Miguel Yuste
40, 28037 Madrid
El País Digital, Jueves 11 de marzo de 1999 - Nº 1042 Perdón en Guatemala
"Para Estados Unidos, es importante que yo afirme claramente que el apoyo a las fuerzas militares y a las unidades de inteligencia involucradas en la violencia y en una amplia represión (...) fue un error que Estados Unidos no debe volver a repetir. Al contrario, debemos apoyar la paz y el proceso de reconciliación en Guatemala, y así lo haremos", declaró Clinton en la mesa redonda celebrada en la capital guatemalteca sobre los esfuerzos para la paz en ese país y el informe de la Comisión de Esclarecimiento Histórico (CEH) patrocinada por Naciones Unidas. Clinton destacó que el apoyo que el Gobierno de Guatemala había dado a la CEH mostraba "hasta qué punto ha evolucionado Guatemala para superar el doloroso periodo" del pasado. El presidente norteamericano también hizo constar que su país contribuyó a financiar los trabajos de la CEH y sacó a la luz miles de documentos secretos relacionados con la represión en Centroamérica. "Expreso mi más profundo respeto por las víctimas y sus familias, que tuvieron el valor de testificar [ante la CEH] y por el valor de toda la nación para hacer la paz con su pasado y mirar hacia el futuro", agregó Clinton. |
A pesar de su contacto con las agrupaciones de izquierda, los oficiales
rebeldes aún continuaban considerando el derrocamiento del régimen
a partir de un golpe de Estado que debía partir del propio ejército.
Sin embargo, el viaje que realizó una delegación a Cuba en
septiembre de 1962 habría de provocar una viraje de 180 grados en
cuanto a concepción ideológica, táctica y estrategia
político-militar. Durante su estancia en La Habana, los oficiales
rebeldes se entrevistaron con el ex Presidente Jacobo Arbenz, quien, con
lágrimas en los ojos, les habría dicho: "Cuando consideren
conveniente que me una a ustedes como un soldado más, lo haré
gustoso, porque quiero volver a Guatemala". Asimismo, un día, sin
avisar, se presentó ante ellos Ernesto Che Guevara, quien les dio
una extensa plática sobre la necesidad de la lucha armada, bajo
el concepto del marxismo-leninismo. De hecho, cuando volvieron a partir
al país, en diciembre de 1962, ya no eran golpistas, sino revolucionarios;
ya no pensaban en pronunciamientos sino en guerra de guerrillas.
En un proceso de violencia creciente en su intensidad y en su alcance, a las Fuerzas Armadas -que mantuvieron el control directo del gobierno hasta 1985- y a los grupos guerrilleros que se agruparon en la UNRG en 1982, se sumaron los escuadrones de la muerte, luego las patrullas civiles antiguerrilleras y la policía militar móvil. En los ochenta, el informe de la Comisión Kissinger denunciaba no sólo la violencia guerrillera, sino la brutalidad de las fuerzas gubernamentales. Aún después de la transición a la democracia, con la elección de Vinicio Cerezo en 1986, continuaron las denuncias por violación a los derechos humanos por parte del ejército y de los escuadrones de la muerte. La guerra guatemalteca nace de la ostensible desigualdad que caracteriza a su sociedad, su economía y su política, y que se ha expresado culturalmente en momentos diversos en las obras de Miguel Angel Asturias y de Rigoberta Menchú. La extrema polarización se evidencia en la tenencia de la tierra - el 60% está en manos del 2% de la población; también en una enorme masa de población indígena -alrededor de 60%- marginada política, social, cultural y económicamente; así como en unas élites económica y político-militar muy poderosas que contrastan con una muy débil institucionalidad, más debilitada cuanto más se acentuó el enfrentamiento armado y el uso de la fuerza y medidas extraordinarias, lo que a su vez fue consolidando el control militar de la política. |
El País, Viernes
26 febrero 1999 - Nº 1029
Una investigación sobre la guerra de Guatemala culpa al Ejército de genocidio planificado El informe de la ONU atribuye el 93% de las matanzas a los militares y el 3% a la guerrilla MAITE RICO, Guatemala
