Vivimos en un mundo imperfecto pero siempre ha habido personas comprometidas, valientes y emprendedoras que han contribuido a hacerlo un poco más perfecto. Unos ejemplos de la historia son Susan B. Anthony, quien dedicó gran parte de su vida a luchar por la igualdad de las mujeres ante la ley y su derecho de votar. Sus esfuerzos resultaron en la adaptación de la enmienda número 19 de la Constitución de los EE.UU. que lo garantiza. Otro fue John Muir, naturalista, conservacionista, inventor y escritor que contribuyó de forma esencial a la creación del Yosemite, el primer parque nacional en los EE.UU., y que ayudó a Teddy Roosevelt a establecer el sistema de parques nacionales que hoy tenemos en este país.
También en nuestros días hay muchos ejemplos de tales individuos. Algunos de ellos que conciben y ponen en práctica nuevas ideas y propuestas para ayudar a personas pobres, marginalizadas, desventajadas y en países o regiones subdesarrolladas hoy se suelen llamar empresarios sociales. Su trabajo se distingue de proyectos caritativos tradicionales en que no se persiguen resultados inmediatos, que benefician solo a un número limitado de personas, sino que aspiran a alcanzar efectos radicales y de gran impacto social.
Uno de estos nuevos empresarios es Albina Ruiz, una mujer indígena que nació en condiciones humildes en la selva de Perú, en Riobamba Sanmartín. Cuando emigró a Lima para estudiar ingeniería industrial, tuvo que instalarse en El Agustino, uno de los distritos más pobres de la capital peruana. Tenía que caminar para llegar a la universidad y todos los días pasaba por cerros de basura ya que nunca iba nadie a recoger los desechos. Había ratas, perros hambrientos, moscas, mal olor, todo tipo de sabandijas y peste. Afectada directamente por el problema de la basura, Albina empezó a pensar en remediarlo. Después de escribir su tesis sobre microempresas, concibió una idea revolucionaria para un nuevo sistema de sanidad a nivel local y comunal que debería servir de modelo para comunidades urbanas y rurales en todo el país. En 2001 fundó la ONG Ciudad Saludable cuyo objetivo era crear un sistema de basura alternativo y eficaz, al mismo tiempo que generar empleo y contribuir a crear condiciones de vida más saludables a la par que ciudades más limpias.
Uno de los primeros barrios en el que empezó a trabajar era El Cono Norte en Lima, donde 1,6 millones de personas producían alrededor de 600 toneladas de basura diariamente. La capital solo podía procesar la mitad de esos desechos, mientras el resto terminaba en las calles, los ríos y terrenos abandonados, causando severos problemas de salud y desfigurando los barrios.
La idea de Ruiz consistía en organizar familias humildes de la comunidad, que muchas veces no tenían empleo, en microempresas dedicadas a recoger y procesar la basura; por ejemplo, las que operan en la planta de tratamiento del relleno sanitario, las que hacen recolección y las que reciclan. Ella ayudó a establecer estas microempresas y fijó una cuota mensual para usar este servicio sanitario que era el equivalente de un dólar con cincuenta centavos, o sea el precio de un refresco. Además se encargó del mercadeo y la promoción del nuevo servicio.
Hoy en día Albina Ruiz supervisa proyectos en veinte ciudades en todo el Perú. Ha desarrollado capacitación sobre reciclaje y empleo en 43 municipalidades del país. Por otro lado, trabaja con 800 recicladores informales y ahora ayuda al Gobierno a ejecutar el primer Plan Nacional de Gestión y Manejo de Residuos.
Albina asegura que su modelo de gestión de residuos puede mejorar la calidad de vida de tres millones de personas de bajos ingresos que trabajan directa o indirectamente en el reciclaje. En Carhuaz (Áncash), se ha aplicado una experiencia de manejo sostenido de residuos sólidos y se ha logrado que el 95% de la población aprenda a manejarlos. Pero la propuesta no termina allí. Con el lema de “Lo orgánico transformémoslo” obtienen humus o abono (humus artificial) que luego venden. Si bien las ventas aún no son importantes, la propuesta va adquiriendo adeptos. Han hecho acuerdos con una asociación de melocotoneros a quienes les entregan el abono. Estos lo usan y después abren sus parcelas para que otros campesinos vayan a ver cuál ha sido el resultado. Lo que se puede vender se recupera. Y lo que no, se entierra en rellenos sanitarios. Se realiza todo un ciclo, un proceso.
En 2006 Albina Ruiz, quien ahora es directora ejecutiva de la organización, fue distinguida con uno de los premios de la Fundación Skoll para el Emprendimiento Social. Ella recibió este premio, que consistía de $615.000, en la Universidad de Oxford, Inglaterra, de manos del famoso actor y activista ecológico Robert Redford.
Ese mismo año, junto al presidente de la República Dominicana, Leonel Fernández, y el ministro panameño para Asuntos del Canal, Ricaurte Vásquez Morales, Albina Ruiz fue ganadora de la edición número 12 de los Premios Bravo de Negocios, con los que todos los años se honra a los líderes del sector público y privado que se han distinguido por sus contribuciones al progreso en Latinoamérica.
En 2008 esta peruana fue galardonada con el Premio de Energía Global que está considerado como el más importante en el área medioambiental. Este premio reconoce anualmente las soluciones más innovadoras a los problemas de nuestro entorno. Albina Ruiz recibió este galardón durante la ceremonia celebrada en el Parlamento Europeo donde estuvieron presentes el presidente del Parlamento Europeo, Hans-Gert Pöttering, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y el ex secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, entre otras personalidades.
En una ocasión alguien le comentó a Albina Ruiz:
—Debe de ser usted la única guaruna ingeniera industrial. ¿Por qué la envió su padre a estudiar?
Ella contestó:
—El ser excepcional fue mi padre. Él era analfabeto, pero allí en la selva, un día escuché cómo sus compadres le preguntaban por qué enviaba a su hija a estudiar: “¿Para qué —decían—, si las chicas sólo quieren aprender a escribir para enviar cartas a los novios?” Él les respondió muy orgulloso que, aunque sólo fuera por eso, ya valdría la pena, porque así su hija no pasaría la vergüenza que pasaba él cuando tenía que pedirle a alguien que le leyera o contestara una carta.
¿Conoces otras personas que han contribuido a hacer este mundo un poco más perfecto?
¿Qué es un empresario social?
¿En qué consiste el trabajo de Albina Ruiz?
Además de Albina Ruiz, ¿sabes otros ejemplos?
Si tu fueras un empresario social, ¿qué proyecto realizarías?