La Vanguardia Digital
 
 
INTERNACIONAL
La ministra de Defensa chilena cuenta su calvario con Pinochet
Un libro narra las torturas a las que ella y su madre fueron sometidas 
La Vanguardia - - 02.45 horas - 10/10/2002
MARC HOMEDES
 
Servicio especial

santiago de chile. - En el Gobierno chileno, la ministra de Defensa, Michelle Bachelet, destaca por estar siempre sonriente. Sin embargo, hace 22 años padeció uno de los peores traumas que puede sufrir un ser humano: fue torturada junto a su madre por los militares. Un libro recién publicado explica los malos tratos a que fue sometida.

El libro "Disparen a la bandada", del periodista Fernando Villagrán, explica como en 1975 la hoy ministra de Defensa tenía 23 años, acababa de terminar la carrera de Medicina y militaba en la juventud socialista. Sólo había pasado un año y tres meses desde el golpe militar que derrocó a Salvador Allende, pero el impacto en su familia ya había sido brutal. Su padre, el general de aviación Alberto Bachelet, había muerto de un infarto en marzo de 1974 tras una de las maratónicas sesiones de torturas a las que fue sometido por orden de Augusto Pinochet. El motivo: se había negado a sumarse al golpe militar del 11 de septiembre de 1973 y había formado parte del gobierno de Allende como director de la secretaría nacional de Distribución. El libro de Villagrán explica que el general fue humillado por sus antiguos compañeros de armas, que le obligaban a "limpiar los excrementos de los demás prisioneros de guerra".

A comienzos de 1975, María Eugenia Ruiz-Tagle, una estudiante que militaba en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), fue capturada y durante sus torturas citó a Michelle y a su madre, Ángela Jeria, a las que había conocido tiempo atrás. El mecanismo represor funcionó a la perfección, fueron detenidas de inmediato y "se incorporaron a la larga lista de mujeres que pasaron, muchas sin retorno, por Villa Grimaldi, sórdido centro de detención y tortura", explica el libro. Villagrán cuenta que ambas fueron separadas y encerradas en habitáculos, donde eran interrogadas constantemente y torturadas. Uno de los episodios más sórdidos del libro relata cómo el año 2000, la madre de Michelle -que entonces era ministra de Salud- descubrió que su vecino de años era el mayor que había dirigido sus torturas. La mujer se le encaró un día en el ascensor y el hombre rompió a llorar.

La primera que logró salir de Villa Grimaldi fue Michelle, que rápidamente comenzó a llamar a ex compañeros de su padre que formaban parte del gobierno militar para que liberaran a su madre. Tras varios intentos, lo consiguió. El libro cuenta que el ministro del Interior mandó redactar las hasta entonces inexistentes órdenes de detención para poder expulsarlas del país. Al cabo de pocos meses ambas podían salir hacia Australia, donde pasarían el exilio. 
 
 
 

[Jueves, 10 de octubre de 2002]

© Copyright La Vanguardia Digital 2002. All Rights Reserved