Alegrarse, gustar, encantar, enojar, extrañar, molestar, sorprender, lamentar, sentir, temer, preocuparse (de) que etc. en español moderno SE CONSTRUYEN PREDOMINANTEMENTE con subjuntivo. La razón es que si alguien por ejemplo se alegra de algo es porque existen alternativas de las cuales el hablante no se alegraría.
No es saludable para una joven democracia como la nuestra que el gobierno central o la facción política que lo representa acapare el poder. Por eso, como peruano, me alegro que Alberto Andrade SEA el nuevo alcalde de Lima.
Ahora Ignacio frota sus piernas ligeramente velludas con una crema humectante que despide un olor fresco y, al hacerlo, se alegra de que el trabajo diario a que se somete en el gimnasio le PERMITA lucir esas piernas atléticas.
Con estos mismos predicados valorativos, sin embargo, no es rara la construcción con indicativo. En español americano este uso del indicativo es mucho más productivo que en español peninsular, de la misma manera que era en español antiguo.
Sin embargo, la primera vez que fui en realidad a la península de La Guajira, poco antes de mis sesenta años, me sorprendió que la casa de la telegrafía no TENÍA nada que ver con la de mi recuerdo. (García Márquez, Gabriel, Vivir para contarla)
En primer lugar, se alegra sobremanera cuando estalla la guerra y ellos se encuentran “milagrosamente” fuera de España. En la carta fechada el 20 de julio de 1936 dice: “¡Cómo me alegro de que ESTÁS en Francia!