Práctica 3: Llena los espacios con la forma del verbo correspondiente en pretérito, imperfecto o imperfecto de subjuntivo.

Gap-fill exercise

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Llena los espacios con la forma del verbo correspondiente en pretérito, imperfecto o imperfecto de subjuntivo.

Hospitales estadounidenses están repatriando por su cuenta a inmigrantes ilegales sin seguro médico que no pueden pagar el tratamiento que necesitan.

En 2000, el guatemalteco Luis Alberto Jiménez, de 35 años, que (trabajar - who was working) ilegalmente en el país, (tener) un grave accidente de coche provocado por un norteamericano borracho, y (ser) trasladado a un hospital de Florida.
Los hospitales no pueden negar asistencia de urgencias a los inmigrantes ilegales, según la normativa federal. Están obligados a tratarlos. Tampoco pueden dejarlos en la calle cuando aún necesitan atención sin asegurarse de que van a ser recibidos en algún centro post-hospitalario adecuado. El problema es quién paga la cuenta. El sistema estatal de salud se hace cargo tan sólo de una parte, porque la mayoría de los Estados no financian los tratamientos a largo plazo. Así que son los hospitales los que deben asumir el gasto de cantidades que no les van a ser reembolsadas.
Luis Jiménez pasó más de un año en coma en el Martin Memorial de Florida. Después (despertar). El daño cerebral (ser) muy grave. El hospital consiguió un centro post-hospitalario que (ocuparse) de él, pero Jiménez (volver) al cabo de pocos meses con una grave infección que debía ser tratada de inmediato. Después, ya no encontraron ningún centro ni residencia que lo (aceptar). El hospital, que asegura que el tratamiento que ha recibido Jiménez asciende a un millón y medio de dólares, decidió mandarlo de vuelta a Guatemala para que el Gobierno de su país y su sistema de salud (hacerse) cargo de él.
Su primo político presentó una demanda para impedir que lo (repatriar). En junio de 2003, un juez de Florida (dar) la razón al hospital. Ordenó a Jiménez que (dejar) de frustrar el plan para llevarlo de vuelta a Guatemala. Su abogado, Michael Banks, anunció la apelación, pero cuatro horas después un coche ya (llevar - was taking) al paciente al aeropuerto. Cuando la corte de apelaciones de Florida emitió el fallo, en 2004, Jiménez ya (estar) en su país, pero dio la razón al paciente. El tribunal estableció que el hospital no (tener) capacidad jurídica para deportar a nadie, lo que sólo puede hacer el Gobierno federal.
No era la primera vez que un hospital tomaba una decisión de este tipo. Al parecer se trata de una práctica extendida desde hace ya varios años. Ante tratamientos médicos de larga duración que nadie paga, los centros devuelven a los inmigrantes a sus países de origen pagando el traslado de su propio bolsillo, incluso sin el consentimiento de los familiares. En muchas ocasiones, por la falta de medios, el tratamiento es inexistente en el país de origen.
Jiménez está ahora en su pequeño pueblo de Guatemala atendido tan solo por su madre de 72 años. No es previsible que vuelva a EE UU, pero la decisión de la corte de apelaciones de Florida ha sentado un importante precedente. Hace más difícil a los hospitales seguir con su política de repatriaciones ilegales.