
El Estado venderá la mayoría de sus bienes
El Programa de Privatizaciones considera «vendibles»
casi todas las empresas e inmuebles públicos
El estado se reduce
- El programa de Privatizaciones que aprobará el Gobierno la
semana próxima abre la vía para la venta de todas las empresas
y bienes del Estado (incluidos sus inmuebles). La filosofía que inspira
este modelo es que el Estado deje de ser propietario. Dos sociedades, la
Sepi y una nueva sociedad que englobará todas las participaciones
del Patrimonio (Sepa), serán las encargadas de vender los bienes
del Estado. Téneo desaparecerá. Se creará un Consejo
Asesor de Privatizaciones y se establecerá un mecanismo para asegurar
la transparencia del proceso. El valor de las participaciones empresariales
del Estado (sin contar los inmuebles) se estima en unos 3 billones de pesetas.
Entre este año y el próximo, el Gobierno espera obtener por
la vía de la desinversión en torno a 600.000 millones. Con
ellos, se reducirá el déficit y se financiarán las
obras públicas.
Desamortización: una medida con virtudes y defectos
Por Carlos Salas
- Una de las características que definen al liberalismo español
es su histórica lucha por modificar la propiedad, arrancarla de las
manos de la Iglesia o del Estado y depositarla en las del individuo. Jovellanos
y Campomanes ya comenzaron a finales del siglo XVIII a defender la necesidad
de introducir cambios en la legislación agraria para mejorar la explotación
de las tierras.
- En el siglo XIX, una de las iniciativas más importantes fue
la desamortización de Mendizábal, es decir, la supresión
de la propiedad que estaba en «manos muertas» (la Iglesia y los
pueblos) y su traspaso a particulares que, en teoría, se encargarían
de sacarle más partido. Puro liberalismo anglosajón.
- Juan Alvarez Mendizábal (1790-1853) fue ministro de Hacienda
en el Gobierno de Toreno, en 1834 y, al año siguiente, primer ministro.
Sin más dilaciones, procedió a restaurar lo que él
denominó «la armonía». Decretó que toda la
propiedad monástica era un «bien nacional» (1836). Luego,
puso a la venta la propiedad inmueble de la Iglesia. Mendizábal abolió
los diezmos, un impuesto implantado en toda Europa por Carlomagno con el
que dicho monarca pretendía socorrer a la Iglesia, ya que la consideraba
como un servicio público.
- Tras la desamortización de Mendizábal, se calcula que
sólo en Madrid desaparecieron 44 iglesias y monasterios. Nueve fueron
vendidos como solares, uno se transformó en Ministerio, otro fue
arreglado para acoger al Senado y otros pasaron a servir como escuela de
equitación, cárcel, teatro y cuartel. Por eso, el historiador
Raymond Carr califica a Mendizábal como «banquero de segunda».
- Quienes más apoyaban la desamortización eran los radicales
de izquierda pues confiaban en crear «una familia numerosa de propietarios».
Pero no sucedió así. Las tierras cayeron en manos de especuladores
y grandes propietarios a quienes sobraba capital para adquirirlas.
- El monasterio de Yuste, donde Carlos V estuvo retirado, sólo
pudo salvarse de la especulación por la influencia de una familia
noble. Para el economista español Flórez-Estrada, reformista
radical y uno de los mayores enemigos de Mendizábal, la torpe desamortización
fue «la gran oportunidad perdida» para efectuar la verdadera reforma
agraria.
- La desamortización de Madoz, veinte años más
tarde, obtuvo mejores resultados: amplió la superficie cultivada
y consolidó la distribución de la propiedad privada de la
tierra.
Sólo los gobiernos de Francia, Reino Unido e Italia
han recaudado más que el español enajenando patrimonio
La venta de empresas públicas ha generado 1,6 billones de pesetas
Por Julián González
- La venta de empresas ha sido la principal fuente de ingresos que el
Gobierno socialista ha utilizado para reducir el déficit público.
En los últimos once años, el Estado ha ingresado más
de 1,6 billones de pesetas por la venta de participaciones de empresas públicas.
- Sólo en lo que va de 1996, el Tesoro ha recibido unos 300.000
millones de pesetas correspondientes a la última privatización
del 25% de Argentaria y un 11% del capital del grupo Repsol.
- Las operaciones realizadas en el último periodo de Gobierno
del PSOE sitúan a España entre los países que más
han privatizado desde que el Gobierno conservador de Margaret Thatcher lanzara
el célebre mensaje del «capitalismo popular».
- Tan sólo en tres países: Francia, Reino Unido e Italia,
el valor de las empresas privatizadas ha sido superior al caso español
entre 1993 y 1995. En ese periodo, el Estado español ha obtenido
más dinero por la venta de empresas que el alemán, donde el
peso del sector público es sensiblemente mayor.