Guatemala comenzó ayer a enfrentarse a sus fantasmas. Dos años después de que el Gobierno y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) sellaran la paz, los protagonistas del conflicto se dieron cita en el teatro Miguel Ángel Asturias de la capital para recibir el informe Guatemala, memoria del silencio. El horror descrito en 3.400 páginas. La locura de un pasado atroz, entretejido por las injusticias de la historia propia y los intereses ajenos de la guerra fría en el tapiz de un país de casi 11 millones de habitantes. "En ningún país de América Latina se habían registrado tantos casos de violaciones de los derechos humanos como aquí. Según las estadísticas, Guatemala encabeza todo", según el noruego Christian Tomuschat, coordinador general de la CEH. La "extrema crueldad" con la que se perpetraron la mayoría de estos casos y la "magnitud e inhumana irracionalidad de la violencia que azotó el país no pueden ser explicadas simplemente como consecuencia de un enfrentamiento armado entre dos partes", a juicio de Tomuschat. Acusación de genocidio El Estado guatemalteco había encabezado tradicionalmente las listas negras de las violaciones de los derechos humanos. Ayer, sin embargo, la comisión creada por los firmantes de los acuerdos de paz, y respaldada por la ONU, lo acusó formalmente de genocidio. Como tal pueden calificarse las acciones de destrucción sistemática que el Ejército de Guatemala perpetró entre 1981 y 1983 contra las comunidades indígenas de los departamentos de Huehuetenango, Quiché y Baja Verapaz, en el norte del país. El informe no identifica individualmente a los responsables (por acuerdo del Gobierno y la URNG), pero la cronología lo dice todo: la etapa corresponde al final del Gobierno del general Lucas García (1978-1982) y a todo el mandato del general golpista Efraín Ríos Montt (1982-1983), que puso en marcha la política de tierra arrasada como estrategia contrainsurgente. En esos años, los grupos mayas se convirtieron en el principal "enemigo interno" para el Ejército, que los consideraba "aliados naturales" de la guerrilla. Comenzó así su "aniquilamiento" en "secuencias lógicas y coherentes". En la región maya ixil, por ejemplo, entre el 70% y el 90% de las aldeas fueron destruidas. Las masacres se acompañaban a menudo de toda clase de torturas y humillaciones. Los casos recogidos por la comisión dan sobrada idea del grado de desquiciamiento: desde asesinatos de niños golpeándolos contra las paredes hasta mutilaciones y empalamientos. La población indígena, que constituye más de la mitad de los guatemaltecos, fue la más afectada por la represión, pero no la única. Escudado en la Doctrina de Seguridad Nacional y la lucha contra la guerrilla de la URNG, el Estado, dice el informe, incluyó en el concepto de "enemigo interno" a todos los opositores, "demócratas o no, pacifistas o guerrilleros, legales o ilegales, comunistas o no comunistas". Entre 1962 y 1977, las víctimas fueron sobre todo "ladinos" : líderes campesinos y sindicales, profesores, estudiantes y dirigentes sociales de la capital y de las regiones del sur y del este del país. Era una represión más selectiva, basada en ejecuciones extrajudiciales, torturas y desapariciones. Esa misma pauta se reproduce después de 1985. La CEH establece que la guerra civil empezó en 1962 y se extendió hasta 1996. El conflicto dejó a lo largo de 34 años más de 150.000 muertos, 45.000 desaparecidos y más de un millón de desplazados. El informe documenta 626 matanzas: el 93%, perpetradas por las Fuerzas Armadas, y el 3%, por las guerrillas. A juicio de la comisión, "esta disparidad no atenúa la gravedad de los atentados injustificables cometidos por la guerrilla contra los derechos humanos". En concreto, el informe recoge 32 matanzas de civiles (incluyendo mujeres y niños) perpetradas por la URNG entre 1981 y 1982, además de secuestros, desapariciones, ejecuciones extrajudiciales de civiles y de sus propios combatientes y varios episodios de torturas. © Copyright DIARIO EL PAIS, S.A. - Miguel Yuste 40, 28037 Madrid |
Si te animas, lee los siguientes dos artículos que cuentan algunas de las atrocidades que se comitieron en la guerra guatemalteca:
El País, Domingo, 26 diciembre
1999 - Nº 1332
El golpista Ríos Montt sigue controlando GuatemalaMAITE RICO , Guatemala
El general no puede ser presidente, por su condición de ex golpista. Él asegura que, a sus 73 años, le basta y le sobra su escaño de diputado. Si lo desea, presidirá el Congreso. La jefatura del Estado la asumirá su delfín, Alfonso Portillo. |
El País, Miércoles
17 enero 2001 - Nº 1720
Desencanto en Guatemala
JOSÉ ELÍAS , Guatemala
El 14 de enero de 2000, Alfonso Portillo asumía la presidencia de Guatemala en loor de multitudes. Los votantes lo llevaron al poder con 1,2 millones de votos, cifra jamás alcanzada por gobernante alguno en este país centroamericano de 11 millones de habitantes. Un año después, el desencanto se ha apoderado de la población, que ha podido comprobar cómo la corrupción, el nepotismo y la inseguridad, los tres grandes errores del Gobierno anterior, lejos de ser eliminados se han magnificado, que no se registra ningún avance en la consolidación de la democracia y que el proceso de paz ha sido enviado al baúl de los recuerdos. |