Los jardines de Aranjuez, un aula excepcional para una
enseñanza viva
ALICIA MEDEROS,
Madrid
![]() de Aranjuez, eje de la experiencia escolar. |
Y es que para todos estos docentes la experiencia didáctica trasciende con mucho las paredes de la propia aula. Todos llevan años experimentando métodos pedagógicos y todos coinciden en que la docencia no puede limitarse a la transmisión diaria de un montón de datos. Abundio García Caballero, profesor de Ciencias Sociales en el madrileño colegio público Santa Teresa de Jesús (Aranjuez), obtuvo el primer premio del concurso -centrado este año en el lema Conocer un momnumento - por su trabajo Mitos y Fuentes, un paseo por los jardines de la isla . «Llevo muchos años realizando esta experiencia con alumnos de entre 8 y 10 años. Salimos a pasear por los jardines de Aranjuez en cada cambio de estación; preparamos previamente estos paseos y uno de los alumnos hace de guía. Cada año es una aventura, una experiencia nueva, y un método de aprendizaje único».
Cuando se le pregunta a este entusiasta profesor cuánto hay de discurso y cuánto de valor pedagógico en este tipo de experiencias fuera del aula, da un respingo y contesta: ¿Valor pedagógico? Todo, por supuesto. Tendría que verlo: aprenden arte, mitología, sociales, naturales...; el aula está en la calle y hay que caminar hacia una escuela dinámica y de acción. Confío en que la LOGSE se plasme en este sentido».
Estética de la vida
Marcelino García Puente -segundo premio por El Monasterio de El Escorial, un libro de Historia- coincide con su colega de Aranjuez. Él realiza su experiencia didáctica con alumnos de primero de Secundaria en el colegio San Alberto Magno, «una cooperativa de profesores», puntualiza, y se muestra convencido de que ninguna otra práctica pedagógica presenta tantos alicientes para el profesor y para los alumnos. «No sólo aprenden historia y lengua sino que introducimos materias transversales como Educación para la Paz y animación a la lectura».
Juan Fernández Cursach es profesor del instituto de bachillerato Pedro Ibarra de Elche y uno de los siete accésit por su experiencia Mírame... tenemos tanto de que hablar , en torno a la Basílica de Santa María de aquella localidad alicantina. Éste el primer trabajo que trascribe a un guión didáctico: «Es una experiencia que llevo años poniendo en práctica, pero nunca me había sentado a escribirla y menos para un concurso. Ha sido una satisfacción doble. Se trata, básicamente, de generar una discusión creativa en torno al arte dentro del aula; trasladar la estética a cada una de las facetas de la vida».
Cursach se declara un profesor «privilegiado» en el sentido de que puede «hacer lo que quiere», -«Privilegio de los años», dice- y no le importa declarar que sus alumnos nunca suspenden: «Jamás suspendo; eso no es educar, la lucha por la nota no cabe en esta concepción de la docencia».