En novelas o cuentos, el autor puede usar el presente en vez del pasado para acercar la acción al tiempo que vive el lector, y así intensificar la acción. De esta manera, el lector tiene la impresión de que lo que se cuenta pasa en ese momento y se siente como si fuera testigo de la acción narrada.
Henos aquí en Atenas. El Cerámico abre espacioso cauce a ingente muchedumbre, que, en ordenada procesión, avanza hacia la ciudad, que no trabaja; se interna en ella, la recorre por donde es más hermosa y pulcra, y trepa la falda del Acrópolis. En lo alto, en el Partenón, Palas Atenea aguarda el homenaje de su pueblo: es la fiesta que le está consagrada.