Pujol confiesa a González el calvario que le supone pactar con Aznar
El president pide garantías de que el PSOE no vetará futuros acuerdos autonómicos CiU-PP
JOSE MARIA BRUNET
MADRID.
-- El presidente del Gobierno en funciones, Felipe González, y el de la Generalitat, Jordi Pujol, mantuvieron ayer una entrevista en la Moncloa en la que no se produjeron avances para dar estabilidad a la situación política.
Durante la conversación, Pujol expuso a González las reticencias de CiU para apoyar al PP.
González, a su vez, dio cuenta de esta entrevista en la ejecutiva que ayer celebró el PSOE, indicando que aún no cabe descartar que tengan que celebrarse elecciones el próximo verano, aunque no es probable, según manifestaron varios dirigentes socialistas.
Pujol quería entrevistarse con González antes de hacerlo con el líder del PP, José María Aznar.
Pujol expuso ayer a González las serias objeciones que existen entre los dirigentes y las bases de CiU para alcanzar un pacto con los populares.
Con este argumento, el presidente de la Generalitat no sólo quiso subrayar la dificultad del pacto, sino colocar a González ante la realidad objetiva de una situación política que requiere la contribución de todos si se quiere evitar una nueva convocatoria electoral este año.
En medios de CiU se argumenta, en este sentido, que el PSOE debería comprometerse en la búsqueda de soluciones, y una de ellas es que los socialistas se abstengan en la votación del debate de investidura de Aznar.
Según fuentes socialistas, esta hipótesis fue manejada ayer en la conversación entre Pujol y González, pero este se mantuvo en su postura de que el PSOE sólo puede votar negativamente la investidura del líder popular.
Pujol también planteó el problema de cuál puede ser la reacción socialista ante una aproximación o ayuda de CiU al PP.
González pretende no dificultar tales pactos en aras de la estabilidad, pero ha subrayado recientemente en varias ocasiones que el PSOE se opondría a todo acuerdo que pudiera debilitar la cohesión interterritorial al aumentar los techos autonómicos.
En medios gubernamentales, las fuertes objeciones expresadas por Pujol han causado una seria preocupación.
Se considera que el restablecimiento del diálogo entre el PP y CiU constituye una operación delicada, porque existe una previa desconfianza de fondo.
González, en suma, está convencido de la sinceridad de Pujol cuando le explica las dificultades de CiU para aproximarse al PP, y no cree que haya en ello un planteamiento táctico.
Tanto es así que, según algunas fuentes, en la conversación que ayer mantuvieron los dos mandatarios flotó, incluso, la eventualidad de que Aznar acabara no siendo investido y que, en su lugar, otro dirigente del PP presidiera un gobierno de gestión con el único fin de que España cumpliera los objetivos de convergencia con Europa.
Tras entrevistarse con González, Jordi Pujol dijo ayer que había considerado preciso sostener esa conversación "ante la necesidad de tomar durante las próximas semanas o en los próximos meses algunas decisiones muy importantes y de gran calado".
Por estas razones "deseaba --añadió-- conocer directamente del propio presidente del Gobierno cuál ha sido la evolución de una serie de temas políticos, económicos, sociales y de temas relacionados con las instituciones del Estado; necesitaba esta información, y el presidente del Gobierno me la ha dado".
Pujol señaló que la conversación que mantendrá con Aznar será "muy extensa, muy importante, muy interesante, y creo que en ciertos aspectos muy trascendente".
Copyright La Vanguardia 1995
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