CiU logra que el PP condene la ley que refuerza
el embargo de Estados Unidos a Cuba
A. D. / I. C.,
Madrid
El Parlamento español sigue a vueltas con Cuba. El Congreso de los Diputados aprobará hoy martes una proposición no de ley del Partido Popular (PP) que Convergència i Unió (CiU) ha conseguido enmendar para condenar con más énfasis desde la Cámara baja la ley estadounidense Helms-Burton. Esta legislación prevé sanciones para las empresas europeas que «trafiquen» en Cuba con antiguas propiedades estadounidenses expropriadas por el régimen de Fidel Castro
Hace dos semanas, el PP se salvó por los pelos de una primera derrota parlamentaria. Presionó a CiU y al Partido Nacionalista Vasco (PNV) para que rechazasen una proposición del PSOE que condenaba la famosa ley, al tiempo que pedía al Gobierno español medidas legislativas para proteger los intereses españoles. España es el primer inversor y socio comercial europeo de la isla.
La iniciativa socialista, que contó con el apoyo de Izquierda Unida, fue derrotada por dos votos. A cambio, el portavoz popular para la política exterior, José María Robles, prometió presentar una proposición alternativa. Su texto no condena explícitamente la ley Helms-Burton aunque algunas de sus claúsulas sí le «preocupan profundamente». Insta al Gobierno a «proteger los intereses e inversiones españolas», aunque no le recomienda de qué forma, y aboga por mantener sólo «la ayuda humanitaria» al pueblo.
CiU, que estuvo a punto de votar con el PSOE el 4 de junio, formuló una enmienda que el PP acaba de aceptar. «Subraya con más fuerza el rechazo a la ley, no sólo porque pueda perjudicar los intereses de España, sino porque contraviene la legalidad internacional», explicó Ignasi Guardans, portavoz de los nacionalistas catalanes para política exterior. «Además, no circunscribe la ayuda a la humanitaria, sino a toda la que pueda beneficiar al pueblo cubano».
Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores pidieron ayer al Gobierno que lidere el rechazo de la Unión Europea a la ley Helms-Burton.
Viaje de Castro
Los socialistas sopesaban ayer lunes cuál iba a ser su actitud, aunque lo más probable es que acaben sumándose a la proposición popular corregida por Convergència i Unió. Pero eso no dará por terminada la polémica. Jesús Caldera, secretario general del Grupo Socialista en el Congreso, «deploró» ayer el «comportamiento claudicante» ante EE UU por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores que, según la agencia Servimedia, ha presionado al Gobierno autónomo canario para que recortase, el pasado fin de semana, la estancia en las islas del presidente de Cuba, Fidel Castro.
Exteriores ha desmentido cualquier presión. El jefe de la diplomacia española, Abel Matutes, habló por teléfono con el presidente canario, Miguel Hermoso, y le aconsejó que el trato con Castro fuese de «máxima cortesía», aseguraron fuentes diplomáticas. Para ayudarle en la organización de la estancia del líder cubano, Exteriores envió a Canarias a un funcionario de protocolo.
Convergència i Unió resuelve la crisis interna de la coalición
C. P.
,Barcelona
Convergència Democràtica y Unió Democràtica dieron ayer por oficialmente superada la polémica verbal que sus principales dirigentes protagonizaron a principios de la semana pasada, cuando los de Unió acusaron a sus socios de «menospreciarlos». El comité de enlace de CiU tomó medidas organizativas y políticas para que las polémicas se diriman en casa y no a la luz del día.
Los principales dirigentes de CiU harán «todo lo posible para que la coalición funcione bien», afirmó el secretario general de CDC, Pere Esteve, que actuó como portavoz del comité de enlace. Democristianos y nacionalistas constataron, siempre según la versión ofrecida por Esteve, que los problemas entre ambos partidos «no son de fondo», porque no hay diferencias en cuanto a linea política ni discrepancias personales insalvables.
Esteve negó que las palabras de Jordi Pujol el domingo, atribuyendo a CDC un papel preponderante en defensa de Cataluña, fueran un menosprecio a Unió. Duran dijo que su partido nunca ha negado a CDC su protagonismo como eje vertebrador del nacionalismo, pero tampoco Unió es un añadido.