- Pero si, por una parte, los ingresos por venta de empresas son muy
superiores al resto de países de la Unión Europea, por otra,
la existencia de un sector público fuertemente deficitario ha sido
un verdadero «lastre» para el desarrollo de la política
industrial del país y para la ejecución de los Presupuestos.
Estimaciones que aparecen en el Libro Blanco sobre «El papel del Estado
en la Economía Española», que ha dirigido Rafael Termes,
cifran en más de 23 billones de pesetas el coste de las empresas
públicas con pérdidas en los últimos diez años.
- Durante la década 1980-1990, las pérdidas acumuladas
por el antiguo Instituto Nacional de Industria (INI) ascendieron a 2,2 billones
de pesetas. En esta cifra, no se incluyen las subvenciones que reciben empresas
que tienen contrato-programa Hunosa, Minas de Figaredo, Santa Bárbara,
Astilleros Españoles.
- El sector energético ha sido, con mucho, el preferido por el
Gobierno para obtener recursos. Las razones que explican esta preferencia
son básicas: se trata de las industrias más sólidas
del país y de las que más beneficios generan. Sociedades como
Endesa y Repsol han sido la «punta de lanza» del proceso de privatizaciones.
En total, estos dos sectores han aportado a las arcas del Estado cerca de
900.000 millones de pesetas.
- En el caso de Endesa, las salidas a Bolsa que se produjeron en los
años 1988 y 1994, supusieron unos ingresos de 212.500 millones de
pesetas. El Estado posee todavía un 66% del capital, un porcentaje
que, a precio de mercado, valdría 1,3 billones de pesetas.
- Tal y como asegura el PP, Endesa es ahora mismo la «joya de la
corona» y la principal esperanza del Gobierno para enjugar el déficit
público.
- De esta empresa han dependido los resultados de Téneo. Esta
es una de las razones que esgrime la oposición PSOE e IU para justificar
su negativa a la venta de Endesa. Esta sociedad genera unos beneficios anuales
del orden de 140.000 millones de pesetas anuales, que históricamente
han venido utilizándose a través de Téneo para enjugar
el déficit del resto del grupo.
- Repsol, por su parte, ha sido la inversión de la que el Estado
ha obtenido más dinero. Desde su creación en 1989, momento
en que se hizo la primera salida a Bolsa un 26% el proceso de repliegue
del Estado en el capital de la petrolera no se ha detenido. La participación
pública en Repsol es ahora del 10%. La venta del restante 90% ha
reportado al Tesoro 600.000 millones.
- Como en el antiguo INI, el principal problema al que se ha tenido
que enfrentar la política de privatizaciones en el Grupo Patrimonio
ha sido la gran diversidad y dispersión de sus empresas. Este grupo
ha servido como «cajón de sastre» para albergar empresas
procedentes de suspensiones de pagos, crisis económicas y otras operaciones
políticas.
- De las operaciones de privatización realizadas en el seno del
Patrimonio destacan la venta de empresas textiles como Intelhorce ahora
cuestionada por toda la serie de irregularidades que han aparecido, Imepiel,
Hytasa, las salinas de Torrevieja al Grupo Solvay y la del Banco Exbank.
- La Dirección de Patrimonio cuenta, sin embargo, con tres grandes
grupos muy rentables: Argentaria, Telefónica y Tabacalera, que han
contribuido también de un modo determinante a los ingresos obtenidos
en la política de privatizaciones de la Administración anterior.
- En Telefónica se han realizado dos operaciones de venta de
acciones en 1987 y 1995, con unos ingresos de cerca de 250.000 millones
de pesetas. El 21,2% de las acciones que aún tiene el Estado supondrían,
a precios de mercado de hoy en día, unos 458.000 millones.
- Respecto a Argentaria, se han producido tres salidas a Bolsa la última
se llevó a cabo en febrero, por las que se han ingresado más
de 400.000 millones. Tabacalera, por su parte, constituye una de las primeras
candidatas a la privatización por el nuevo Gobierno.
- Además de las ventas en Bolsa, hay que incluir la venta directa
de empresas, que en general ha costado fuertes sumas de dinero al Estado
en concepto de saneamiento. Este es el caso de las compañías
de material ferroviario (MTM-Ateinsa), vendidas a mediados de los 80 a Alsthom,
o del traspaso de las acciones de Seat pactado con Volkswagen.
- Con esta fórmula, además, el Estado se ha desprendido
de sociedades como Enfersa (fertilizantes), Secoinsa (informática),
Enasa (camiones) o Viajes Marsans (turismo).
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