Acompaña siempre al objeto indirecto (que normalmente es de persona) y al objeto directo determinado/ familiar/ querido de persona o animal y hasta cosa personificado:
Juana le dio las flores a su madre. (objeto indirecto)
María ama a Juan. (objeto directo de persona)
María ama al hijo de la vecina. (objeto directo de persona)
María ama a sus perros. (objeto directo, animal querido)
Don Quijote amaba a Rocinante. (objeto directo, animal personificado)
No se puede decir que nunca viviré en otro lugar, pero me gusta vivir en Granada. Valoro mucho a Madrid porque me resulta muy eficaz profesionalmente. (objeto directo de cosa, lugar querido)
pero:
Busco una muchacha que me ame. (persona indeterminada)
La vecina tiene hijos. (con ‘tener’ no se usa ninguna preposición)